Scioli: rumbo a la tormenta perfecta

Scioli: rumbo a la tormenta perfecta

El flagelo de la inseguridad no da tregua en la provincia de Buenos Aires. No es para menos: la situación económica y social es un verdadero polvorín a punto de explotar, con una inflación que ronda el 40% anual que lleva a que todos los días haya más pobres e indigentes.

La crisis también está llevando a que proliferen alarmantes situaciones de promiscuidad, que destruyen el núcleo familiar y que constituyen el caldo de cultivo para la extrema violencia social que se vive a lo largo y ancho del país, especialmente en territorio bonaerense. Algunos datos difundidos por el denominado Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, que depende de la Universidad Católica Argentina (UCA), da cuenta claramente de esta situación. Por ejemplo, el 21,6% de los chicos de entre 5 y 12 años del Gran Buenos Aires actualmente comparte la cama o colchón para dormir ya sea con sus padres o con sus hermanos. En 2011, ese indicador llegaba 19,9%. En el caso de los chicos de 0 a 4 años, el indicador sube al 27,9%, 2,3 puntos porcentuales más que lo registrado en 2012.

A su vez, de acuerdo al estudio de la UCA, también aumentó la cantidad de chicos de 0 a 4 años que, ante la ausencia de sus padres durante varias horas de la jornada, quedan al cuidado de sus hermanas menores de 10 años. En 2012 era el 10,6% y actualmente llega al 11%.

Lejos de reconocer está situación, el gobierno nacional está empeñado de querer hacerle creer a los argentinos que prácticamente vivimos en el mejor de los mundos. Su hipocresía es tal que acaba de enviar un proyecto de presupuesto al congreso que contempla una inflación del 22% para 2014 y de apenas 15% para el 2015, cuando desde el gobierno no se está implementando una sola iniciativa para reducir el incremento del costo de vida. Peor aún, le sigue dando rienda suelta a la emisión monetaria y al gasto público improductivo.

El gobierno nacional ni siquiera incluye en su diagnóstico el impacto negativo que está teniendo –y tendrá- el principal commodity argentino, como es la soja, cuyo precio se está derrumbado en el mercado de Chicago y provocará que ingresen miles de millones de dólares menos en concepto de retenciones a las exportaciones. En otras palabras, en un contexto de recesión, que ha llevado a profundizar el cepo cambiario y a restringir al máximo las importaciones por la escasez de divisas, escasearan aún más los dólares. 

Ahora bien, qué propone quien hoy aparece como el principal candidato del oficialismo: Daniel Scioli. Prácticamente, lo mismo. La estrategia de no diferenciarse para captar el llamado voto clientelar, ha llevado a que el gobierno bonaerense no pueda poner blanco sobre negro la situación de la provincia.

De esta manera, con la mitad del territorio provincial afectado por las inundaciones, el panorama para los próximos meses no pinta para nada bien. La falta de realización de obras hidráulicas de envergadura -una deuda pendiente desde hace 30 años en la Provincia- hizo que las inundaciones provocaran estragos, agravando aún más la crisis que ya venían padeciendo los productores trigueros y ganaderos. En otras palabras, es muy probable que se encarezcan aún más los principales alimentos que forman parte de la dieta de los argentinos: la carne y el pan.

Indefectiblemente, la crisis económica impactará de lleno en las ya alicaídas cuentas de la Provincia. Pero Scioli, por su posicionamiento político, está entrampado. Sin poder cuestionar la política económica K, desde el gobierno provincial se lanzan programas para combatir el delito sin tener los recursos necesarios, como así tampoco las fuentes de financiamiento que garanticen la puesta en marcha, en tiempo y forma, de las promesas que realiza el gobernador. Por ejemplo, en algunas áreas sensibles del Ministerio de Seguridad, se gastaron, en el primer cuatrimestre del año, más del 50% del presupuesto asignado para todo el año (ver página 6). 

Asimismo, se crean por decreto nuevas policías locales, con efectivos que saldrán a las calles, con un arma, con una formación mínima, de apenas un semestre y escasos recursos.  Un anticipo de lo que puede ocurrir se registró ayer, en Laferrere, cuando un efectivo de 22 años (había egresado de la academia hacía seis meses), que realizaba notificaciones, fue asesinado de dos disparos en la cara luego de que intentaran robarle el arma reglamentaria a plena luz del día. Ya son 11 los policías asesinados en territorio bonaerense en lo que va del año, en su mayoría, por hechos de inseguridad.

Lamentablemente, nos acercamos a un escenario donde la muerte de este joven policía, que tenía toda la vida por delante, no será un episodio aislado. Y esto no sólo ocurre en el Conurbano, sino también en La Plata, a pocas cuadras de la gobernación, donde el delito no perdona y la policía cuenta con menos de la mitad de los patrulleros que necesita para mantener un mínimo nivel de vigilancia en las 77 cuadrículas en la que está dividida la ciudad (ver página 5)

Se viene una tormenta perfecta que conjugará varios flagelos: inflación, recesión, pérdida de empleo e inseguridad. Ningunos de estos problemas puede ser encarado por separado, son eslabones de una cadena estrechamente entrelazados. 

Comentá la nota