Scioli reúne a intendentes y va por los díscolos

Almorzó con los jefes comunales de la primera sección; contactos para recuperar a los que saltaron al massismo
En el piso 19, antes de que comenzaran a circular por la mesa los platos de canelones, Daniel Scioli le cedió la palabra a la decena de intendentes bonaerenses. Quería escuchar de su boca los planteos de gestión y las demandas políticas, en la primera reunión con jefes comunales después del salto hacia el Frente Renovador del mandamás de Merlo, Raúl Othacehé.

El encuentro, que se realizó en la sede porteña del Banco Provincia, fue a puertas cerradas y sin foto, en un intento por quitarle relevancia al operativo contención que también desplegó la Casa Rosada, con la vuelta del ministro de Planificación, Julio De Vido, como interlocutor de los caciques del conurbano.

De regreso de su viaje a Nueva York, del que transmitió un balance positivo a los comensales, Scioli arrancó ayer con alcaldes de la primera sección electoral una ronda de reuniones que se replicará con el resto. De hecho, el segundo capítulo será el próximo martes, al mediodía, con referentes de la tercera, la más poderosa de la provincia de Buenos Aires. En esa tarea de alineamiento lo escoltan el jefe de gabinete bonaerense, Alberto Pérez, y su ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez.

En un juego subterráneo, Scioli no sólo aspira a conquistar el aval explícito de los intendentes a su iniciativa presidencial, un propósito que le resulta complejo. También, como un golpe de efecto, busca repatriar a algunos dirigentes que abandonaron el redil oficialista. De hecho, según pudo saber LA NACION, apuran conversaciones con por lo menos tres alcaldes, entre ellos, Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), de vieja inquina con el "Vasco" Othacehé, la flamante incorporación.

Recostado en el PJ, obtendrá dos fotos simbólicas el sábado: por la mañana, en la cumbre del peronismo provincial en Santa Teresita, y por la noche, con un puñado de gobernadores en la Fiesta del Sol, en San Juan, tierra comandada por José Luis Gioja, un aliado en su plan 2015.

Ayer, los jefes comunales coincidieron en tres inquietudes centrales: la preocupación por la marcha de la obra pública, el rumbo de la negociación paritaria y la seguridad, sobre todo, hay una mirada de recelo con el avance de las policías comunales o "locales", como las denomina el sciolismo.

La concurrencia fue similar a la que pasó por el despacho de De Vido, la semana pasada: Alberto Descalzo (Ituzaingó), Stella Maris Giroldi (Campana), Hugo Curto (Tres de Febrero), Mariano West (Moreno), Juan Carlos Caló (Las Heras), Juan Pablo Anghileri (General Rodríguez), Carlos Urquiaga (José C. Paz), Ricardo Curutchet (Marcos Paz), Santiago Maggiotti (Navarro) y Juan Delfino (Suipacha).

Álvarez Rodríguez aclaró el límite de los proyectos de infraestructura. "Todo lo que está previsto se va a cumplir", sostuvo y, por descarte, dejó escaso margen para garantizar nuevas propuestas. La conversación ingresó en un territorio espinoso con el tratamiento de las fuerzas de seguridad distritales, una iniciativa impulsada en la Legislatura por el sciolismo, el massismo y algunos sectores de la oposición.

La medida cosecha resistencias, algunas más contundentes, como la de Curto, y otras más flexibles, pero con reparos. "Queremos discutir el alcance de los proyectos: los recursos, las competencias, la capacitación. No nos podemos hacer cargo de algo si viene mal conceptuado desde el inicio", explicó Anghileri a LA NACION.

Mientras evalúa en silencio el impacto de nuevos rivales hacia 2015, el ex motonauta apuesta a reforzar su plafón a la caza de apoyos. La portadora del mensaje más explícito, y picante, fue Álvarez Rodríguez, en una reunión anteayer con jefes comunales de la segunda sección. "El lanzamiento de [Sergio] Urribarri me hizo pensar mucho. No creo que haya un solo intendente del PJ en Entre Ríos que no apoye su candidatura", soltó. Ningún cacique recogió el guante..

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