El complejo La Normandina se habilitó con el fin de no abrir nunca discotecas. Sin embargo, el Concejo Deliberante dio luz verde para la apertura de boliches en la zona de arena.  

Ahora de la mano del bloque de concejales de la UCR se reflotó la posibilidad de modificar nuevamente el pliego de licitación para la apertura de otra discoteca en el segundo piso del establecimiento nocturno.  En la última sesión del Concejo Deliberante, el concejal radical, Nicolás Maiorano, solicitó el desarchivo de un polémico expediente. En el 2013, la iniciativa ya había sido archivada por las Comisiones internas del HCD. 

Este lunes, el presidente de la Comisión de Legislación, Cristian Azcona, explicó que “este expediente,  quedará en la Comisión hasta el próximo lunes. Lo pondremos a votación”. “Este expediente tiene la particularidad que fue archivado en varias Comisiones. No creo que se modifique la postura de los concejales”, remarcó el titular del bloque de ediles del Frente Renovador.

El pedido de excepción 

En una nota presentada ante el Cuerpo Legislativo en el 2013, la empresa La Normandina SA indicó que el lugar “cuenta ya con el uso de suelo para confitería bailable. Dicho uso se encuentra acotado a un sector del edificio. Nada justifica la citada restricción en la actualidad y conforme el marco de realidad y normativo imperante”. Además, señaló que en “la licitación pública de todo el sector de balnearios y anexos de Playa Grande expresamente contempla e indica el uso nocturno como parte de la actividad a desarrollar en tal sector de la ciudad”.

En el texto,se explicó que “el pedido, en consecuencia, tiende a homogeneizar una realidad que hoy, no encuentra razón de ser a  una diferenciación carente de toda lógica. Universalizar el uso citado para el resto de la Unidad Turístico Fiscal, en el contexto apuntado donde el mismo forma parte de todo el sector de Playa Grande, es de lógica indisputable. Máxime cuando, a la fecha, es ostensible que el sector se ha consolidado como un eje gastronómico, de actividad nocturno y otros vinculados”.

“La nocturnidad en la zona de Playa Grande-Alem y adyacencias genera grandes dificultades en la relación del municipio con los vecinos y con los comerciantes del lugar. Sabido es también la existencia de un anteproyecto o, al menos, intención, de mudar la actividad de la nocturnidad hacia el sector de la Escollera Norte, ubicado en el extremo sur”, se subrayó.

A renglón seguido, se destacó que “La Normandina se ubica, desde ese punto de vista, exactamente en el mismo lugar, en cuanto a la cercanía con las zonas habilitadas por viviendas residencia permanente, uni o plurifamiliares y/o no comerciales. Y cuenta con la ventaja de tener ya la construida, la infraestructura de base que serviría para el acogimiento de tal actividad. Más aun, con años de desarrollo de actividad en el lugar, sin que haya existido jamás problema, cuestionamiento o denuncia alguna por ello, ni por parte de la comuna ni por los vecinos”.

También, se remarcó que el complejo “cuenta con una importante superficie apta para el uso pretendido y que cuenta con corroboraciones técnicas respecto de su absoluta ubicuidad y pertinencia, desde lo estructural, funcional, seguridad y restantes parámetros relevantes. A ello se suma el desarrollo actual y desde hace varios meses, de actividad como la requerida en el sector de playa, sin que existan problemas en su diario devenir”.

Rechazo de vecinos 

A través de una nota presentada en el Concejo Deliberante, vecinos de Playa Grande manifestaron su “preocupación y férrea oposición” a la posible decisión tendiente a permitir la apertura de otro boliche en el Complejo La Normandina. 

En el texto, al cual 0223 tuvo acceso, los vecinos manifestaron su “oposición y rechazo” a cualquier tipo de autorización que podría emanar del Concejo Deliberante para permitir la ampliación comercial del último piso del complejo a los fines de instalar una discoteca. “Esto resulta violatorio y prohibido por el pliego de licitación originario de dicho espacio en la costa marplatense”, destacaron.

En ese sentido, recordaron que “a pesar de reiteradas oposiciones de grupo de vecinos autoconvocados manifestaron su voluntad y preocupación, ya que en el año 2009, dicho pliego sufrió una modificación contraria a lo dispuesto por pliego original, lo cual configuró una violación flagrante a lo oportunamente estatuido, permitiendo la explotación comercial de locales bailables en el subsuelo de dicho complejo”.

“La explotación comercial de dicho rubro bailable se encuentra expresamente prohibida en el pliego de licitación originario, por resultar contrario al urbanismo y contaminante desde el punto de vista auditivo, para todos aquellos vecinos que habitan dicho barrio y que contribuyen con el pago regular de tasas y contribuciones, a un desarrollo de la ciudad, que en modo alguno puede ser contrario a lo oportunamente legislado, situación que dé darse sería no solamente absurda sino contraria a los propios actos de esta administración municipal”, subrayaron los vecinos.

Además, sostuvieron que “de permitir dicha explotación se estaría alterando no solamente las condiciones ambientales normales de Playa Grande, sino también degradando la calidad de vida de los habitantes de la zona. El nivel de ruido, dependiendo entre otros elementos de las contingencias climáticas, dirección del viento costero, producirá ciertamente efectos negativos sobre la salud física y mental de todos los vecinos”.

Añadieron: “Somos conscientes desde nuestro lugar que el desarrollo urbanístico de nuestra hermosa ciudad, debe estar relacionado con una clara y determinante legislación. Las actividades comerciales, como que se pretende autorizar, son una fuerte de contaminación acústica indudable; por tal motivo acudimos al sentido común de nuestros legisladores locales y funcionarios competentes en la materia, para evitar la proliferación de zonas contaminadas acústicamente por actividades de este tipo, a fin de que se impongan cada vez más restricciones y normativas a fin de proteger al ciudadano del ruido producido”.

“Caso contrario sería condenar al ciudadano común a soportar un serio problema que adquiere características graves ya que ocasiona daños tales como dificultad para concentrarse en la realización de tareas que requieren atención, imposibilidad de escuchar bien, perturbaciones del sueño, todo lo cual provoca no sólo cansancio, irritabilidad, nerviosismo sino stress con todo lo que ello puede traer aparejado en la salud de las personas al bajar las defensas del organismo”, concluyeron los vecinos.