Sorpresivamente, se suspendió el encuentro del presidente Mauricio Macri con la cúpula de la UCR anunciado para el lunes. Desde el radicalismo adujeron “problemas de agenda” por parte de los gobernadores Gerardo Morales, Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés. Esos “problemas” surgieron justo después de que quedara más o menos oficializada la oferta por parte del Gobierno de dejar candidatura a vicepresidente de Cambiemos para un representante de esa fuerza, según adelantó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. De inmediato, los dirigentes que se muestran más díscolos como Ricardo Alfonsín y Federico Storani consideraron la propuesta inaceptable si no venía acompañada de un cambio de políticas. El corolario fue que desde la Casa Rosada dejaron trascender que desde hoy y hasta la semana que viene se verán varias fotos de funcionarios y de los principales referentes del PRO como la gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta con representantes radicales que sí quieren seguir en Cambiemos. 

“No estamos cerrados a nada. Vamos a poner sobre la mesa todos los temas que planteen los socios de Cambiemos”, afirmó temprano Frigerio a propósito de la cumbre pautada para el lunes. Las afirmaciones iban en tándem con las consideraciones del diputado radical José Cano, quien poco antes reveló como “una posibilidad concreta” que en ese encuentro se formalice la oferta de Macri de que su compañero de fórmula sea un radical. “Tiene que ser una figura que represente a la mayoría de la dirigencia del partido y que tenga relación con la gente. No hay que dar nombres, no se trata de nombres sino de lo que el radicalismo puertas adentro está discutiendo”, agregó Cano. 

La confirmación de esa posibilidad generó grietas, al parecer, tanto en la Casa Rosada como en el radicalismo. Los jefes de la campaña del oficialismo, el jefe de gabinete Marcos Peña y el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba, serían en el macrismo quienes no ven con buenos ojos la idea de un acartonado radical como vice y siguen prefiriendo a una mujer que ablande la figura presidencial. Incluso, dicen, Peña no le parecería mal la reedición de la fórmula con Gabriela Michetti.

Pero no trascendió qué piensan sobre la posibilidad de que el radicalismo fracture Cambiemos y pase a apoyar la candidatura presidencial de Roberto Lavagna, como se pretende desde algunos sectores que ayer salieron de inmediato a rechazar la posible oferta. 

El presidente de la Convención Nacional de la UCR, Jorge Sappia, calificó de “tardía” la convocatoria del Gobierno al radicalismo para definir la estrategia electoral de Cambiemos. “Ahora que el PRO está por perder las elecciones, se acuerda de la UCR”, disparó Sappia y, sin alterar el tono duro que mantiene desde hace varios días, remarcó: “La propuesta de la vicepresidencia a la UCR es una falta de respeto, es casi patética; después de ningunear tres años al radicalismo lo llaman porque pueden perder”. 

Por su parte, el vicepresidente de la UCR, Federico Storani, dijo desconocer la invitación del Gobierno y señaló: “No tenemos ningún tipo de convocatoria y menos para un ofrecimiento de candidatura”. “Lo que estoy planteando es que no se arregla solamente con un tema de una candidatura, sino con una reformulación de las reglas de juego”, agregó. Evaluó que “no se trata de un nombre un nombre, dos o cien, sino de discutir políticas públicas de las cuales podamos hacernos responsables”.

En el mismo sentido se expresó el ex diputado Ricardo Alfonsín, quien sostuvo que “no es con cambio de vicepresidente que se van a resolver los problemas, sino con cambio de políticas”