Regazzoni: “Estamos haciendo cambios muy profundos”

Regazzoni: “Estamos haciendo cambios muy profundos”

El titular de PAMI, en diálogo con Noticias Urbanas, que las reformas “ya se notan” y que los jubilados las “acompañan”. Cuenta que se encontró con “un fraude enorme” en la compra de medicamentos.

Carlos Regazzoni es el titular del PAMI desde el año pasado, cuando fue nombrado por el flamante presidente Mauricio Macri para coordinar los destinos de la obra social de los jubilados. Doctor en Medicina por la Universidad de Buenos Aires (UBA), ejerció en el Hospital de Clínicas durante varios años desde que se recibió, en 1992, y no se metió de lleno en política porteña hasta 2007. Ese año, de la mano del entonces jefe de Gobierno de Pro, fue designado subsecretario de Desarrollo Social de la Ciudad.

Desde entonces recorrió varios cargos y en diciembre pasó a la arena nacional. En sintonía con la onda de depuración y ajuste que impulsó

Cambiemos en toda la trama estatal, en los últimos once meses modificó el organigrama institucional e impulsó denuncias por fraude a la administración pública que derivaron en investigaciones en la Justicia, que siguen vigentes. Ante las críticas de los gremios estatales por despidos y por el supuesto favorecimiento de miembros con jerarquía dentro del organismo, asegura que lo único que ocurrió en el PAMI fue un reordenamiento de funciones. Y está seguro de que todos los involucrados –jubilados, prestadores, personal médico y administrativo– acompañan el cambio.

 

–¿Qué balance hace de este primer año de gestión?

–Ya se notan los cambios y eso es lo importante. Tanto en las prestaciones médicas como en la atención, tenemos menos

reclamos. Estamos haciendo cambios muy profundos. Por ejemplo, con la receta electrónica, con la historia clínica informatizada,

tanto en los hospitales como en la administración. También se están licitando los servicios. Algunos hace veinte

años que no se licitaban, como es el caso de las ambulancias. Y en cuanto a la parte social, ahora se está revitalizando la relación

del PAMI con los centros de jubilados de todo el país. Se están abriendo nuevos centros de jubilados, ya se inauguraron

más de cien, especialmente en las zonas más vulnerables.

 

–¿Cómo es la relación con los sectores sociales?

–Estamos aumentando las prestaciones. Por ejemplo, el turismo volvió después de dos años. Este año lo terminaremos con más de 4.000 personas que habrán viajado en forma gratuita,

todos jubilados de los sectores más vulnerables, a Bariloche, a Mar del Plata, a Córdoba, incluso a Tucumán en ocasión

del Bicentenario. También estamos trabajando con un circuito social muy fuerte. Por ejemplo, el jueves pasado se realizó un

encuentro nacional de jubilados en Cosquín, Córdoba, por el Festival del Folklore, donde hubo más de 6.000 personas

convocadas. Estos hechos turísticos y culturales no tienen lugar solamente en la Ciudad de Buenos Aires sino en distritos

de todo el país. Hace poco, por ejemplo, estuve en uno en Lomas de Zamora.

–¿Cuáles fueron los servicios que, al llegar, encontraron en peor estado? 

–En el caso de los medicamentos encontramos un fraude enorme. Estoy hablando de varios cientos de millones de pesos por año, por los cuales ya se han hecho denuncias, hay gente detenida y se hicieron más de cien allanamientos. La Justicia federal sigue investigando. Hay irregularidades de parte de los prestadores. Por ejemplo, clínicas que le pasaron facturas al PAMI, para citar un caso extremo, de 54 resonancias magnéticas de un solo paciente en un mes. Después encontramos casos muy extraños en internación domiciliaria. Muchas empresas brindaban la mitad del servicio que tenían contratado con el PAMI. Y muchas daban indicaciones que no tenían que ver con la situación de los pacientes. Había gente que recibía la orden de internación domiciliaria, pero sin criterios. Esto significaba fuertes gastos innecesarios para el instituto.

–¿Cómo reciben los trabajadores de la salud y administrativos esta intervención?

–Está todo muy bien.

–¿No hay reclamos?

–Hay reclamos puntuales, pero todo el mundo está acompañando la gestión. Hay un clima muy bueno de los trabajadores con el instituto y sus prestadores. Hay un clima de cambio muy fuerte y positivo.

–¿Qué responde a las denuncias de gremios de trabajadores estatales sobre supuestos gastos millonarios de la nueva gestión para los sueldos de los puestos jerárquicos? 

–No se aumentó ni un solo puesto jerárquico. Lo que hay ahora es lo mismo que había antes, lo que pasa es que lo reestructuramos. Al contrario, el gasto en personal del PAMI, hacia el final del año, va a bajar. Lo que pasa es que había sectores muy sensibles que estaban completamente desatendidos por la gestión anterior. Por ejemplo, el PAMI no tenía ningún auditor, pero brinda 20 millones de prestaciones por mes. Y había dos clínicas-fantasma que le cobraban al PAMI como si internaran pacientes, pero esas instituciones ni siquiera existían. A los pacientes los internaban en hospitales públicos.

El PAMI tampoco tenía empleados asignados en el departamento de medicamentos. Solamente tenía una maestra jardinera con especialización en música. Y estamos hablando de un instituto que financia el 40 por ciento de los medicamentos de la Argentina. Además, encontramos tres lugares donde se hacían compras de prótesis, que desmantelamos para llevar a esos empleados a otro lado. El PAMI tenía cinco personas asignadas en sistemas informáticos, y se trata de un organismo que maneja un presupuesto tan importante como el de la provincia de Santa Fe. Todos estos sectores debieron ser ocupados por puestos jerárquicos. Son ejemplos de movidas internas.

–¿Es posible o está en discusión la extensión de la edad jubilatoria?

–Mi trabajo no es la edad jubilatoria y nunca hablé de la edad jubilatoria. La gente tiene una vida muy larga y hay que acompañarlos, para que no estén en soledad, para que tengan encuentros, actividad social, reuniones de jubilados. Nosotros, con estas ideas, pusimos en

marcha el primer programa de prevención del Alzheimer. Pero el tema de la edad no está en discusión, no es mi asunto.

–¿Cuál es la respuesta de los jubilados ante los cambios en el PAMI? 

–Los jubilados acompañan los cambios aún cuando tienen cierto grado de incomodidad, por ejemplo, cuando se hacen más engorrosos los accesos a medicamentos por los controles. Hay algunas pequeñas incomodidades, aunque no significativas, que ellos aceptan porque saben que se está haciendo un control que tendría que haberse hecho hace muchos años.

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