Rocío: "Todavía no me explico cómo pasó, pero fue un milagro"

Rocío: "Todavía no me explico cómo pasó, pero fue un milagro"
La mujer de 24 años contó que al despertarse tenía encima el cuerpo sin vida de un hombre.

Recién el domingo a la tarde Rocío Gatica pudo levantarse de la cama en el Hospital Perrupato y volver a caminar. La mujer de 24 años es la madre de Alma (1) y Francisco (4) y la esposa de Fabricio Camargo (26). Ellos y Roxana Colque (35) son los cinco puntanos que hasta ayer estaban internados en San Martín, Mendoza tras el trágico accidente ocurrido el viernes entre un colectivo de la empresa Mercobús y el camión de una empresa brasileña que circulaba en contramano por la ruta 7. Por el impacto Rocío sufrió traumatismo de cráneo, un golpe muy fuerte en la columna y padece un corte en la cabeza en forma de “ele”, donde le aplicaron 13 puntos de sutura. “También perdí parte de los dientes y algunas muelas. La dentadura me quedó hecha un desastre”, se quejó la mujer del otro lado del teléfono.

Ella es una de las sobrevivientes que espera para volver a su casa en San Luis porque según comentó, “los únicos que han recibido el alta son mis hijos. Mi marido y yo estamos bien pero tenemos que esperar la orden del médico para saber cuándo nos trasladan".

La joven, que todavía padece las secuelas del choque, no puede creer que sus hijos no tengan ninguna herida grave. “Alma tiene algunos rasguños en la cintura y Francisco un chichón en la frente, nada más. Ella quedó adentro de un hueco, lo que evitó que la aplastaran, y el nene apareció parado en el pasillo, todavía no me explico cómo pasó, pero fue un milagro”, recordó.

Rocío contó que el traumatismo de cráneo lo tuvo al golpearse con el apoya pies del asiento de adelante, “cuando me desperté estaba tirada en el piso y atravesada entre el pasillo y mi butaca. Tenía encima el cuerpo de un hombre que me parece que estaba muerto y otro asiento arriba de mis piernas. Además, los pies de mi marido estaban sobre mi cabeza, por eso me pude incorporar recién después que mi esposo se levantó”.

Reiteró que lo primero que hizo Fabricio fue gritarle a la gente que rompiera los vidrios para salir, “pero nadie reaccionaba, parecían zombies. Cuando él empezó a golpear las ventanas, me asomé por el lado izquierdo del colectivo y vi el camión incendiado. Ahí entendí lo que había pasado. Pero cuando miré para el costado derecho, en el pasillo había un tumulto de gente toda aplastada”.

Su esposo ayudó a bajar a tres personas: un matrimonio de gente mayor y una señora que también venía desde San Luis a visitar a su hija. “Había un muchacho fotógrafo que estuvo con nosotros pero él saltó sólo”. La mujer rescató que en estos días la familia del matrimonio y el fotógrafo llegaron al hospital a saludarlos para agradecerles por haberles salvado la vida.

Como si la tragedia no hubiera sido suficiente, Rocío contó que al bajar del micro comenzaron a caminar y en un momento escucharon otra vez los gritos porque una mujer fue atropellada por una grúa de auxilio mecánico. “La gente que estaba en los autos parados en la ruta nos acompañaban hacia la banquina y un hombre que venía en una camioneta con una rampa para llevar autos, se bajó del vehículo para ayudarnos pero se olvidó de poner el freno de mano, entonces la camioneta siguió avanzando y atropelló al grupo que ayudaba a bajar pasajeros. Y justo a la mujer de ese matrimonio que nosotros ayudamos a bajar, le quebró una pierna. Fue muy horrible, dos accidentes a la vez, muy traumático”.

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