Con el remate del edificio central, la quiebra de TAC se acerca al final

Luego de tres intentos, será el 8 de marzo y con un precio base de $ 2.240.000. En principio se había fijado en $ 6,2 millones. Al proceso, que lleva 4 años y medio, le resta liquidar unos 50 micros entre San Luis y Mendoza.
Cuando se cumplen 4 años y medio de la quiebra, y al cabo de un proceso que ya lleva más de 11 desde que los problemas financieros la condenaron al concurso preventivo de acreedores, la larga historia de la cooperativa TAC (Transportes Automotores de Cuyo) empieza a escribir uno de sus últimos capítulos.

Tras el remate de centenares de micros que formaron la flota urbana y de larga distancia hasta la década del ?90, y de cuatro predios con sus respectivos galpones en distintos puntos del país, le llegó la hora a "la joya de la abuela": la que fuera sede central de la compañía en Godoy Cruz y Mitre, de Guaymallén, será subastada el jueves 8 de marzo.

No es la primera fecha que se fija para su liquidación, pero de acuerdo a fuentes cercanas al 2do Juzgado de Procesos Concursales probablemente sea la última, luego de tres intentos fallidos y cuando aún se está lejos de cubrir las acreencias que hasta el año pasado rondaban los $ 250 millones.

En la primera ocasión la base establecida fue cercana a los $ 6,2 millones, acorde a la tasación del edificio de tres pisos y subsuelo que ocupa 2.180 metros cuadrados cubiertos en el distrito San José. La falta de ofertas consistentes obligó a la sindicatura a reajustar el monto en distintas ocasiones hasta llegar al precio actual, de $ 2.240.000.

Como es usual, y según se expresa en el edicto correspondiente, se admitirán propuestas en sobre cerrado hasta el viernes 3, o a voz alzada el día de la subasta. Será en el Salón de Subastas Judiciales, en San Martín 322, primer piso. Será el momento de la apertura de las presentaciones y, para competir con chances, no se aceptarán "posturas inferiores a la suma de $ 10.000".

"Se trata de la cuarta fecha y hasta aquí no hubo postores que formalizaran propuestas. Sí muchas consultas, varias de las cuales venían incluso de fuera de la provincia", reconoció el martillero Héctor Escudero, enajenador de los bienes a rematar, quien meses atrás se había encargado de liquidar el mobiliario de la sede, aunque la recaudación no fue la esperada para el proceso cuyo expediente ya se acerca a las 95 piezas y superó las 24 mil fojas.

Lo que la crisis se llevó y dejó

Una vez consumado el remate del edificio, poco y nada le quedará a la quiebra por liquidar. Apenas un lote de 19 micros en avanzado estado de deterioro en San Luis (varios de ellos quemados luego de un misterioso siniestro), y otros de un número similar en Guaymallén y San Rafael, sobrevivientes del mega-parque automotor que TAC supo tener.

Hasta ahora, como se desprende del voluminoso expediente, los acreedores con garantías prendarias e hipotecarias ya cobraron un 60% del total a liquidar. Muchos, en fase de concurso, llegaron a un acuerdo para hacerlo a un plazo menor, pero con una quita importante. En lista de espera están los quirografarios, es decir, aquellos cuyas acreencias no están garantizadas. En total, al menos hasta el año pasado, se calculaban en unos 3 mil los afectados con intereses en la liquidación de un pasivo superior a los $ 250 millones, sin contar juicios anexos a la causa principal (unos 800 acumulaba a 2011).

Fuentes cercanas al proceso judicial estiman que "la deuda más importante que hoy subsiste es en honorarios. Entre lo que falta y el pago de gastos de la quiebra restan al menos cuatro meses para que la jueza (Gloria Cortés) pida una estimación del avance, o un borrador de la liquidación".

Durante su era de esplendor, la cooperativa llegó a controlar más de la mitad de los recorridos urbanos, de media y larga distancia de Mendoza y hasta incursionó en el negocio de los vuelos de cabotaje con Dinar, la aerolínea propia del grupo. En total empleaba a casi 2 mil personas-socios de la cooperativa.

A fines de los ?90 comenzó la debacle de la firma. Acusaciones, deudas, reclamos internos y luego el inicio del concurso de acreedores que terminaría en la quiebra y la desaparición de la marca. Así, de a poco, la Justicia se abocó a ordenar, primero el concurso y luego el remate de bienes para saldar deudas.

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