Scioli al borde del knock-out

Scioli al borde del knock-out

Sergio Massa y De la Sota confirmaron que no lo van a apoyar. Y encima es tiroteado por los sectores ultra K. Cruces por los trascendidos de que Scioli y Zannini podrían bajarse del balotaje

 

Sin dudas, ayer no fue un buen día para Daniel Scioli y su proyecto de suceder a la presidenta Cristina Kirchner en la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre. El gobernador, que atraviesa por el momento más complicado de su carrera política, fue tiroteado al mismo tiempo por distintos grupos ultra K que lo desprecian y por sectores a los que necesita seducir para no caer derrotado el 22 de noviembre como es la dupla peronista conformada por Sergio Massa-José Manuel de la Sota –que sacaron más de 5 millones de votos- que dio señales concretas de que prácticamente no existe ninguna posibilidad de apoyar la candidatura del ex motonauta.

En ese contexto, durante toda la jornada de ayer, circularon trascendidos sobre la posibilidad de que Scioli finalmente se termine bajando del balotaje, imitando la actitud que tuvo Carlos Menem en el año 2003. El riojano, luego de haberle ganado a Néstor Kirchner en primera vuelta por una pequeña diferencia, y ante la eventualidad de sufrir una derrota, decidió tirar la toalla. Hasta ayer, en un intento de desmentir esas versiones, muchos sciolistas buscaban imponer la idea de que el gobernador seguía en la pelea y de que el gran derrotado el último domingo fue Aníbal “La Morsa” Fernández en la Provincia, y no su jefe. 

Eso no es todo. Anoche, había sectores cercanos al gobernador que hasta ponían en duda la continuidad de Carlos Zannini –un ultra K, igual de piantavotos que La Morsa, puesto a dedo por Cristina Kirchner- en la fórmula presidencial del Frente para la Victoria. Y hasta anticipaban que Scioli estaría dispuesto a depurar el gabinete que el mismo anunció la semana pasada, sacando aquellos personajes más relacionados con el kirchnerismo. ¿Se animará a bajarlo a Ricardo Echegaray, el actual titular de la AFIP, uno de los personajes más corruptos del universo K que acompañan su candidatura?

Ahora bien, todas las movidas que se están dando en el sciolismo parecen tardías. Huelen a cala. Scioli se encuentra contra las cuerdas, en una situación de absoluta soledad como la que suelen tener los boxeadores que van perdiendo la pelea, y que sólo atinan a revolear alguna que otra mano, buscando el golpe de suerte. En ese caso, el contraataque del ex motonauta fue mandar a dos de sus alfiles –Gustavo Marangoni y Alberto Samid- a criticar las cadenas nacionales de Cristina y a los seudos intelectuales kirchneristas de Carta Abierta (ver Ofensiva sciolista contra Carta Abierta ).  La movida tuvo sabor a poco. 

Viendo este escenario, y si bien no se pronunciaron directamente, Massa y de la Sota remarcaron, luego de un plenario realizado en Puerto Madero, que “un 65% votó por el cambio, ya ganó el cambio”. Eso, y decir que no votarán por Scioli, es prácticamente lo mismo.

El juego que persiguen los referentes de la alianza UNA es constituirse como el principal polo opositor peronista, asentándose en el bloque de 30 diputados nacionales que tendrá en el congreso nacional, a partir del 10 de diciembre y que podría ampliarse a partir de las deserciones que podrían producirse en el Frente para la Victoria cuando se confirme la derrota del kirchnerismo. Esta estrategia requiere, necesariamente, que pierda Scioli y triunfe Macri. Por eso ayer buscaron una forma que implique no quedar pegado con el jefe de gobierno porteño. ¿Cómo lo hicieron? Elaborando un documento con todas sus propuestas –eliminación de las retenciones, instauración del 82% móvil para los jubilados, ley de derribo para combatir el narcotráfico, etc.- que pusieron a consideración de los candidatos que participarán en el balotaje (ver aparte).

El problema para el gobernador bonaerense es que salir a apoyar lo que propone el ex intendente de Tigre implica hacer un giro de 180 grados y romper definitivamente con los K, algo que evidentemente nunca estuvo dispuesto a hacer. Y que, a esta altura, es la única salida que tendría el ex motonauta para no ser derrotado.

Pocos minutos después de la declaraciones de Massa y de la Sota, Scioli apareció en un acto en Mar del Plata, junto al intendente Gustavo Pulti y su empresario favorito Florencio Aldrey Iglesias, grandes perdedores del último domingo en La Feliz (perdieron frente al candidato local de Cambiemos, Guillermo Arroyo), donde relativizó la idea de cambio que plantean desde UNA.

La imagen de anoche fue tétrica. Scioli fue a inaugurar un paseo comercial que, insólitamente, lleva el nombre de su empresario amigo que para colmo acaba de ser beneficiado por un decreto municipal (firmado por el intendente que perdió las elecciones) para no pagar tasas durante 10 años.

En definitiva, la pelea electoral está llegando a su fin y no se ve en Scioli la fuerza y la decisión necesaria para revertir un resultado que parece cantado. Esto, al mismo tiempo, constituye un desafío para el propio Macri que debería medir cada uno de sus pasos con mucha cautela, evitando cometer errores como los tuvo con el Niembrogate o caer en triunfalismos innecesarios.

 

“Yo no quiero que gane Scioli”

 

“Yo no quiero que gane Scioli”, dijo anoche en un programa televisivo Sergio Massa, profundizando aún más las complicaciones que tiene el candidato del Frente para Victoria de cara al balotaje del 22 de noviembre.

 

Massa agregó que no hay "nada" que lo acerque al kirchnerismo. Y respecto al frente Cambiemos, que lidera Mauricio Macri, aclaró: "Tenemos cosas que nos diferencian y cosas en las que podemos coincidir, pero yo soy un espacio distinto".

 

"Argentina necesita sin dudas un cambio, pero tiene que garantizar que marchamos hacia un país donde reemplazamos el plan social como camino de recuperación de millones de argentinos a la dignidad. Sin dudas, requiere del diálogo y los acuerdos y que el próximo presidente se comprometa a que haya presos por corrupción", dijo Massa en un nuevo guiño hacia Macri.

 

Ayer, el ex candidato presidencial habló junto a sus socios políticos, el gobernador cordobés José Manuel de la Sota y el economista Roberto Lavagna en un acto en Puerto Madero en el que fijaron posición pública sobre la pelea por la sucesión de Cristina. También estuvo su vice en la campaña, Gustavo Sáenz, intendente electo de Salta.

 

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