La figura de Daniel Scioli suele generar debates que apuntan a dilucidar su perfil ideológico, pero no deja dudas sobre su pasión por el deporte. El gobernador de la provincia de Buenos Aires -de pasado motonauta- no sólo corre diariamente sino que forma parte del equipo de futsal de Villa La Ñata en el torneo de Primera.

Para el candidato presidencial del Frente para la Victoria, hacer actividad física es una verdadera "terapia que sirve para liberar tensiones", explicó en más de una ocasión; por eso la incluye en su agenda diaria como un evento impostergable. Y uno de los momentos que más disfruta es cuando se pone la camiseta naranja para participar en el fútbol de salón.

El sábado, el mandatario bonaerense jugó para Villa La Ñata y marcó su gol número 100 en la derrota 10-4 ante Pinocho, un histórico equipo del futsal local que ostenta varias marcas impactantes a nivel nacional: entre 2005 y 2011 ganó 12 campeonatos (nueve de ellos de manera consecutiva) y llegó a estar más de tres años sin ser derrotado, con un récord de 111 partidos invicto.

Tras empujar la pelota debajo del arco, Scioli realizó una serie de gestos para hacer alusión a la centena de goles que lleva en su trayectoria y se llevó la mano a la oreja izquierda, como hizo Juan Román Riquelme cuando le dedicó el Topo Gigio a Mauricio Macri.

Al finalizar la jornada, Diego Giustozzi, entrenador de la Selección Argentina de futsal que ayer dio el batacazo al eliminar por penales a Brasil en las semifinales de la Copa América que se disputa en Ecuador, le envió un mensaje en tono de humor al atacante de La Ñata, que pelea por ser Presidente de la Nación.