Roger Federer: el mejor de la historia analizado por David Nalbandian

Roger Federer: el mejor de la historia analizado por David Nalbandian

Uno de los grandes del tenis local recuerda anécdotas con el suizo, que este año conquistó el único sueño que tenía postergado: la Copa Davis.

Es un crack, sin vueltas. Es el mejor tenista de la historia, sin ninguna duda. Lo demostró en todas las superficies. Ganó todo. Y si le hacía falta algo terminó por conseguirlo: se dio el gusto de anotar su nombre como campeón de la Copa Davis. Era de las pocas cosas que tenía pendiente, Roger. Encima, sigue manteniendo un excelente nivel. Es excepcional a su edad. En parte, la explicación es que prácticamente no tuvo lesiones en su carrera. Sólo ahora, a los 33 años, le están apareciendo algunas molestias. Son normales, pero mínimas. Eso también hace que sea un fuera de serie.

Dentro del tenis; estoy convencido de eso. Mucho más complejo es establecer una comparación, ponerlo a la altura de otras leyendas del deporte, como Maradona o Michael Jordan. Yo creo que es imposible compararlos. Más aún cuando en un caso se trata de competencias por equipo y en otras todo depende de uno. Federer se luce en un deporte individual. ¿Cómo se puede cotejarlo? ¿Por resultados? ¿Por talento? ¿Por lo que genera en la actividad que práctica, dentro de la cancha y fuera de ella?

Entiendo que a algunos les pueda sorprender lo que hizo en 2014. No es mi caso. Para mí sigue jugando más o menos de la misma manera. Con un poco más de años y de experiencia, por supuesto. Por ahí le cuesta sostener el nivel para mantenerse dentro de los dos o tres mejores del mundo. Eso era algo que antes conseguía de manera más regular. Que ahora se le complique es algo súper normal. Tiene que ver con el paso del tiempo.

Compartimos muchas cosas en el circuito, algunas divertidas. Hace unos años estábamos alojados en un hotel de lujo en Montecarlo, para el torneo que se juega allí. Como siempre, jugaba en la Play Station con Carlos Moya, Rafa Nadal y David Ferrer. Eran partidos durísimos, con prendas que cumplir, como hacer cierta cantidad de flexiones. Y esa vez perdimos, y tuvimos que cumplir. Así que nos tocó bajar al lobby en calzoncillos. Justo entró Roger con la mujer y nos vieron. No entendían nada, pero se reían.

Contra él jugué muchísimos años, desde que éramos juniors. Muchas veces la gente me comenta aquella final del Masters que le gané en Shanghái. Fue en 2005.

Ese partido lo recuerdo con muchísimo orgullo, porque fue el título más importante que logré en mi carrera. Usé la misma estrategia de siempre. Era tratar de encontrarle el revés, tenía facilidad para hacerlo. Pero, así como tengo muchos triunfos, también tuve varias derrotas.

Sin embargo, independientemente de los resultados, me quedo con esa sensación invalorable, el orgullo que significa haber compartido una etapa con el mejor de la historia. Jugar contra él sin dudas deja una huella. Es inolvidable. Siento que todo eso fue algo espectacular.

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