Recordó que desde el 2009 el distrito comenzó a ser hostigado por los cambios en el clima, que en parte obedecen al desmonte indiscriminado practicado en gran cantidad de hectáreas del distrito. “No tenemos que olvidarnos que los campos estaban tapados de arena, que sólo teníamos tormentas de arena y que las lluvias no alcanzaban los 200 milímetros al año, en algunos de ellos apenas la mitad. Que a causa de las pocas lluvias se vieron afectados los campos, animales, trabajadores y hoy que tenemos lluvia la queja sigue."

Por suerte, hoy podemos ver que el panorama es claramente distinto al de aquellos años, la lluvia ha llegado, recibiendo 13% más de lluvias que el promedio 2005-2013 (Fuente: Dirección de Estudios Económicos – Bolsa de Cereales de Bahía Blanca– Mayo 2014), y ello implica factores sumamente positivos para la actividad agropecuaria, como la buena evolución de pasturas y recuperación de suelos.

En ese sentido, reiteró que “algunos deberían agradecer al cielo por las lluvias, en vez de querer posicionarse mediaticamente viendo el vaso medio vacío.” "Dios quiera que los años que vienen sean de lluvia como el que estamos transitando, para que se continúe el proceso de recuperación de los campos, que hayan más cosechas y más trabajo".