El rojo no preocupará al ministro

El rojo no preocupará al ministro

La caja provincial seguirá a cargo de un delfín del actual titular de Hacienda. No lo desvela el equilibrio presupuestario si se trata de garantizar políticas públicas. Piensa en insistir con una reforma tributaria, pero más adelante.

El ministro más joven del gabinete que conducirá Miguel Lifschitz desde el 10 de diciembre será el que estará a cargo de las cuentas del Estado. Gonzalo Saglione, actual secretario de Finanzas, será quien suceda a su mentor, Angel Sciara, al frente de la cartera de Economía. Este licenciado en Economía de la UNR, nacido en Piamonte hace 38 años, sostiene el criterio de aquel y no se desvela por mantener el equilibrio presupuestario aunque la oposición legislativa se lo recrimine.

"No es prioridad, el rol del Ministerio pasa por garantizar que presten los servicios y se cumplan las políticas públicas. Tener déficit o superávit es anecdótico", afirma.

En diálogo con Rosario/12 admitió que desea un sistema tributario "más progresivo" cuyo mayor peso recaiga en los sectores de mayor capacidad de pago, aunque aclaró que no prepara un proyecto de reforma en el corto plazo. Supone que un gobierno de Scioli o de Macri no serán lo mismo, pero con cualquiera que sea, querrá mejorar el entendimiento para conseguir permiso federal para tomar fondeo externo. "Hasta ahora nos costó mucho y aspiramos a mejorar esa relación", dijo.

Comenzó su carrera en la Secretaría de Hacienda municipal en 2001, en la segunda intendencia de Hermes Binner. Desde 2003 coordinó el área financiera del programa del Banco Interamericano de Desarrollo sobre Grandes Aglomerados Urbanos (GAU) con el que se costearon diversas obras como el nuevo Heca y accesos a la ciudad. Allí lo tomó Sciara como uno de sus colaboradores más cercanos y lo llevó al gobierno provincial en 2007. Se niega a revelar qué será del actual ministro de Economía, pero de sus palabras se desprende que seguirá dentro del equipo de gobierno. "No sería conveniente perder a una persona como Angel", reconoce.

--Lifschitz ya dijo que viene "un tiempo de dificultades", le consultó este diario.

--La prioridad no pasa por el equilibrio presupuestario. No ha sido hasta ahora y no lo será en el período que viene. El rol del Ministerio de Economía es viabilizar las políticas públicas que el gobernador lleva adelante. Debemos tener una administración presupuestaria y financiera apropiada para que no se pongan en riesgo los objetivos planteados. Alcanzar equilibrio o superavit, tener o no déficit no pasa por lo central del Ministerio sino por garantizar los objetivos que se plantean.

--Sin embargo, desde la oposición se marca que las cuentas cierran en rojo, que hay subejecución de presupuestos.

--El déficit se convierte en un problema cuando pone en riesgo el cumplimiento las políticas que se persiguen. Yo quiero que los servicios que brinda la provincia sean prestados, y debo garantizarlo; quiero que el Estado funcione, debo garantizar el pago de salarios al personal, que no tengamos conflicto con el sistema educativo, entonces debo garantizar el pago en tiempo y forma del salario docente. Si eso se da en un escenario de déficit o superávit es anecdótico.

--¿Cómo califica hoy Santa Fe para tomar deuda?

--La Constitución provincial admite el endeudamiento hasta tanto los servicios de deuda no excedan el 25% de los recursos de un año, y la Ley de Responsabilidad Fiscal nacional lo limita al 15%. Santa Fe está en el orden del 1 o 1,2%. Estamos bien lejos de esas restricciones, mientras que la mayoría de las provincias están por encima de eso. Por otro lado, la consultora internacional FIT nos subió la nota de A+ a AA-.

--¿Cuáles son los objetivos de la próxima gestión?

--Este ministerio debe ser facilitador de los demás, que son ejecutores de política pública. Nuestro objetivo es viabilizar las políticas que están en cabeza de los otros ministerios. En lo operativo quisiéramos avanzar en revisar nuestra estructura de financiamiento, tanto en materia de recursos tributarios como crediticios. Alcanzar una estructura tributaria que sea lo más progresiva posible, que distribuya la carga de financiamiento del gasto público y la haga recaer esa carga en aquellos sectores que tienen más capacidad para pagar. En materia de gestión crediticia nos gustaría poder alcanzar un nivel de entendimiento con el gobierno nacional para que nos autorice operaciones de financiamiento con organismos multilaterales de crédito en mayor medida que lo que hizo hasta la fecha. Hoy tenemos buena imagen afuera, pero la usamos parcialmente porque no logramos que Nación nos acompañe todo lo que quisiéramos para acceder a esas gestiones.

--¿Entonces van a volver con otra propuesta de reforma tributaria?

--No lo estamos pensando en el corto plazo. Como gestión de gobierno, aspiraría a que cuando nos vayamos en cuatro años dejemos una estructura tributaria mejor que la que recibimos. Esto pasa por consensos legislativos y sociales que permitan ir mejorándola. Para no tener tanta dependencia del ciclo económico. Que el mayor peso de la estructura tributaria recaiga primordialmente sobre impuestos cuya recaudación está sujeta a la actividad económica, hace que las finanzas queden expuestas frente a la evolución de los ciclos económicos. Entonces, en épocas de crisis la caja provincial se resiente y es cuando mayor necesidad de gasto público hay.

--¿Que gane Sioli o Macri sería lo mismo?

--No estamos dedicados a hacer análisis de variables macro. Seguramente no será lo mismo una u otra gestión, pero tampoco queda claro en ninguna de las dos propuestas cuál sería el plan económico.

--Pero hay posiciones explícitas en algunos aspectos, sobre el tipo de cambio, por ejemplo

--Independientemente de cómo sean las medidas a tomar, devaluación gradual o shock, sería importante que la economía argentina retome la senda del crecimiento que desde hace un tiempo ha perdido. Sería importante incrementar el perfil exportador, que genere empleo, cualquiera sea la gestión que venga en la Nación.

Partimos de una relación con el gobierno central que no ha sido buena. No tuvimos eco. Nos costó mucho autorizar créditos como el del BIRF, del BID, los fondos árabes que estuvieron demorados largos años para hacer el acueducto en la región de Reconquista. Perdimos la posibilidad de un crédito del Banco Mundial para cloacas. Aspiramos a mejorar eso, cualquiera sea el presidente que venga.

--¿Ya está listo el proyecto de Presupuesto 2016?

Lo estamos elaborando. Tendrá un incremento acorde a la inflación del ejercicio. El de 2015 es de 75.000 millones de pesos. En la proyección de recursos tomamos el monto que el gobierno central contempla coparticipar a Santa Fe. En cuanto a recursos propios, la inflación sólo impacta en Ingresos Brutos y para eso tomamos un índice de precios implícitos por encima del 20%. La evolución del tipo de cambio no nos afecta mayormente porque la deuda en dólares es muy baja.

--¿A cuánto asciende hoy la deuda?

--La deuda consolidada de la provincia está en 1500 o 1600 millones de pesos, sobre un presupuesto de 75 mil millones. Es nada. Y como está tomada con organismos multilaterales, no tenemos en los años venideros un vencimiento fuerte. El año que viene tendríamos que amortizar 300 o 400 millones.

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