Los productores se dieron cita desde varios puntos de la provincia, con camionetas adornadas con globos y banderas celeste y blanca. Pidieron una solución urgente para el sector que atraviesa, según ellos, una de las peores crisis en los últimos años. "Ni en tiempo de sequía estábamos tan mal”, sostuvo un productor en el discurso que se dio en plaza San Martín.

Cabe destacar que el ingreso a la ciudad se dio alrededor de las 10.30, con una extensa fila de vehículos que complicó  el tránsito normal en el centro de la ciudad y el principal ingreso a Sáenz Peña. 

El campo de luto

Una vez instalados en plaza San Martín, el primer discurso lo realizó el pastor Carlos Cernik, también productor, quien señaló el dolor que hoy atraviesa el hombre de campo por el asesinato del productor José Lebrovich.

"El domingo, hemos sepultado a un joven agricultor, un hombre de trabajo, un hombre que se esmeraba para trabajar y producir. Pero hay quienes no tienen nada que hacer. Y quizás son aquellos mismos que reciben ayuda de arriba. Y lloramos el domingo. Hoy quiere decir que estamos aquí como un velatorio, porque estamos a punto de sepultar los campos, los que dan vida. Si ustedes van a uno de ellos, hoy prácticamente es un desierto. Algo que en un tiempo era una bendición para el pueblo, para el país”, dijo.

 

Los números según los productores 

En segunda instancia, el responsable de brindar algunos números en cuanto a la producción y el estado del hombre de campo, fue el ingeniero Martín Canteros, de la localidad de Las Breñas, quien señaló que "estamos en una situación de quebranto. Soy partícipe y testigo de la situación  que vivimos hace 12 años en la provincia. Vi como en los últimos años han ido aumentando las retenciones a todos los productos, primarios principalmente como en la cuestión de la soja que en el año 2001 comenzamos con un 5% y terminamos con una retención de entre el 24 y el 27% en un sólo año. No dijimos nada, seguimos trabajando y  produciendo hasta el año 2008, cuando llegamos a un aumento del 35%. Desde entonces, los rendimientos de los últimos años no nos alcanzan, no nos sirve”, manifestó.

"Tenemos un rendimiento promedio en la Provincia de 2000 kilogramos de soja por hectárea, en un año medianamente bueno y un costo de indiferencia de 2700 kilos. Vemos que nos está faltando 700 kilos y no sabemos de dónde sacarlo. Tenemos rendimiento de 1600 de girasol por hectárea, contra 2200 de costo de indiferencia, lo que significa que nos sigue faltando girasol para pagar todo. Ni hablar del maíz, que necesitamos alrededor de 8000  a 9000 kilos por hectárea para poder salir airosos de un buen lote. Lamentablemente hoy tenemos un rendimiento de 4500  a 5000 kilos y no nos está alcanzando. En el caso del algodón, que es el único cultivo que hoy puede rendir favorablemente y darnos un poco de rentabilidad. Pero sin embargo los costos promedios son muy bajos respecto a lo que podemos lograr. La cotización de la fibra de algodón en base a grado comercial  textil, donde otra vez nosotros estamos resignando la ganancia, el precio y otra vez sometiéndonos al mercado y regalando la producción”, detalló Canteros.

El ingeniero, también se refirió a los costos de logística que atraviesa el productor. "No nos permite aportar sustentabilidad al sistema. Tenemos un maíz que se lleva el 44 % de su costo por la logística de llevarlo de acá hasta el Puerto, lo que significa imposible producir de esa manera. En soja andamos entre un 25 y 30 %, solo de logística sin contar el resto de los gastos”, señaló.

"Hoy nos sale más barato comprar entre 5000 a 6000 kilos por hectárea de maíz, que terminar de produciéndolo. Vemos que la economía está bastante mal y no le encontramos salida al aportar sustentabilidad al sistema en base a las gramíneas. Necesitamos del sorgo, del maíz y no podemos sembrarlo. Por lo tanto nuestro potencial de acá en adelante, va a ir cayendo, por lo que necesitamos esa cobertura de suelo para poder soportar 15, 20 días sin lluvias como es normal acá en la provincia de Chaco”, sostuvo.

"He visto en estos últimos años que hemos cosechado 500 kilos de soja, 800 kilos de algodón, pocos kilos de maíz por hectáreas y sin embargo la fuerza de la gente, del hombre de campo siempre siguió apostando más. Salimos de esas crisis de sequía y volvimos  a sembrar a cosechar y a levantarnos nuevamente. Hoy, eso yo no lo estoy viendo en la calle. Hablo con tanta gente todos los días y los veo rendidos, cansados, sin ganas de seguir. La verdad que nunca os he visto así, ni en las peores sequías”, aseguró el productor