Mientras la mayoría de las personas que se habían acercado al Obelisco para participar del frustrado festejo a los jugadores de la Selección se retiraba con tranquilidad, otra grupo menor intentó nuevamente provocar desmanes. Durante la desconcentración arrojaron piedras y botellas a los efectivos policiales, aunque la cosa no pasó a mayores.

Ante esto, y luego de las tristes imágenes del domingo a la noche, con saqueos y destrozos, muchos comerciantes del centro porteño decidieron bajar sus persianas y anticipar el cierre.

Los manifestantes habían llegado al lugar durante la mañana y el mediodía e incluso se había montado un escenario para los jugadores del plantel argentino, pero cerca de las 14 la AFA informó que había cancelado el evento, argumentado que quería evitar "problemas de tránsito".

Muchos de los hinchas que se acercaron al Obelisco desconocían la noticia y seguían esperando allí. Ante esto, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, reconoció que había que "desarmar el escenario con mucha cautela" para evitar nuevos episodios de violencia. Asimismo, sostuvo que se habían tomado medidas para evitar lo del domingo y volvió a apuntar contra el gobierno porteño por lo ocurrido.