Santiago Cafiero: la historia del hombre que en dos años se convirtió en la mano derecha de Alberto Fernández

Santiago Cafiero: la historia del hombre que en dos años se convirtió en la mano derecha de Alberto Fernández

Es uno de las figuras más fuertes del armado y sería jefe de Gabinete del próximo gobierno. Nieto del histórico dirigente peronista Antonio Cafiero, comenzó a mostrar vocación por la política desde la adolescencia. Sus primeros pasos, el día que Néstor Kirchner lo recibió en Olivos y su relación con el candidato del Frente de Todos

Uno es muy desordenado. Al otro lo obsesiona el orden. Uno vive con el mate al lado. Al otro le va más el café negro. Uno vive de traje. El otro en jeans y a lo sumo se pone una camisa si la reunión lo amerita. Son de generaciones diferentes. Hoy comparten la mayor parte del tiempo. Y si el 27 próximo uno de ellos es elegido presidente, el otro, Santiago Cafiero, podría convertirse el 10 de diciembre en su jefe de Gabinete.

Se conocen desde hace dos años y en poco tiempo lograron una relación de confianza. Cafiero nació en cuna política y peronista: es nieto de Antonio Cafiero y su padre Juan Pablo, también tiene una larga trayectoria. Santiago es uno de los hombres más importantes con oficina propia en calle México, el búnker de Alberto Fernández y dónde hoy se trabaja en el proyecto de gobierno para los próximos cuatro años.

En la Casa Rosada los separaría una puerta, entre despacho y despacho. La misma puerta que durante cuatro años Néstor Kirchner abrió sin golpear para consultar algo, hacerle una broma o para saber con quien estaba reunido Alberto Fernández que era su jefe de Gabinete.

Santiago Cafiero no sólo es su jefe de campaña. Coordina los equipos que ya trabajan en los temas centrales que pondrá en marcha Alberto Fernández si le gana las elecciones a Mauricio Macri.

Con "Pepe" Mujica, en la visita de Alberto Fernández a Uruguay para ver al ex Presidente

Se conocieron hace varios años pero trabaron relación política en noviembre de 2017, en un restaurante porteño. No eran más de 12 personas. Una docena de dirigentes peronistas derrotados en las elecciones legislativas de 2017 por Cristina Kirchner, quien no quiso darle la interna a Florencio Randazzo, su ex ministro de Transporte. La relación se había roto mucho antes, cuando Randazzo se negó a ser candidato a gobernador bonaerense en 2015. Entre los comensales estaba Santiago Cafiero, muy amigo del intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, uno de los pocos que había sobrevivido a la ola triunfal del PRO. Alberto Fernández, que trabajaba con Randazzo, lo miraba. Cafiero dijo: ¨Muchachos, Cristina ganó. Nosotros le pedimos autocrítica a ella y sacamos 5 puntos. Por qué no la hacemos nosotros¨. En esa comida comenzó a gestarse la reconciliación con Cristina Kirchner y la de ella con el peronismo. En eso el papel central fue de Alberto Fernández: primero curaron 10 años de heridas personales con la ex Presidente, y después él empezó el trabajo fino de acercamiento con los gobernadores y los principales hombres del PJ, incluido Sergio Massa. En todo ese proceso lo acompañó Santiago Cafiero, un joven algo desencantado de la política que quería revancha.

Empezaron a viajar juntos a todo el país. Cada vez que iban a una provincia cada uno se pagaba el viaje con tarjeta de crédito. ¨Era como una inversión a futuro. No sabíamos que iba a pasar y si podíamos juntar a todos con CFK¨, recordó hace poco el propio Cafiero en una reunión en su oficina.

Después se formó el ¨grupo Callao¨ (grupo de allegados a Fernández que trabajaron en propuestas) y comenzó el armado de la unidad del peronismo detrás de Cristina Kirchner. Nadie imaginaba que la ex Presidente iba a ceder el primer lugar a Fernández.

Admirador de Néstor Kirchner

Santiago Cafiero respiró política desde la cuna. Su abuelo Antonio Cafiero fue un dirigente emblemático del peronismo: el ministro más joven de Juan Domingo Perón en 1955, varias veces diputado, gobernador de la provincia de Buenos Aires, y senador nacional. Su papá, Juan Pablo Cafiero, más conocido como ¨Juampi¨ también siguió el camino de la política de su padre: fue diputado, ministro de Desarrollo Social, de Justicia y embajador argentino ante la Santa Sede hasta 2014. Hoy es una de las personas de consulta permanente de su hijo.

Santiago Cafiero, 40 años, empezó sentir la vocación por la política desde la adolescencia. Tenía 15 cuando empezó trabajo social en la Iglesia Santo Domingo Savio, en San Isidro de donde son los Cafiero, y empezó a ayudar a dos curas, Aníbal Filipini y Jorge García Cueva en tareas sociales en la villa La Cava.

Casi siempre, los Cafiero se juntaban en la casa de Antonio, que tuvo 10 hijos, 40 nietos y 23 bisnietos. ¨El abuelo siempre reunía a todos. Familia tana. Somos tantos, que siempre alguien cumplía años. Y todos pasábamos por la casa del abuelo¨, recordó hace poco Santiago Cafiero. Su abuelo, detectaba entre sus nietos a quién le interesaba la política, la economía y la historia, que eran las cosas que más le ocupaba la cabeza al ex senador, fallecido en 2014. Y Santiago era uno de ellos. Por eso, su abuelo le empezó a dar libros, como el del 17 de Octubre de Fermín Chávez. Después empezaban a discutir de política y el abuelo a contar sus anécdotas.

El abuelo Antonio, el padre Juan Pablo y Santiago rodeado de sus hermanos y primos

En la villa La Cava, en San Isidro, Santiago empezó a ayudar cuando era adolescente. Puso un merendero con unos amigos y una biblioteca popular.

Cursó la primaria en la Escuela Nro. 4 y la secundaria en el colegio Estrada. Se recibió de licenciado en Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires. Mientras militaba en el peronismo y ayudaba a la familia repartiendo boletas en las elecciones. Se afilió al PJ cuando tenía 23 años, aunque militaba desde los 15 años.

Después empezó a trabajar en distintos lugares en un banco, en la procuración y después pasó de privado a lo público pero siempre con un perfil más técnico que político. En 2006 llegó al ministerio de economía y luego ocupó distintos cargos durante toda la gestión de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires. Dos veces fue candidato a intendente de San Isidro, distrito que siempre gana Gustavo Posse. Santiago Cafiero piensa hoy que Scioli ¨hizo la gestión que pudo, con la plata que disponía la provincia¨. No logró tener con él una relación cercana, pero perder en 2015 frente a Macri lo golpeó fuerte. Era de los que pensaban que se podía ganar.

La derrota electoral fue un momento de quiebre para Santiago Cafiero, que tenía sólo 36 años. ¨Corto con todo. Me voy a tomar un tiempo. A Macri lo votaron en La Cava. Es un golpe muy duro¨, dijo en su momento, según reconstruyó Infobae.

Y cumplió. Se alejó de la política y decidió poner una librería en el centro de San Isidro, que se llamó ¨Punto de Encuentro¨. Atendía él. Se entretenía recomendando a sus clientes los libros que le gustaban a él. También volvió a La Cava para seguir con la tarea social y armó un comedor. Empezó con 70 raciones de comida y ahora alimenta a 160 personas.

Cafiero volvió a La Cava para seguir con la tarea social y armó un comedor. Empezó con 70 raciones de comida y ahora alimenta a 160 personas

El único vínculo con la política que tenía era con su amigo el intendente Gabriel Katopodis. Iba a tomar mate con él a San Martín y ahí se sacaba las ganas de hablar de política. Entre mate y mate, empezó a vincularse con Florencio Randazzo porque Katopodis lo apoyaba. ¨Mi corazón pejotista pudo más¨, recordó hace poco. Y decidió volver a meterse.

Cristina Kirchner no quería darle la interna a Randazzo. Fue en esos días que Cafiero se cruzó un par de veces con Alberto Fernández. Después vino la derrota hasta que en ese almuerzo empezaron a pensar en la unión del PJ.

A fin de 2017, Cafiero lo invitó a Fernández a presentar su libro La independencia económica El pensamiento de Antonio Cafiero. Y después para diciembre de 2017 se cruzaron mensajes por las fiesta de fin de año. Fernández le contó que había hablado con Cristina Kirchner y que había que unir el PJ. Y ahí comenzó todo. Antes de que se cumplan dos años de esa charla, hoy Cafiero se convirtió en su mano derecha.

¨Lo mejor que nos pasó con Alberto es que no nos buscamos. Nosotros nos encontramos¨, suele decir Santiago Cafiero en privado. La relación se fue construyendo en los viajes a las provincias.

Los 20 años de diferencia que existen entre los dos no se notan, según cuenta siempre Cafiero. ¨Él es rockero, canta, toca la guitarra. Yo leo y me voy a dormir temprano¨, dijo Cafiero que tiene tres hijos, de 13, 10 y 6 años.

Muchas veces Cafiero va a comer con Fernández al departamento de Puerto Madero. Se manejan mucho por chat, y si es importante se hablan por teléfono. El vínculo es con él. Con Cristina Kirchner no tiene mucha relación.

En uno de los tantos momentos que comparte con Fernández

A Néstor Kirchner lo vio una sola vez. Fue en 2009, cuando él era funcionario del gobierno de Scioli. ¨Me llamó y dijo que me quería ver en Olivos¨, contó Cafiero. Era la época de las candidaturas testimoniales. Había otros dirigentes citados en la quinta presidencial, pero el ex presidente primero hablaba con cada uno en privado. Le pidió que fuera candidato en San Isidro como concejal, que había que poner el hombro en los distritos que habían perdido. Le dijo que sí. ¨Ahí estaba Néstor haciendo política. Ocupándose de los concejales en persona. No puedo ser objetivo cuando hablo de Néstor, siempre me deslumbró¨, dijo en privado hace poco recordando a al ex Presidente.

El día que Cristina Kirchner le dijo a Fernández que lo quería de candidato presidencial, Alberto llamó a Cafiero y le dijo que tenía que hablar con él. Compartieron un almuerzo con intendentes y volvieron juntos en auto, manejaba Alberto Fernández. En ese auto comenzaron a hablar de que se venía un cambio total.

Meses después lo nombró jefe de campaña. Cafiero le dice ¨Albert¨ y también ¨Jefe¨. Hace poco le regaló un libro, Psicopolítica. Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder, del filósofo Byung_Chul Han, que dirige su mirada hacia las nuevas técnicas de poder del capitalismo neoliberal.

La librería que abrió en 2015 ahora está cerrada, la suba en los alquileres le hicieron imposible tenerla abierta y después el proyecto presidencial de Fernández le quitó tiempo. Tiene una cantidad de libros guardados y espera reabrirla si cambia el gobierno y mejoran las condiciones económicas.

Si se lo consulta si podría ser el futuro jefe de Gabinete, Cafiero nunca dice cuál será su cargo si gana Fernández. A su jefe lo define como generoso y muy comprometido en los grandes temas de la Argentina. ¨Yo lo acompaño, voy a estar donde él quiera¨ suele decir.

En privado, Fernández asegura que lo quiere de jefe de Gabinete. Pegado. La decisión final será después de las elecciones. Hay varios gabinetes posibles dando vueltas.

Lo cierto es que si el Frente con Todos gana las elecciones, Cafiero tiene un lugar asegurado cerca del próximo presidente.

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