Santa Cruz: la familia Kirchner pone en juego el poder en su territorio

Alicia, cuñada de la Presidenta, es la principal candidata del FPV; enfrenta un difícil desafío del radical Costa; Máximo será diputado

Viernes, 13 horas, tumultuosa salida de alumnos de la escuela Nuestra Señora de Fátima. El tránsito cortado genera un pueblerino caos vehicular: máquinas viales con el logo de Austral Construcciones asfaltan a nueva la calle Estrada al 700, debe estar lista en 48 horas. En esa escuela votará hoy, por última vez como presidenta, Cristina Kirchner, en un día donde el kirchnerismo se juega aquí su futuro político, después de 24 años afincado en el poder.

La repavimentación no llamaría tanto la atención si no fuera porque la ciudad natal del Frente Para la Victoria devuelve una postal de abandono y destrucción después de una intendencia municipal kirchnerista que dejó a la población sin servicios básicos por varios meses. Tras la renuncia de Raúl Cantín (FPV), en agosto pasado, y la asunción de otro oficialista, Pablo Grasso, aparecieron maquinarias y fondos para arreglar el abandono ante la cercanía electoral. Sin embargo, el fastidio sobre el estado de la ciudad se respira en el aire.

Río Gallegos no es más que un reflejo del enfrentamiento intestino que kirchneristas y peronistas empezaron hace cuatro años. El artilugio de la ley de lemas les permitirá hoy sumar sus votos a Alicia Kirchner, la candidata a gobernadora de la jefa del Estado, y a Daniel Peralta, actual gobernador y presidente del PJ local, que va por la re-reelección. Ambos no se cruzan hace más de un mes. No compartieron acto ni campaña. Incluso Peralta fue hostigado por cadena nacional y sobre el cierre advirtió que eso podrá traer "un costo político para Santa Cruz".

El costo sobre el que no se explayó el gobernador, quien no fue amigo, pero sí un hombre indispensable para Néstor Kirchner, es lo que se juega hoy el kirchnerismo: la continuidad del proyecto político tras 24 años en el poder, la seguridad de la morada propia desde donde reconstruirse con vistas a 2019, y la herencia política vacante que dejó Néstor Kirchner, donde allí hoy su hijo confirmará si es el heredero.

Máximo Kirchner es candidato a diputado nacional. A los 38 años irá por su segunda elección. La primera fue en las PASO, donde fue el candidato más votado, pero perdió ante el lema opositor. Su nombre irá pegado a la boleta de su tía. Dos Kirchner intentarán recuperar la mística que el partido supo tener en el pasado.

Kirchneristas y peronistas no se animan a decir que la elección está ganada. Ambos saben que el radical Eduardo Costa, quien encabeza un amplio frente opositor, logró captar para sus filas parte del enojado voto peronista que será clave en la elección de hoy. Costa, diputado nacional, tiene motivos para esperanzarse: fue pragmático y pese a denunciar a la ley de lemas, la convirtió en una fortaleza cuando sumó en sus filas al Frente Renovador.

Pasaron más de 12 años desde aquel mayo de 2003 donde los santacruceños se asombraban que "uno de ellos" había llegado al sillón de Rivadavia y seguían con cierto grado de cholulismo cómo sus ex vecinos se habían convertidos en personalidades famosas. Doce años después, la pelea por la Presidencia no es un tema que desvele a los locales.

Desde Santa Cruz, Néstor y Cristina Kirchner construyeron su estatus de dirigentes políticos, acuñaron el nombre de fantasía Frente para la Victoria Santacruceña, amasaron su poderío político y también su fortuna. Fue Santa Cruz la plataforma de lanzamiento; sin embargo, hoy la continuidad corre peligro. En los últimos 12 años la provincia fue beneficiada con obras millonarias, pero eso no les asegura el triunfo. El resultado será imprevisible.

Comentá la nota