La salud privada, al borde del colapso por la devaluación y los costos en dólares

La salud privada, al borde del colapso por la devaluación y los costos en dólares

La coyuntura económica también impacta sobre el empleo, los insumos y la infraestructura de un sector que, si no logra soluciones en el corto plazo, puede colapsar.

 

Los prestadores de salud privada son particularmente sensibles a los procesos inflacionarios que atraviesa el país. Además del alza de los costos laborales, también se vieron afectados por la suba del dólar, ya que una parte importante de la estructura de costos se encuentra ligada a esta moneda por insumos y equipamiento médico importados.

 

El resultado final es una presión de los costos en todos los órdenes que dificulta la estabilidad económica y financiera de las instituciones. Además de que por ingresos no es posible compensar estos desequilibrios porque el sector está altamente regulado por el Estado y limitado por el poder de mercado que tienen los financiadores.

Aunque el sector observó un aumento en el empleo formal registrado del orden del 6,4% cuando el resto de la economía cayó un 1,1%, la tasa de crecimiento de la salud privada decrece: mientras que en 2016 fue de 3,9% en promedio, en 2017 fue de 3,4% y en 2018, de 1,8%.

"Estamos ante una inusual baja de contratación de personal del sector que, históricamente, fue la más dinámica en creación de empleos privados registrados de media y alta calificación", afirman desde la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina (Adecra+Cedim).

"Si nuestro sector deja de ser sustentable y quiebra, toda la población deberá ser atendida por el Estado. Somos un sector muy fragmentado, que brindamos atención a más del 70% de la población, incluso a quienes están cubiertos por el Estado".

Prestadoras en peligro

Desde la entidad, entienden que no revisar normas y políticas públicas redundará en un deterioro de la calidad de atención médica. Guillermo Lorenzo, vicepresidente de Adecra y miembro de la Unión Argentina de Salud, confederación que nuclea a todo el sistema de salud privada, advierte: "Si nuestro sector deja de ser sustentable y quiebra, toda la población deberá ser atendida por el Estado. Somos un sector muy fragmentado, que brindamos atención a más del 70% de la población, incluso a quienes están cubiertos por el Estado".

"La crisis de los prestadores médicos del sector privado es una crisis del sector salud argentino en su totalidad", enfatizan. Vale destacar que más de 30 millones de argentinos utiliza servicios privados de cobertura médica y apenas un tercio se atiende de forma exclusiva en el sistema público.

Por su parte, Jorge Cherro, presidente de Adecra, plantea que el destino de la medicina privada depende de lo que pase con la cobertura de salud de la seguridad social. "Las noticias no son promisorias". Según dice, las soluciones pasan por mejorar la consistencia financiera de los recursos per cápita y sincerar las exigencias del Programa Médico Obligatorio a la disponibilidad de recursos per cápita de los diferentes segmentos de la población.

En la misma línea, Miguel Blanco, Director General de Swiss Medical Group, plantea una situación crítica por el cuadro de desfinanciamiento. "El sector alcanza al 70% del país y emplea a un millón y medio de personas. Necesita de medidas como reducción de impuestos, contención de costos y protocolos especiales que eviten que haya gastos innecesarios en el sistema. El desafío es sostener la calidad médica sin ahogar a la salud privada".

Para Guillermo Gómez Galizia, Presidente de la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CADIME), las condiciones del país profundizaron la crisis en la que se venían desenvolviendo los prestadores independientes, fundamentalmente pequeños y medianos. "Desde hace años, la fuerte depreciación arancelaria y el estado de permanente desfinanciamiento están ahogando al conjunto de las prestadoras".

Marcelo Figueiras, Presidente de Laboratorios Richmond, expone que, si bien el gasto total del sistema de salud argentino tiene uno de los niveles más altos del PBI en Latinoamérica, el funcionamiento de los hospitales y obras sociales públicas continúa siendo ineficiente e inequitativo comparado con la parte privada.

Por su parte, Sebastián Delarive, Gerente General de Sanofi Cono Sur, plantea que Argentina es un país con uno de los mejores sistemas de salud pública de la región, "que aspira a brindar acceso y cobertura universal, aunque aún queda mucho por hacer". El gran desafío "está en optimizar los recursos para garantizar su sustentabilidad y trabajanr en que haya igualdad de posibilidades de tratamiento y atención en todo el país, a nivel público y privado".

Desde Swiss Medical, sostienen que "este escenario conflictivo puso al sector en una situación crítica: el aumento de los costos y el crecimiento de las cargas impositivas, así como el vuelco de los usuarios a planes más bajos, que conlleva a una menor contribución a las empresas y al sector en su conjunto. En este momento, las empresas no tenemos espalda para seguir trabajando sin aumentar, dado que los márgenes son muy bajos. Uno de los principales problemas es el elevado costo de algunos medicamentos. Por ese motivo, se impulsa la creación de la Agencia de Evaluación de Tecnologías para controlar la conveniencia de medicamentos, pero también de estudios y procedimientos clínicos y quirúrgicos", remarca.

Más de 30 millones de argentinos utiliza servicios privados de cobertura médica y apenas un tercio se atiende de forma exclusiva en el sistema público.

Sustentabilidad del sistema

Más allá del momento crítico del país, se debe tener un plan a largo plazo de apoyo a la ciencia, la investigación, a nuevos procesos y a tecnologías de producción en la industria farmacéutica nacional, apuntando a su productividad, su eficiencia en los costos y su diversificación de productos y destinos para la exportación.

"Con el aporte de la industria a la accesibilidad a medicamentos y la reducción de su gasto, sumado a la medicina preventiva mejorando la calidad de vida de las personas y produciendo ahorros significativos en los costos, se podrá garantizar la sustentabilidad del sistema de salud", asegura Marcelo Figueiras.

"Los costos están fuera de control y la solución lineal de trasladarlos a la cuota es un camino agotado. El usuario ya no puede absorber subas", enfatiza Miguel Blanco.

Para Nicolás Vaquer, Country Manager de Pfizer Región Argentina, "el sistema de salud argentino, al igual que a nivel global, enfrenta el desafío estructural de promover las condiciones para brindar mayor acceso a las medicinas que necesita la población". Para lograrlo, sostiene, "es clave que se fomenten vínculos transparentes y duraderos entre el sector público y privado, considerando a todos los actores que toman decisiones en pos de desarrollar políticas más eficientes, que promuevan la sustentabilidad del sistema".

Los desafíos que enfrenta el sector

"Para la industria farmacéutica, lo principal es contribuir a bajar los costos de los tratamientos, favoreciendo el acceso de más personas a los medicamentos y las innovaciones terapéuticas que necesitan", dice Figueiras.

El responsable de Sanofi señala que a mediano plazo "las preocupaciones pasan más por las políticas públicas de prevención, el financiamiento del sistema de salud para que sea sustentable y ciertos factores que podrían impulsar mayores inversiones en investigación y desarrollo de las compañías, como un marco regulatorio más favorable a la protección de la propiedad intelectual".

Adriana Diaz, Market Access & Government Affairs de Roche, por su parte, manifiesta que "es fundamental promover instancias de diálogo entre todos los sectores para encontrar soluciones rápidas y efectivas que permitan, por un lado, reducir la inequidad y las barreras que limitan el acceso de los pacientes a las innovaciones que la medicina desarrolla y, por otro lado, que podamos diseñar nuevos esquemas de financiamiento que mejoren la capacidad y los recursos para la sostenibilidad del propio sistema".

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