El relevo

El relevo
Los "personalistas" apuestan a Lunghi para el 2015. Los "antipersonalistas" prefieren pensar más en términos de partido que de individuos. Prefieren una transición planificada. Les molesta justificar una "re re re elección". Piden pista y la bendición de Lunghi antes de que sea tarde.
La “prolijidad” del radicalismo para lavar sus “trapos” puertas adentro no deja demasiado material para el análisis, pero de a poco algunos dirigentes y allegados a la estructura lunghista van soltándose para dar sus propios pareceres en lo que la sucesión (o no) de Miguel Lunghi se trata.

Desde hace dos años, por lo menos, cercanos a la gestión, e incluso algunos que son escuchados pero ni siquiera son radicales, aconsejan una “transición” planificada y progresiva. Fue en su momento, Julio Elichiribehety, cuando se debatía el tema de si Lunghi debía o no encarar su tercer mandato, quien explicó que el radicalismo debía darse a la tarea de armar un candidato de “laboratorio”, con el perfil adecuado para el electorado de Tandil (alto, Colegio San José, profesional o empresario reconocido y toda esa alquimia cuasi lombrosiana), ante un escenario sin pediatra. Con ese perfil, más la bendición de “Lunghi”, estaría asegurado, según el ex secretario, que el poder quede en manos del radicalismo.

Finalmente, Lunghi fue candidato y ganó. Desde entonces, la postura de Elichiribehety fue otra. “Si tenemos al pajarito llamador (de votos) ¿para qué buscar otra opción?”, repite y los resultados lo respaldan.

Pero el debate no está cerrado. Todavía existe el sector interno que piensa que no hay que tentar al destino y llegar al momento de la transición con las “hilachas”. Asumen que un Intendente “empoderado” más un candidato adecuado le daría al radicalismo un triunfo garantido y nuevos aires, por lo menos, por dos mandatos más.

Tendiendo puentes semánticos con la historia radical se podría decir que se vislumbra una lucha entre “personalistas” y “antipersonalistas”. Los emergentes reconocen el liderazgo absoluto de Lunghi pero no dudan a la hora de adjetivar las acciones. Primero está el partido y sus intereses, luego las ambiciones de sus dirigentes.

Entre los que pugnan por la transición asegurada coinciden en que funcionarios como Marcos Nicolini, Mario Civalleri o Matías Civalle pueden ser ese “puente”, pero que para que el traspaso sea seguro deberá hacerse con un Lunghi todavía fuerte y no en “baja”.

Las últimas elecciones prendieron una luz de alerta. Fueron planteadas por el Gobierno como un plebiscito de gestión y resultaron bien, pero cuatro puntos por debajo de las anteriores legislativas. Perdieron el quinto concejal y el Legislativo quedó empatado obligando al presidente a desempatar con su doble voto.

Pero Lunghi no piensa que su tiempo se agotó. Entiende que es el único que convoca a los votos. Probó con Magnasco, siguiendo algunos consejos, pero la prueba fracasó. Tuvo que salir a ponerse la campaña al hombro. Tocar timbre, dar las entrevistas, poner su cara. En alguna que otra entrevista “ninguneo” a su mismo candidato diciendo que si bien en los debates políticos televisivos el tiempo era corto, en Tandil no podía suceder lo mismo en vista de que se trataba “sólo de candidatos a concejal” y no podían resumir en tan poco plazo.

En el discurso que siguió a los resultados electorales sacó toda mención a la palabra “ciclo” dando la pauta de que en 2015 será nuevamente el candidato, el aspirante a la “re re re” elección, un concepto duro traducir en el glosario radical que resalta otros como el de la democracia, el recambio y la república.

Al lado de los barones del conurbano que van por su cuarto y quinto mandato y desde una lógica del personalismo regio, se acomoda Lunghi para encarar su siguiente mandato. Los “personalistas” no tienen problema. Se presentan como los “resultadistas” de la política y hasta ahora en términos de conservar el poder (segundo objetivo de la Política, después de conseguirlo, según Maquiavelo) no les ha ido nada mal. Los “antipersonalistas” empiezan a sentirse incómodos y de a poco lo irán dando a saber.

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