PJ revuelto: Randazzo-Pichetto y cumbre de tribus post-Cristina

PJ revuelto: Randazzo-Pichetto y cumbre de tribus post-Cristina

No fue un gesto casual que Florencio RandazzoMiguel Ángel Pichettoacordaran difundir su encuentro

En las últimas semanas, el ex ministro se vio con un puñado grande de dirigentes -del sanjuanino José Luis Gioja al formoseño Gildo Insfrán, del club de intendentes del PJ bonaerense a María Eugenia Vidal- pero aunque las citas trascendieron, en general no se difundieron y no tuvieron el plus de la foto.

La de ayer con Pichetto fue, hasta acá, la primera postal "política" del candidato presidencial que no fue, luego de rechazar la oferta de ser candidato a gobernador y correrse de la batalla electoral de 2015, tras la decisión deCristina de Kirchner de apostar a la fórmulaDaniel Scioli-Carlos Zannini. Y ocurrió ayer, antes de que se aparezca junto a Pichetto y Julio Catalán Magni, senador fueguino e histórico randazzista, por el comedor del Senado donde se acercó a saludarlo Federico Pinedo. 

"Necesitamos que nos ayuden...", le dijo el senador al trío peronista, como si supiese lo que un rato antes habían charlado en el despacho del presidente del bloque del PJ-FpV.

A pesar de las miradas críticas sobre medidas de Mauricio Macri, Pichetto y Randazzo coincidieron en que el peronismo no debe encabezar una oposición feroz al PRO. Esa postura es una combinación de factores: que el PJ perdió y debe asumir ese costo; que el macrismo tuvo "respaldo" democrático y se debe respetar eso y, en el que es el renglón más inquietante, que cualquier crisis política y económica puede terminar mal para todos. Otro 2001, otro que se vayan todos.

El auxilio de Pinedo, a pesar de su literalidad, fue un pedido para que el peronismo no confronte de más con el PRO. En otros términos, Randazzo se vio con Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados, dirigente que fue aliado al ex ministro. 

Hace tiempo Randazzo volvió a escena. Tuvo varias cumbres y se ve seguido con los alcaldes del PJ -interactúa con Gabriel Katopodis y Eduardo "Bali" Bucca, sobre todo- con los que discute la variable electoral de 2017 en la que su nombre rankea como posible candidato a senador.

Con Pichetto ayer el planteo fue más genérico. Hablar del peronismo es, para los peronistas, hablar del mundo. Es lo que ocurrió ayer, entre miradas ríspidas sobre algunos asuntos. Evitaron, el anfitrión y el visitante, cuestionar a Cristina de Kirchner pero ambos coinciden en una mirada: la era K, de la que ambos formaron parte, integra el menú del pasado.

Es la forma, sutil, de despegar no sólo de lo que intentan sectores ultra K sino, también, de tomar distancia de cualquier aventura que contemple la posibilidad de regreso electoral de la ex presidente. El randazzismo se mueve, en ese plano, en una nebulosa: las encuestas que miran detectan que hay un universo que ve bien a Randazzo y también a Cristina. Ronda el 15%, porción mayoritaria de la minoría intensa que se atribuye al cristinismo.

El planteo es que una eventual confrontación entre Cristina y Randazzo generaría un estrés en esos sectores que comparten la valoración a la expresidente y al exministro. Sobre lo que no parece haber matices es respecto de La Cámpora: la tensión repetida de los dirigentes del PJ con la agrupación juvenil.

Trifecta

Ayer, en Cañuelas, esa tendencia hizo florecer una foto grande: los senadores y diputados bonaerenses del PJ que rompieron con los ultra K, y los jefes territoriales que desafían a La Cámpora -e, incluso, esquivan a Cristina- montaron una cumbre que se convirtió en la primera que produce el ensamble entre esos tres actores: el bloque de la Cámara alta, sus pares de la Cámara baja y el grupo de los alcaldes territoriales.

Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Katopodis (San Martin), Bucca (Bolivar), el matrimonio local Marisa Fassi-Gustavo Arrieta, y legisladores de casi todas las tribus peronistas no K: los randazzistas Norberto García y Andrés Quinteros, territoriales como Alejandro Urdapilleta, Patricio García (Julián Domínguez); Walter Abarca, que preside el bloque de diputados que rompió con el neocamporismo; la diputada por Quilmes Eva Ramírez y el exalcalde Francisco "Barba" Gutiérrez; la platense Valeria Amendolara, Mariano San Pedro (Brown) y Guido Lorenzino, una especie de RR.PP. político que circula entre intendentes y legisladores. Pero la novedad fue otra presencia, la del senador Sergio Berni, exfuncionario K, que empezó a vincularse con el grupo de los rebeldes. O, según la definición de algunos legisladores, los bloques post-Cristina.

Hubo, en la charla, posturas unificadas sobre la defensa de las PASO, el impulso a la instrumentación del voto electrónico en la provincia y el rechazo a las reelecciones indefinidas. Se acordó, además, un mensaje de apoyo a la posición de Vidal de reclamar que se incrementen los fondos que corresponden a la provincia en el reparto de fondos coparticipables. "Sea como fuere, esos recursos tienen que ser coparticipables con los municipios", fue la posición que se acordó.

Aunque no estuvo en la agenda inicial apareció, inevitable, la cuestión de seguridad que hace su ingreso en las urgencias de los intendentes. Flotó, en ese punto, lo que se avecina como un factor de tensión con Cristian Ritondo, el ministro de Seguridad bonaerense, a quien los alcaldes acusan de querer eliminar las policías locales y quedarse con esas fuerzas, además con el equipamiento que en muchos casos fue adquirido con recursos de los municipios. Esa discusión empieza a levantar temperatura y adquiere ribetes más ásperos porque en el PJ entienden que la escalada delictiva, en particular con los secuestros, puede tener que ver con pases de factura entre distintos sectores de las fuerzas de seguridad.

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