Luego de tomar conocimiento de la existencia del geriátrico Vida Plena, en Fiambalá, donde supuestamente se habría maltratado a un anciano -por lo que el dueño del establecimiento procedió a su cierre-, el ministerio de Salud de la Provincia actuó de oficio y clausuró formalmente este local. Entre algunas irregularidades, la más grave fue no contar con la habilitación correspondiente, por parte de la cartera sanitaria.

Sergio Orellana Barrera, subsecretario de Gestión en Salud Pública, dijo a El Ancasti que el Departamento de Regulación y Control estuvo a cargo del operativo de inspección de este geriátrico. "No hay ninguna habilitación. Funcionaba clandestinamente. Había un pleno desconocimiento por no estar debidamente registrado”, aseveró.

Sobre la situación con la que se encontraron el subsecretario indicó que se hallaron dos adultos mayores, que fueron trasladados al Hospital de Fiambalá, donde se constató su buen estado de salud. Luego fueron llevados con sus familiares.

De acuerdo con la inspección efectuada, el funcionario remarcó que este geriátrico no estaba habilitado por el Ministerio de Salud, por lo que no estaba en condiciones de funcionar. Al respecto contó que el Departamento de Regulación y Control está a cargo de los controles en los geriátricos y otros establecimientos que presten servicios de salud. En Capital estimó que funcionarían alrededor de cinco clínicas geriátricas y en el interior "casi no hay”.

Controles

En cuanto a los controles, según lo establecido por la Ley 5056 de Establecimientos Geriátricos Privados y Públicos, deben realizarse tres por año. A efectos de poner fin a situaciones como ésta, el subsecretario comentó que se realizan patrullajes en el interior, con la colaboración de los jefes de las Áreas Programáticas y los directores de los hospitales. En caso de que haya algún establecimiento sin la habilitación correspondiente se procederá a la clausura, advirtió.

La Residencia de Adultos Mayores "Vida Plena", que funcionaba desde hace poco más de un mes en Fiambalá no estaba habilitada y fue cerrada por su dueño luego de la denuncia que se efectuó en contra de la institución por presuntos malos tratos a un anciano identificado como Carlos Tello (72), el martes de la semana pasada.

El cierre del lugar lo dispuso el mismo dueño, Ariel De La Fuente, que además es médico, y que no disponía de ningún tipo de habilitación comercial ni sanitaria a pesar de que desde el municipio se habían realizado dos intimaciones para que formalice la presentación de la documentación.

PATRULLAJES

El subsecretario comentó que se realizan patrullajes en el interior con la colaboración de los jefes de las Áreas Programáticas y los directores de los hospitales. Si no tienen la habilitación, se los clausura.