Mientras el gobernador bonaerense y precandidato presidencial, Daniel Scioli, respaldó a la Casa Rosada al marcar sus “dudas” sobre la quiebra de la compañía; opositores como el diputado del Frente Renovador (FR), Felipe Solá, sostuvo que la presidenta Cristina Fernández “mete terror” con esa iniciativa.

En su estrategia de mostrarse respaldando al gobierno en el último año de mandato de la Presidenta, Scioli avaló las “sospechas” del oficialismo contra la quiebra de Donnelley, a la que Cristina Fernández acusó de “atentar contra la economía” del país para generar “temor”.

“Será la justicia la que analice, como en otras quiebras, en el ámbito comercial, si ha sido fraudulenta, si ha sido intencional”, señaló el gobernador.

En esa línea, el titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Alejandro Vanoli, consideró que en el transcurso de la semana la entidad hará la presentación ante la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos, por el supuesto accionar fraudulento Donnelley. 

Vanoli explicó que con esta presentación buscará “difundir en todos los mercados globales la actitud de una empresa sospechada de un pedido de quiebra de carácter fraudulento”. 

Por otro lado, desde la oposición cuestionaron la aplicación de la Ley. El diputado del Frente Renovador, Felipe Solá, quien aspira a suceder a Scioli el próximo año, planteó que “la que mete terror no es la ley” sino que es “la Presidenta hablando en cadena” nacional sobre su aplicación contra una gráfica que presentó quiebra.

La diputada socialista Alicia Ciciliani se plegó a las críticas. La legisladora advirtió que esa norma es “muy peligrosa” porque “da enorme discrecionalidad al Estado a través de su gobierno de turno”. Y ahondó que le permite “de manera poco objetiva calificar como terrorista algunas acciones, ya sea de protesta social o, como en este caso, de decisiones económicas”.

Desde el Congreso, que hoy buscará dictamen para derogar la Ley (ver aparte), la diputada del PRO Patricia Bullrich cuestionó la medida al marcar que “es usada como pantalla para evitar discutir los graves problemas económicos que tiene el país y querer endilgarlos a una empresa”.