Riesgo de muerte y contaminación en la ruta 51: el puente del dique, en el centro de las críticas y reclamos

Riesgo de muerte y contaminación en la ruta 51: el puente del dique, en el centro de las críticas y reclamos

Desde 2014, cada vez que hubo un despiste las barandas laterales fallaron y los rodados terminaron en el agua. El último fue hace 10 días. Ahora Vialidad colocó un guardrail, pero de apenas 20 metros de largo. ¿Será suficiente para evitar que sigan cayendo los vehículos?

   La estadística es abrumadora: cada vez que un vehículo se despista en el puente de la ruta 51, sobre el dique Paso de las Piedras, e impacta en las barandas de contención, hay muchas posibilidades de que termine en el agua.

   Desde 2014 hasta hoy se registraron no menos de 5 casos idénticos, uno de ellos con resultado fatal. El último ocurrió hace algo más de 10 días, y reavivó el debate sobre las condiciones de seguridad del puente.

   Según el testimonio de las propias víctimas, perdieron el control del vehículo tras evitar un carpincho y terminaron cayendo al agua. Antes impactaron contra la endeble baranda de contención que, como en anteriores casos, no logró evitar que salieran despedidos del puente.

 

El arreglo de la baranda, hace pocos días. En su lugar, se colocó un guardrail. ¿Brindará más seguridad?

 

   En los últimos días Vialidad provincial reparó la estructura de contención. Según técnicos del organismo, se colocó un guardrail reforzado de unos 20 metros de largo, así como cartelería preventiva.

   Sin embargo, no son pocos los que creen que no se hizo más que reparar una estructura que al primer golpe volverá a ceder, con todos los riesgos que ello implica para quienes sufran un accidente en el lugar y, en un marco más general, para la calidad del agua destinada a los habitantes de Bahía Blanca y Punta Alta.

 

Así había quedado el puente tras el accidente de principios de este mes. La baranda se desplomó por completó ante el primer golpe y cuatro personas a bordo de un Renault Sandero terminaron en el agua.

 

   “La Nueva.” intentó contactar al jefe del Departamento Zona XI-Bahía Blanca, el arquitecto Juan Aparicio, para saber si está previsto llevar adelante obras que mejoren las condiciones de seguridad en el puente. Fue imposible obtener información alguna.

   “Hay partes (del puente) en donde, si el vehículo pierde el control, prácticamente queda librado al azar, y lo único que le espera es una caída libre hacia el espejo de agua”, escribió días atrás un medio de Coronel Pringles, comunicando que la preocupación por el estado del puente va en aumento.

 

El retiro del Renault Sandero del agua. A pocos metros, la endeble baranda anterior.

 

Riesgo de contaminación: ¿qué pasa con el agua que toman Bahía Blanca y Punta Alta?

   Además del riesgo de pérdida de vidas humanas, la debilidad de las barandas del puente supone una amenaza para la calidad del agua que consumen las más de 400 mil personas que viven en Bahía Blanca y Punta Alta.

   “No nos corresponde a nosotros decir por qué, pero está a la vista que los autos caen al agua. Para nosotros estos accidentes son un problema, porque hablamos de cuerpos extraños, potencialmente muy contaminantes, que se incorporan al agua destinada a consumo humano”, dijo a “La Nueva.” una fuente de la Autoridad del Agua.

   El organismo -se indicó- planteó hace un tiempo la posibilidad de hacer en el puente una contención lateral tipo jaula o cualquier otro sistema que evite los despistes y las caídas de rodados al agua. Vialidad nunca se expidió sobre ese pedido.

 

Los vehículos contaminan el agua con lubricantes y combustibles. El riesgo de un episodio grave es alto.

 

   En cuanto al último accidente, este diario consultó a Marta Crisafulli, a cargo de la sede bahiense del organismo, quien aclaró que se activó el protocolo previsto para estos casos.

   “Se hicieron estudios especiales, análisis y monitoreos permanentes para evaluar si hubo vuelcos (de productos contaminantes), y eventualmente confinar la zona del vuelco con una barrera, diluir y absorber los vertidos”, dijo.

   La profesional brindó un panorama tranquilizador: según aclaró, ni este último accidente ni los anteriores generaron problemas de contaminación graves.

   “Los muestreos que se hicieron no arrojaron resultados positivos de hidrocarburos en la zona de la torre de toma (de agua), y tampoco en otros sectores intermedios entre ese lugar y el puente”, enfatizó la funcionaria.

 

Cinco casos con el mismo lamentable final

Noviembre de 2014. Un Renault Clio con 4 personas a bordo volcó mientras circulaba por el tramo.  Impactó en el guardrail -que no soportó el impacto- y terminó en el agua.

Enero de 2015. Daniel Vizoso, de 53 años, conducía una camioneta Ford en sentido Bahía-Pringles cuando perdió el control del rodado, impactó en la baranda y cayó al agua. Pescadores no llegaron a socorrerlo y murió en el acto.

 

Junio de 2016. Claudio Promenzio y Cristian Luna iban a bordo de un Peugeot Partner cuando se encontraron repentinamente con pescadores sobre el puente. Los evitaron, pero a costa de chocar la baranda. Terminaron en el agua.

 

Noviembre de 2016. El camionero Eduardo Horacio Bayro chocó contra la contención lateral del puente y, al igual que los otros accidentados, terminó en el embalse. No sufrió lesiones graves, pero el rodado se hundió casi por completo.

Este mes. Cuatro personas  iban en un Renault Sandero y, a la altura del puente, se les cruzó un carpincho. Lograron esquivarlo, pero impactaron contra la baranda. Otra vez el mismo desenlace: cayeron al agua y fueron hospitalizadas.

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