La sospecha de que la UCR vaya a ser marginada de las listas legislativas de este año cunde entre los dirigentes boina blanca. No por nada Ricardo Alfonsín deja trascender que puede presentar batalla en las PASO para reclamar lo que, entiende, le corresponde al radicalismo en términos de representación.

La UCR bonaerense se quedaba sin representantes en la cumbre “bilateral” que mantendrán las principales figuras del PRO y la UCR a nivel nacional, el próximo lunes, en Olivos, junto al presidente Mauricio Macri. Sin embargo, el vicegobernador y titular del Comité Provincia, Daniel Salvador, pataleó y salvó la ropa en el último minuto.

A la cita estaban convocados  a departir junto a Mauricio Macri el titular del partido, José Corral, su predecesor, Ernesto Sanz –sin representación institucional más allá de su cercanía al Presidente-, los legisladores Mario Negri y Ángel Rozas, y la presidenta de la Convención, Liliana Stubrin.

Más tarde trascendió que María Eugenia Vidal y hasta Emilio Monzó podrían formar parte del convite. Ahí se hizo ostensible la ausencia de convocatoria para el radicalismo bonaerense, que amenaza con generar un cisma interno en Cambiemos, justamente por el “ninguneo” al que se lo somete en el reparto de cargos.

De hecho, la sospecha de que la UCR vaya a ser marginada de las listas legislativas de este año cunde entre los dirigentes boina blanca. No por nada Ricardo Alfonsín deja trascender que puede presentar batalla en las PASO para reclamar lo que, entiende, le corresponde al radicalismo en términos de representación.

La posibilidad está latente. Cambiemos, en Buenos Aires, debe repartir espacios con los PRO puros, los PRO de Monzó, los PRO de Vidal, los PROperonistas y, además, los radicales y los lilitos. Claro que el Gobierno guarda una carta bajo la manga: las numerosas vacantes, varias de ellas respecto de cargos vitalicios, que todavía quedan por repartir, desde la silla en la Suprema Corte, que puede convertirse en dos, hasta las vacantes en el Tribunal de Cuentas, pasando por el Ministerio de la Producción, que, especulan en los comités, pueden convertirse en “premio consuelo” para los despojados de las sábanas electorales.

Para no precipitar la discusión, Salvador pataleó y logró que lo sentaran en la mesa, mediante un artilugio singular: a la convocatoria, que en principio incluia a gobernadores, autoridades partidarias y representantes legislativos, se agregó, en una caligrafía manuscrita y que revela el apuro, el ítem “vicegobernadores”, con lo cual el titular del Comité Provincia podrá darse el gusto de participar.