Santos y Uribe nombran representantes

Santos y Uribe nombran representantes

El sacudón que generó el triunfo del No en el plebiscito llevó al presidente Juan Manuel Santos a agendar para mañana reuniones por separado con los ex mandatarios Alvaro Uribe (2002-2010) y Andrés Pastrana (1998-2002).

El presidente colombiano Juan Manuel Santos y el Centro Democrático (CD), que orienta el ex mandatario Alvaro Uribe, ganador del plebiscito del pasado domingo que dejó el acuerdo con las FARC en el limbo, designaron tres representantes como primer paso para renegociar un acuerdo político nacional que permita salvar el proceso de paz.

Por el gobierno estarán la canciller María Angela Holguín; el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, y el jefe del equipo negociador, Humberto de la Calle. Los tres fueron plenipotenciarios en las negociaciones de más de cuatro años con las FARC en La Habana.

Por el uribismo fueron designados Oscar Iván Zuluaga, Carlos Holmes Trujillo e Iván Duque. Los tres fueron los jefes de debate en defensa del No en el plebiscito y tienen la investidura de precandidatos presidenciales.

El presidente, además, expresó que de parte de él existe “toda la voluntad y la determinación” para “llegar pronto a soluciones satisfactorias para todos”. Y refiriéndose a los uribistas, dijo que se necesita “actuar con prontitud y poner límites de tiempo, pues la incertidumbre y la falta de claridad sobre lo que sigue ponen en riesgo todo lo que hasta ahora se ha construido”.

El sacudón que generó el triunfo del No en el plebiscito llevó al presidente Juan Manuel Santos a agendar para mañana reuniones por separado con los ex mandatarios Álvaro Uribe (2002-2010) y Andrés Pastrana (1998-2002), los principales defensores del rechazo a la letra del acuerdo, para dialogar acerca de los pasos a seguir en esta hora de incertidumbre para Colombia.

Por su parte, Uribe sorprendió ayer en el Senado al mostrarse dispuesto a apoyar una amnistía amplia para los guerrilleros de las FARC, pidió protección para los integrantes de esa insurgencia mientras se mantengan en cese del fuego y de hostilidades, y pidió aprobar una ley que alivie la situación de los militares condenados por razones del conflicto armado, sin que se llegue a la impunidad.

“Que se les dé amnistía a aquellos del grupo de las 5700 personas que no estén inclusos en delitos no aministiables a la luz de la legislación de hoy”, dijo Uribe en una intervención en el Senado.

El acuerdo de paz firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que fue ajustadamente rechazado este domingo en un plebiscito recogía un proyecto de Ley de Amnistía que preveía el perdón jurídico para aquellos guerrilleros que no hubieran cometido delitos graves. Quienes hubieran violado el estatuto del Tratado de Roma, que incluye crímenes de lesa humanidad, torturas, abusos sexuales o reclutamiento de menores, afrontarían penas privativas de la libertad de hasta ocho años siempre que reconociesen haber cometido esos delitos.

La opción del No, apoyada esencialmente por Uribe y su partido el Centro Democrático, obtuvo el domingo 6.431.376 votos (50,21 por ciento) frente a los 6.377.482 sufragios a favor del Sí (49,78 por ciento).

Los impulsores del No en el plebiscito asumieron ahora un papel central en las discusiones y procurarán convencer al gobierno de que proponga a las FARC un entendimiento con cambios en los puntos que más resistencia despertaron entre la población.

El uribismo aceptó abrir ese canal de diálogo luego de asentar en una declaración pública una pregunta que parece ser clave en el proceso.

“Atendiendo el mandato ciudadano que se expresó claramente por no apoyar los acuerdos suscritos entre el Gobierno Nacional y las FARC, ¿está dispuesto a corregir los puntos en los que ciudadanos del No expresamos preocupaciones?”, interrogó el CD en un párrafo dirigido a la administración de Juan Manuel Santos.

El nuevo cuadro es tan distinto del anterior que hasta el propio Uribe se mostró dispuesto a reunirse con Santos, para tratar los cambios que considera que deben hacerse al acuerdo de paz. “Si me toca pedirle una cita al presidente de la República para decirle qué nos preocupa de los acuerdos, le pido esa cita”, dijo el ex mandatario.

Aclaró, sí, que no podría ir solo, sino que tendría que acudir “en grupo” con otros miembros de su partido, el Centro Democrático, y decirle: “Vea, presidente, respetuosamente nuestras preocupaciones son estas”.

El acuerdo nacional, a cuyas negociaciones están invitadas otras fuerzas políticas que apoyaron el No, será buscado sin que las FARC hayan cambiado su posición de considerar que el entendimiento firmado en Cartagena de Indias no puede ser renegociado.

A ese punto se refirió la canciller María Angela Holguín, quien aseguró que será decisión de las FARC si aceptan o no reabrir las negociaciones para incluir las propuestas de los promotores del No.

“La decisión de si se abren o no los acuerdos es más una decisión de las FARC, porque se cerró el acuerdo y eso fue lo que firmamos el pasado 26 de septiembre, así que la decisión no es del Gobierno”, aseguró, y admitió que el Ejecutivo no tenía un Plan B para un eventual rechazo al entendimiento. Para Holguín, “difícilmente a uno se le puede pasar por la cabeza después de 52 años de guerra que los colombianos le digan no a querer vivir en paz”. En cuanto a los motivos del resultado del plebiscito, la opinión generalizada entre los expertos consultados es que “faltó tiempo para incorporar la pedagogía de la paz e informar a la gente sobre los aspectos de la justicia transicional”.

Los impulsores del No rechazaron puntualmente los artículos del acuerdo que consideran que abren la puerta a la impunidad a los miembros de las FARC. También se oponen al ingreso de milicianos de la guerrilla en puestos políticos.

Ayer, De la Calle se reunió en La Habana con el secretariado de las FARC para analizar los resultados del plebiscito y las consecuencias del rechazo.

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