Scioli y Macri cruzaron chicanas, entre denuncias de ajuste y de continuidad

Scioli y Macri cruzaron chicanas, entre denuncias de ajuste y de continuidad

Daniel Scioli se mostró en el ring con el impulso, a veces fuera de control, del retador; Mauricio Macri, con la confianza, a veces exagerada y hasta ensayada, del defensor del título.

Difícil medir cuál de los candidatos se llevó la pelea en el primer debate público entre los dos aspirantes a la Presidencia que disputarán el balotaje del próximo domingo. Cuesta creer que alguno de los dos haya conseguido torcer la balanza electoral a partir del suceso histórico y multitelevisado de anoche.

Ninguno se apartó de sus libretos habituales ni arriesgó de más. Y fueron pocas las veces que respondieron las preguntas de su contrincante. Macri apostó a su sonrisa permanente y a la campaña que viene transitando con éxito: la campaña de la alegría. Habló de animarse a “soñar” y de empezar “una etapa maravillosa”. Scioli, en cambio, eligió el perfil de político enérgico más tradicional. Señalándolo permanentemente con el dedo y en tono elevado, le achacó a Macri ser el que llega con la receta del ajuste y la devaluación. “No volvamos a ponernos de rodillas ni ante el Fondo, ni ante nadie”, pidió Scioli. “Esta gente es mala”, sintetizó Macri su definición sobre el kirchnerismo.

“Siento que sus ideas y sus propuestas son un peligro para el conjunto de la sociedad”, tiró el gobernador bonaerense. “Ustedes tienen miedo de perder el poder. Dicen que los argentinos tienen miedo, pero yo los veo muy contentos”, retrucó su par porteño. “De todo lo que ayer estaba en contra, hoy está a favor porque hay elecciones. Conmigo no, Mauricio”, siguió Scioli, y le recordó el voto en contra de PRO en las reestatizaciones de YPF, Aerolíneas Argentinas, AySA y los fondos previsionales, entre otros temas. “Vos insistís en el cassette de la mentira, en crear fantasmas y demonios”, cerró Macri.

Macri se movió la primera hora del debate -que duró una hora y media- en el rol que juega desde que tomó el control de las empresas de su familia y que luego trasladó a Boca y la Ciudad: el de jefe. Cada vez que se dirigió a Scioli -siempre llamándolo “Daniel”-, apeló a la verborragia calma de quien tiene en su mano los hilos de la situación: “Daniel, en qué te has transformado. Parecés un panelista de 6,7,8”, fue una de esas frases guionadas que acompañó con un guiño para las cámaras. Así consiguió atravesar toda la transmisión sin responder a qué niveles planea mover el tipo de cambio, pregunta que Scioli jamás ejecutó en forma directa, aunque el jefe de Gobierno porteño dijo en varias oportunidades que lo fijará la mano invisible del libre mercado. Sí tuvo, tras la insistencia del gobernador bonaerense, que hablar de ajuste. “Sos vocero de lo que yo voy a hacer”, le respondió a Scioli, “pero yo no voy a hacer ningún ajuste”.

Scioli, en cambio, eludió cualquier señalamiento de Macri a decisiones y políticas del gobierno kirchnerista deshaciéndose de ese lastre. “Que Macri no se confunda -aclaró el ex motonauta-. Hoy vino a debatir conmigo, no con un gobierno que termina el 10 de diciembre”. Y jugó fuerte cuando la temática mutó hacia la lucha contra el narcotráfico: “Todavía no pudiste solucionar el problema de los trapitos. ¿En serio pensás que la gente va a creer que podés solucionar el problema del narcotráfico?”.

El candidato de Cambiemos aprovechó la pantalla hipermultiplicada para evitar definiciones e insistir con la revolución de la alegría; el del Frente para la Victoria, para fortalecer su propia imagen, despegarse del Gobierno e ir detrás del voto flotante que pueda permitirle dejar de ser el retador y ser el dueño del cinturón.

Comentá la nota