Residuos tecnológicos, una cuenta pendiente en Mar del Plata

Residuos tecnológicos, una cuenta pendiente en Mar del Plata

El avance y el desarrollo de la industria de las TIC no sólo se traduce en herramientas y dispositivos útiles, confortables y que permiten a las personas estar informadas y en contacto con sus pares todo el tiempo, también genera basura. Frente al incremento de la producción de este tipo de objetos de consumo masivo y la apertura del acceso a estos bienes, se produce un aumento en la generación de residuos tecnológicos.

 

En ese contexto, los costos disminuyen, los ciclos de vida de los aparatos son cada día más cortos, más personas acceden a la tecnología y se genera más cantidad de residuos tecnológicos por persona.

Los desechos tecnológicos son los televisores, celulares, computadoras, electrodomésticos y demás artefactos en desuso que son arrojados a la basura. No obstante, gran parte de estos elementos tienen componentes como metales pesados, que son potencialmente peligrosos.

“Si son lanzados al medio ambiente son sumamente tóxicos porque tienen metales pesados. Esos metales expuestos al fuego o la a erosión terminan contaminando las napas y el aire”, aseguró a El Marplatense Francisco, propietario de una empresa dedicada al tratamiento de basura tecnológica.

Asimismo, afirmó que “al margen de ser residuos potencialmente peligrosos, si uno les da una separación y un tratamiento como corresponde, son residuos valiosos. De una computadora o de un celular se pueden recuperar muchos materiales valiosos que pueden volver a utilizarse como materia prima de aparatos tecnológicos, demandando menos materiales de actividades como la minera, que es sumamente contaminante”.

El caso marplatense está en sintonía con lo que sucede en buena parte de la Argentina. “Según estudios que hizo Greenpeace, en los cuales estandarizó según el nivel socioeconómico y de desarrollo del país, en Mar del Plata se producen cerca de siete kilos de basura tecnológica por habitante por año, lo cual es muchísimo. Son cinco mil toneladas al año aproximadamente”, confesó Francisco. A modo comparativo, añadió que en Buenos Aires se estima que se generan entre 12 y 13 kilos de basura electrónica por habitante por año y en Nueva York la cifra alcanza los 22 kilos.

“La tendencia es que ciudades como la nuestra se vayan equiparando con las ciudades que más generan. La diferencia es que en Estados Unidos u otros países quizás haya un protocolo de manejo de este tipo de materiales y aquí no está claro. A nivel provincial hay una legislación, pero no se está aplicando”, explicó.

En relación al tratamiento de este tipo de desechos, la tarea favorece la reducción del “pasivo ambiental”, como se denomina a los lugares contaminados por materiales peligrosos, y del potencial daño que podrían generar expuestos al medio. En este tipo de plantas “se separan todos los componentes, se los clasifica y se le da un final responsable a cada uno. Hay componentes que son valiosos, otros que no tanto, hay componentes que hasta hay que pagar para su correcta disposición. Es una actividad sumamente interesante porque se saca el material que contaminaría en los basurales y se transforma ese material potencialmente peligroso en materia prima”, indicó.

Consultado sobre cómo se podrían promover hábitos ecológicamente responsables en la población en el caso de los residuos electrónicos, Francisco apuntó que “en primera instancia, habría que diferenciar los residuos y establecer puntos donde se puedan llevar este tipo de materiales. Hacer campañas publicitarias y disponer de puntos verdes, donde empresas habilitadas los recojan y los gestionen adecuadamente. Hay que concientizar a la gente de que no se mezcle con el resto de la basura”.

“El porcentaje que nos llega, en relación a lo que se produce en Mar del Plata, no llega al 2%”, reconoció Francisco, quien gestiona la única empresa dedicada al tratamiento de residuos tecnológicos de la ciudad, que no cobra por recibir el material, y trabaja con numerosos municipios de la provincia de Buenos Aires.

“En países del primer mundo, no sólo tienen una gestión adecuada de sus residuos tecnológicos, sino que los importan. Lo que es un residuo potencialmente peligroso si no se hace una gestión adecuada, por otro lado, es sumamente valioso. China y países europeos están importando basura porque es sumamente valiosa. Estaría bueno que acá se empezará a tomar conciencia de lo peligroso que es no gestionar este tipo de residuos”, sentenció

Si bien a mediados de diciembre el titular del EMSUR, Eduardo Leitao, aseguró a El Marplatense que este año presentarían un proyecto de ordenanza que incluya el tratamiento de los residuos informáticos, aún no habido grandes avances al respecto.

Mientras tanto, buena parte de la gran cantidad de basura tecnológica que se genera en la ciudad no recibe el tratamiento adecuado y supone un potencial riesgo para el medio ambiente.

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