Scioli: ante la encrucijada de las tragamonedas

Scioli: ante la encrucijada de las tragamonedas

Fondos buitre se quedaron con Codere. Se reabre el debate sobre la necesidad que el Estado de la Provincia asuma la administración y el control del negocio del juego. ¿Se animará el gobernador a dar este paso?

La endeudada empresa española Codere, dueña de 14 bingos en la provincia de Buenos Aires, cambió de manos. Luego de haberse declarado en default en enero, sus acreedores finalmente se quedaron con la mayoría de los activos de la compañía. Por eso uno de sus principales accionistas pasó a ser la administradora de fondos Blackstone, que también tiene en su poder títulos de la  deuda pública argentina que no entraron al canje.

Blackstone, que actuó en la negociación por la reestructuración de la deuda de Codere a través de las firmas Canyon Capital Finance y GSO Special Situacion Fund, es uno de los fondos buitre que viene siendo denunciado por la presidenta Cristina Kirchner, en una actitud absolutamente hipócrita ya que nada dice de que ese mismo fondo tiene acciones de YPF.

Esta vuelta de tuerca en el mando de la principal empresa de juego de la Provincia trae nuevamente el debate sobre la urgencia de que sea el Estado el que administre el multimillonario negocio del juego. De la mano de Carlos Menem y Eduardo Duhalde, los españoles, comandados por la familia Martínez Sampedro, desembarcaron en la Provincia a inicios de los ‘90. Y lograron ganancias que no obtuvieron en ningún lugar del mundo, al poder regentear, sin control, tragamonedas instaladas en todo el territorio bonaerense, incluida la ciudad de La Plata.

Las maquinitas causaron un real saqueo ya que, al estar programadas para perder y no tener nada de azarosas, hicieron que familias en su desesperación por salvarse económicamente recurrieran al juego y terminaran endeudadas y quebradas. Incluso se registraron varios suicidios. Asimismo, para poder instrumentar este negocio, se sirvieron de  fundaciones truchas y clubes de fútbol, que ostentan las licencias de explotación y actúan como pantalla del negocio.

Las máquinas tragamonedas le dejaba a Codere más de 2.000 millones de pesos anuales, que de haber estado en manos del Estado podría paliar algunos problemas de la provincia como la falta de recursos para combatir la inseguridad o la penosa situación que atraviesan los hospitales por  las falencias edilicias y la falta de insumos.

La firma española obtiene, actualmente, el 40% de sus ganancias a nivel mundial en la provincia a partir de la recaudación de sus 6.205 maquinitas. A pesar de las evidencias que dejan en claro que el juego debe estar en manos del Estado, y de las cuales Hoy se ha encargado de remarcar a lo largo de los años, el gobierno provincial ha evitado pronunciarse al respecto.

La Constitución bonaerense, en su artículo 37, establece que los casinos no pueden ser privatizados “temporaria ni permanentemente”, y sólo permite “la participación del capital privado en emprendimientos de desarrollo turístico”, artilugio usado de forma arbitraria para que el Estado entregue concesiones por 15 años a empresarios amigos del poder para su explotación.

¿Qué tipo de interés turístico puede tener una sala de tragamonedas instalada en San Francisco Solano, una de las localidades con mayores niveles de pobreza e indigencia del país?

La Provincia se queda sólo con el 34% de lo producido en los bingos y el resto va a manos privadas, en un mal negocio que aprovechaban empresas como Codere y el holding que lidera el zar kirchnerista del juego, Cristóbal López. El Estado puede y debe hacerse cargo del juego en la provincia, pero la pregunta que flota en el aire en el ambiente político es la siguiente: ¿se animará el gobernador Scioli a tomar el control y la administración de esta actividad millonaria?

De buitres y otras yerbas

Codere, una empresa que a lo largo de los años recibió cuantiosos favores políticos, tales como renovaciones sistemáticas de licencias y el pago de irrisorios cánones, sintió el impedimento de no poder enviar sus remesas a la casa matriz en España, llegando a alcanzar una deuda de más de 1.000 millones de euros a nivel global.

Ante esta situación, los acreedores aceptaron una quita de 400 millones de euros sobre la deuda original y el canje de 670 millones de deuda por capital por el 98% de Codere, quedándose los Martínez Sampedro, antiguos dueños de la empresa, con sólo el 2% de las acciones.

Un negocio millonario para privados

En los últimos 7 años, Codere incrementó en un 40% la instalación de tragamonedas en territorio provincial, a pesar de que la empresa seguía contando con los 14 bingos que regenteaba.

Según uno de sus últimos balances,  las tragamonedas bonaerenses le dejan a la firma española una ganancia de 256,4 euros por máquina, 5 veces más de lo que consiguen sus salas de juego en la madre patria y México.

Tal como afirmó Hoy en reiteradas ocasiones, mientras que por la regulación y por los controles, el número de tragamonedas de Codere se fue reduciendo en España y México, en la provincia de Buenos Aires se siguió el proceso contrario. La firma española tiene 1800 máquinas más que en el año 2007.

Comentá la nota