Santa María es la nueva denominación que, a través de la ley provincial 14018, lleva la región conocida hasta hace meses como San Miguel Oeste.

La nueva ciudad, cuarta localidad del partido, cuenta con 17 barrios mayormente habitados por inmigrantes de países limítrofes, una fuerte presencia de instituciones jesuitas, y es la de menor desarrollo distrital en lo que a infraestructura hace.

Para el evento del domingo 8 de noviembre se dieron cita además de La Porta y de la Torre, el presidente del PJ de San Miguel, Aldo Rico, quien permaneció alejado de los sitios institucionales, en compañía de su mujer Marisa Guilanea y los concejales electos Julia Scilleta y Orlando López. Sí representó a su padre en el acto institucional, la diputada nacional Maria del Carmen Rico.

La misa patronal fue oficiada por el Obispo de San Miguel Monseñor Sergio Alfredo Fenoy. Frente al altar, en primera fila, el Secretario de Gobierno municipal Alfonso Coll Areco, el intendente Joaquín de la Torre, el concejal Ricardo Aleksiejoner, en otra fila el Diputado Provincial Franco La Porta, los concejales Carlos Coronel, Jorge Spitaliere, Hugo Reverdito, el funcionario provincial Juan José Castro y la diputada nacional Manola Rico.

También en otras ubicaciones, los concejales Susana Salto, Hipólito Fuentes, Guillermo Sánchez, el secretario de salud Mario Russo, su par de hacienda Salvador Rodríguez, entre otros legisladores comunales y funcionarios municipales.

FRANCO Y JOAQUIN "SE DIERON LA PAZ"

Así llegó el momento de "desear la paz" entre todos los concurrentes a la santa misa. Visiblemente incómodos, Franco La Porta y Joaquín de la Torre, ex aliados políticos, enemistados desde el 9 de julio de 2008, accedieron al saludo ante la mirada de periodistas y políticos.

Minutos más tarde ambos volvieron a saludarse con un beso, ya no por la costumbre ancestral de la paz, sino por una entrega simbólica de una plaqueta de Franco La Porta a Joaquín de la Torre, la que extrañamente preparó la misma coordinación ceremonial del municipio.