Ruta 2: "Mi viejo murió tratando de ayudar a los demás"

Ruta 2: "Mi viejo murió tratando de ayudar a los demás"
El médico psiquiatra Daniel Rodante salió de su auto para auxiliar a otros y fue embestido.
“El amor a su profesión era su filosofía de vida”, dice Demián Rodante cuando recuerda a su papá, Daniel, una de las dos víctimas fatales que dejó el choque múltiple de la Autovía 2 del jueves. Era médico psiquiatra, tenía 57 años y dos hijos. Por el fin de semana largo, iba a descansar y practicar una de su actividades preferidas, que era la pesca.

Según trascendió, el auto de Rodante fue uno de los primeros de los 21 vehículos que quedaron atrapados en medio de una columna de humo por quema de pastizales, que invisibilizó el camino a la altura de Chascomús (km 127, mano a Mar del Plata) y provocó el choque en cadena que terminó en tragedia. Además de las dos víctimas fatales, hubo más de quince heridos que ya fueron dados de alta (ver aparte). Testigos del accidente manifestaron que Rodante logró salir de su auto para ayudar y advertir a otras personas, y allí habría sido embestido por otro auto. La otra víctima fatal fue identificada como Adriana Piacquadio, una mujer de 64 años que quedó atrapada en su auto y falleció horas más tarde en el Hospital de Chascomús.

“El murió haciendo lo que hizo toda la vida desde que se recibió de médico, que era ayudar a los demás. Era su filosofía, que mantuvo siempre. No conocí tipo más honesto que él”, agrega Demián a PERFIL. Tanto él como su hermana Eliana, de 24 años, siguieron los pasos de su papá y estudiaron Medicina en la UBA. Vivía en Luján, donde trabajaba en el hospital Domingo Cabré, en la localidad de Open Door, en las cercanías de Luján. Era Jefe del Area de Servicio de Atención de Crisis (SAC). “Era su hospital de referencia, donde trabajaba hacía casi veinte años. Amaba el hospital”, sostiene su hijo. También atendía a particulares y tenía un proyecto para trabajar en las distintas escuelas de la zona, con los chicos que tuvieran algún problema de adicción. Su hijo recuerda con cariño uno de los casos de cuando empezó a atender chicos. “Le mandaron un chiquito con problemas de comportamiento, para ver si lo tenían que medicar o no. Dijo que si ese año aprobaba todas las materias le regalaba una pelota de fútbol, y el chiquito terminó ese año la escuela, le fue bien, y tuvo su pelota de regalo”, dice.

Otra anécdota es de la crisis de 2001: muchos de los pacientes de su papá le habían dicho que iban a tener que suspender los tratamientos porque no podían pagarlos. “El les preguntaba ‘¿usted qué sabe cocinar?’. Y así le terminaban pagando con tortas o con lo que fuera”. Le gustaba compartir sus anécdotas y experiencias laborales, y a sus dos hijos les gustaba oírlas. Por algo ambos terminaron siguiendo su profesión.

Era un ávido lector de libros de psiquiatría y filosofía, y lo recuerdan especialmente por su amor por la familia y su profesión. “En Luján lo conoce todo el mundo, y sus pacientes terminaban hablando maravillas de él. Incluso en el Moyano, donde yo hago mi residencia, me preguntan por él cuando ven mi apellido”, dice Demián. Y agrega: “Yo quiero hacerle un reconocimiento, porque para nosotros fue un gran ejemplo. Era una guía y lo va a seguir siendo”.

Los 16 heridos, de alta

Las 16 personas que permanecían hospitalizadas tras el choque múltiple del jueves en la ruta 2 ya fueron dadas de alta, confirmó ayer a PERFIL Osvaldo Battisacchi, director de Salud de Chascomús. La mayoría lo hizo el mismo jueves, y el resto ayer.

El mismo día del accidente, el ministro de Salud bonaerense Alejandro Collia había informado que, del total de heridos, “15 son adultos y una es menor de edad, 9 son mujeres y el resto varones. Todos los heridos fueron trasladados al hospital de Chascomús por traumatismos leves y quebraduras de miembros inferiores”. El accidente se produjo pasado el mediodía del jueves, a la altura del kilómetro 127 de la autovía 2, en Chascomús. Involucró a 21 autos como consecuencia de una pared de humo que se formó por una quema de pastizales al costado de la ruta, que la convirtió en una trampa mortal.

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