El responsable de IOMA en Capital Federal, en la mira de la Justicia

El responsable de IOMA en Capital Federal, en la mira de la Justicia

Recientemente, REALPOLITIK publicó un artículo sobre la figura de Antonio Guidazio, el titular de IOMA en CABA. Nueva información brinda más herramientas para que la Justicia comience a investigar cómo fue que el ex médico pudo construir su elevado patrimonio.

El personaje en cuestión es el responsable de las delegaciones que el Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) de la provincia de Buenos Aires tiene en la capital de la República Argentina. Se trata de Antonio Mario Guidazio que, como supo advertir este medio en un anterior artículo, tiene dificultades al momento de explicar su patrimonio y nivel de vida con los ingresos actuales y en blanco que percibe por su jubilación y su actividad en el estado.

El delegado de Capital Federal de la obra social bonaerense cumplió tareas también en la Auditoría General de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desde donde el dueño de innumerables asociaciones habría prestado servicios en el área de salud realizando evaluaciones de diferente índole relacionadas con su profesión.

En ese marco, el funcionario conoció al médico Mario Kamelman Levintin -de quien ya hemos hablado en el marco de los Panama Papers-, quien fundó la empresa Innovación Médica desde las sombras. Fue precisamente desde este espacio que habría comenzado el desvío de fondos de la mutual de ferroviarios OSFE que finalmente fundió en el 2014, luego de sufrir un saqueo constante desde la época donde tuvieron auge las privatizaciones y en la que Guidazio no puede negar haber estado al tanto.

Desde allí la consultora de modernización constituida como asociación con un patrimonio de 102 mil pesos, recibió rápidamente un contrato por 300 mil pesos (vale recordar que en los ’90, esto equivalía a la misma cifra en dólares), para realizar un consultaría durante tres meses en el hospital Ferroviario.

La misma había sido otorgada por Oscar Baldovinos, quien era en ese entonces el presidente de la Obra Médica de Ferroviarios desde donde Guidazio cumplía ya tareas de auditoría médica. Sin embargo, esto no evitó que la empresa de Kamelman realice la venta de humo con un proyecto que pretendía atender a los trabajadores del nosocomio y colaborar con la modernización de la institución.

La situación avanza con plena complacencia de Guidazio y Baldovinos, pese a la oposición que en esa época presentó la comisión técnica asesora, los auditores designados por el estado y las gerencias jurídico y financieras del hospital. Todos concluían que la contratación directa no tenía asidero por no presentarse urgencia alguna en la realización de las tareas que se habían convenido.

A su vez, desde la auditoría, Guidazio habría empezado a relacionarse con clínicas y sanatorios. Esto provocaría un mayor conocimiento del mundo político y dirigencial de la salud pública porteña, que analizaba en su rol como veedor. Luego de esto, obtuvo el cargo en el espacio de IOMA que actualmente desempeña, tras haber fundido la Obra Medica de Ferroviarios (OSFE) en donde se había desempeñado entre 1992 y 2014.

Pero esto no es todo, porque el conocimiento logrado que lo catapultó al IOMA se basa también en el conocimiento que Guidazio tiene para con los prestadores de medicamentos y otros insumos de la obra médica bonaerense. Hay quienes elucubran que, desde su rol, en un ida y vuelta con estos personajes de la medicina pública, sustenta un estilo de vida inconcluyente con un salario en blanco que no excede los 90 mil pesos mensuales.

En este sentido, su rol como médico solicitante de, por ejemplo, prótesis, y su actividad como auditor, hacen que sepa cómo se podría operar una maniobra de desvíos de fondos de forma simple y sencilla sin ser siquiera descubierta. A su vez, sus gastos corrientes no se condicen con sus ingresos legales, cuestión que hacen pensar que algo raro sucede y que la Justicia debería, cuanto menos, poner su foco en su nivel de vida poco transparente.

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