La ministra de Salud, Rossana Chahla, recibió ayer en la Casa de Gobierno al legislador José María Canelada (UCR) y al delegado regional del Ministerio de Trabajo de la Nación, Gonzalo Guerra.

“Esto es un ministerio de puertas abiertas; podemos no tener las mismas ideas, pero podemos trabajar en conjunto para que esto vaya mejor. La salud es de todos; hay que cuidarla sin que importen los partidos políticos”, reflexionó Chahla tras el encuentro.

La funcionaria destacó la labor del parlamentario y aseguró que fue un encuentro muy fructífero. “Hablamos de todos los temas: la falta de médicos especialistas; de nuestro plan de seguridad; de los reemplazos; de la infraestructura. El legislador vio muy bien toda nuestra producción. Todas las repuestas fueron dadas de ambas partes y eso fue muy enriquecedor”, puntualizó la ministra.

Canelada aseguró, por su parte, que insistió a la ministra hasta el final del encuentro para que reciba personalmente a miembros del Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud (Sitas) que reclaman por estabilidad laboral, con una carpa instalada en la plaza Independencia. “La ministra expresó que los manifestantes no elevaron ningún reclamo por escrito”, señaló el parlamentario. “Pedimos que los casos sean evaluados uno por uno y que haya una respuesta por parte del Estado. Y que, si de verdad hay derechos que están siendo vulnerados, se vuelva atrás. No tengo dudas de que estas personas merecen una respuesta y, si se han equivocado en el rumbo de lo legal, nosotros vamos a asesorarlos”, afirmó.

El parlamentario sostuvo que no hubo acuerdo en todos los puntos y que “el equipo de salud y la ministra nos mostraron un organigrama que, en papel parece ordenado, pero en los hechos no se corresponde con la necesidad de los pacientes”.

Valoró, sin embargo, la convocatoria. “Es valioso que nos podamos sentar un legislador de la oposición y un ministro a dialogar, sin importar los partidos y expresar las cosas que creemos que no están funcionando bien y que deben cambiar”, subrayó. Canelada puso énfasis en que hay que tender “un puente que acerque lo que, en teoría, se desarrolla como un buen programa de salud, hacia lo que de verdad les duele a los tucumanos”.

Guerra, en tanto, coincidió con la ministra en la efectividad de la reunión. “El tema principal que tratamos fue la problemática de los trabajadores tercerizados, que prestan servicios de seguridad, cocina y limpieza”, explicó. Consignó que, junto con el Ipacym (Instituto Provincial de Acción Cooperativa y Mutual), harán una asamblea con las cooperativas para coordinar un trabajo “exhaustivo de control y encontrar el modo de regularizar la situación”.

Guerra recordó que, en diciembre del año pasado, de acuerdo con el relevamiento que hizo su área, el 60% de los trabajadores de hospitales estaba precarizado. “A medida que pasen los meses tiene que ser cero”, destacó el funcionario.

Sobre el Sitas

La ministra Chahla no dejó pasar la oportunidad de referirse a los cruces con el Sitas. “Quiero aclarar que ayer (por el lunes) no hablamos en ningún momento del tema de acoso laboral”, aseguró.

“Es necesario hablar con la verdad y en el encuentro sólo se habló de los trabajadores que quieren ingresar al Sistema Provincial de Salud. En este sentido se debe destacar que hay personal que pertenecen a otros organismos, pero pretende ser absorbido por nuestro Sistema”, indicó Chahla.

“Nunca quedé en dar una conferencia de prensa, no negué ninguna ni tenía planificado algo que no hice. Quiero que se acaben un poco las mentiras y digamos las verdades”, exigió la ministra.

Desde que comenzó el año, las tensiones entre el Sitas y el Ministerio se acrecentaron.

Tras la cita, los autoconvocados habían expresado su descontento por la falta de respuestas a los reclamos de “persecución” y por la situación de los trabajadores precarizados pertenecientes a cooperativas de trabajo. Anunciaron que hoy, a las 11, con la presencia del Fesprosa (Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina), harán una concentración en la plaza Independencia para expresar el descontento y el repudio que hay ante actitudes “autoritarias”.