En la recta final, Scioli se preocupa por la unidad y Macri, por la gobernabilidad

El candidato del FPV intenta alinear al oficialismo para evitar la dispersión de voces que mostró su campaña y para reafirmar su liderazgo; el líder de Cambiemos se dedicó a anudar acuerdos para dar garantías ante las comparaciones con la Alianza

Unidad, cohesión y liderazgo. Las tres palabras resumen el objetivo central que persiguen Daniel Scioli y el kirchnerismo. Todos entendieron que ya no hay margen para internas o diferencias personales. Que lo que está en juego es demasiado importante.

La principal preocupación es contener a todos los actores con el mismo discurso, detrás de la figura del gobernador bonaerense, algo que el sciolismo recién logró articular en los últimos tres días. Hoy parece haber más armonía tras los primeros días de fuertes cruces internos entre el cristinismo y el sciolismo. ¿Se podrá mantener? Nadie se anima a asegurarlo.

Uno de los hombres de confianza de Scioli habló con la Presidenta. "Estamos en emergencia nacional. Daniel tiene que diferenciarse. Si no, esto se va a la mierda...", fue el desesperado diagnóstico que el dirigente peronista le planteó a la presidenta Cristina Kirchner.

Un día después sucedió otro hecho fundamental. Los gobernadores se reunieron en Tucumán, donde también estuvo Carlos Zannini. No fue un encuentro amable, incluso algunos casi se van a las manos, según confiaron a LA NACION algunos testigos. Se dijeron todo lo que tenían guardado, hicieron autocrítica y una evaluación negativa del respaldo de la Casa Rosada para el candidato del espacio. Pero también hubo un apoyo absoluto a Scioli y el compromiso de "jugar a fondo".

La jefa del Estado ordenó a su tropa y mandó a la militancia a la calle, pero además le dio luz verde a Scioli para que marque las correcciones necesarias. "Hacé las propuestas que quieras. Yo voy a acompañarte", le dijo la Presidenta en una de las comunicaciones diarias que mantiene con el gobernador.

Scioli reforzará su rol de jefe de la campaña y encargado de marcar el rumbo. Ningún funcionario le reclamará en público por eso, algo que sí sucedió tras las elecciones del 25 de octubre. Integrantes del Gobierno, como Aníbal Fernández y Florencio Randazzo, provocaron terremotos con sus diferencias. En las últimas horas el bonaerense habló del Indec, de narcotráfico y la inflación, todos temas sensibles para el kirchnerismo duro. Hasta el momento nadie dijo nada, el pacto se está cumpliendo. "Ahora juegan a matar o morir. Nos unió el espanto", se sinceró un importante jefe comunal.

El optimismo sciolista

El clima de derrota parece ir quedando atrás. "La espuma ya bajó, ahora empezó otro juego", describió uno de los operadores peronistas que por estas horas trabaja para recortar la distancia que existe entre el gobernador y Mauricio Macri.

Según aseguran desde el sciolismo, los 10 puntos que el postulante de Cambiemos tenía los primeros días después de la elección ya estarían en cuatro o cinco. "Si llegamos al debate en igualdad, le ganamos", se entusiasman en las oficinas del Banco Provincia.

La estrategia de la campaña se mantendrá hasta el final. Marcar las diferencias entre los proyectos que lideran Scioli y Macri es el objetivo. El plan incluye mostrar "la falta de gobernabilidad" que rodea a Macri y, por supuesto, seducir y cautivar al voto de Sergio Massa.

A esos 5,2 millones de personas les está hablando todos los días Scioli. De los focus groups que recibió el gobernador en las últimas horas -dicen que no harán encuestas porque "no les creen"-, se desprende que los que eligieron al líder de UNA resaltaron su discurso en materia de seguridad y jubilaciones. Ahí estará puesto el foco.

El clima que se vive por estas horas en el sciolismo también se explica por el escenario. Ahora es una pelea entre dos. La figura de Aníbal Fernández fue una carga demasiado pesada para Scioli, explicaron fuentes cercanas al gobernador.

El peronismo tendrá en la etapa que comienza un papel más relevante. Tanto es así que el escudo del PJ volvió a la cartelería que se observará en los próximos días en la calle. Mañana, en la sede de Matheu, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, encabezará un encuentro del partido para ordenar y bajar el mensaje.

Ayer, Scioli continuó con las recorridas por territorio bonaerense. En esta oportunidad estuvo en Tres de Febrero e Ituzaingó, donde agradeció el respaldo de Adolfo Pérez Esquivel. "Represento la defensa del trabajo argentino y la industria nacional", aseguró el ex motonauta.

En esta semana el peronismo pondrá a prueba su principal axioma que dice que primero está la patria, después el movimiento y luego los hombres. La suerte de Scioli -y su liderazgo- dependerá de la cohesión que muestren en el discurso y que la unidad que alcanzaron sus dirigentes se mantenga hasta el final.

Santiago Dapelo

"No se puede creer. La policía aeronáutica, que antes no nos saludaba, nos abre la puerta en todos los aeropuertos" comentaban, divertidos, el radical José Cano y el macrista Emilio Monzó, anteayer, durante la multitudinaria caravana que Mauricio Macri encabezó por los barrios periféricos de la capital jujeña. La anécdota sirve para pintar el "nuevo clima" que Macri y sus dirigentes creen percibir en el país, en torno a las reales posibilidades del líder de Pro de ganar en la segunda vuelta electoral prevista para el domingo 22.

Además de un clima festivo (el baile de Gerardo Morales y Macri en un comedor jujeño esa misma tarde del viernes es un indicativo muy claro), la preocupación, a dos semanas del ballottage, pasa por dejar en claro que están en condiciones de garantizar (y comenzar a trabajar en) la gobernabilidad del país. Buscan así enfrentar las comparaciones que hace el oficialismo con la Alianza y el temor sobre los gobiernos no peronistas.

Los contactos con los gobernadores peronistas y dirigentes de otros espacios opositores ya comenzaron. Según distintas fuentes contaron a LA NACION, los mandatarios Gildo Insfrán (Formosa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Mario Das Neves (gobernador electo de Chubut), ya tendieron puentes con distintos estamentos de la dirigencia macrista, aproximaciones que pueden derivar en negociaciones o acercamientos concretos el día después de las elecciones.

Más allá de las desmentidas públicas, y siempre según fuentes macristas, Insfrán garantizó la seguridad de Macri en su recorrida por Formosa, el martes. Lo mismo hizo, aunque sin ningún tipo de contacto, el tucumano Juan Manzur, elegido tras unos comicios escandalosos. Zamora, aunque lo negó de manera enfática, también habría enviado emisarios, como dirigentes peronistas del Frente Cívico, a negociar "algún tipo de apoyo" antes mismo del ballottage. Con Das Neves, luego de su cortocircuito público con Daniel Scioli, los contactos se aceleraron de cara a la segunda vuelta y más allá.

"Hablamos con todos los gobernadores", repiten desde el armado nacional de Cambiemos. Y cuentan de la satisfacción de Macri por los "guiños" del gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, que a pesar de apoyar a Scioli afirmó que el 22 "ganará el cambio" y criticó la "campaña agresiva" del kirchnerismo contra Macri en el último tramo de la campaña. Los gobernadores que hoy son oficialistas tendrían razones para acercarse. "Si quieren pagar los aguinaldos de diciembre, les conviene estar en contacto", contó a LA NACION uno de los aliados radicales de Pro. "La mayoría está en problemas ya hoy. Y apoyar a Scioli no les va a traer beneficios, al igual que los intendentes. Tienen que seguir gobernando", reflexionaron desde el comando de campaña que encabezan Marcos Peña y Monzó.

"Limitar" el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y hablar con los gobernadores "de a uno" es una de las líneas de negociación que se prevé en el eventual futuro gobierno de Macri. "A los peronistas hay que mantenerlos con rienda corta. Si ven que flaqueas, te tratan de destruir", define un integrante peronista de los habituales interlocutores del jefe de gobierno porteño.

Además de la relación con los gobernadores, Sergio Massa y sus dirigentes en todo el país son otro objetivo para tener en cuenta. "Hoy Massa ve la posibilidad de comandar el PJ luego de la derrota de Aníbal en la provincia de Buenos Aires. Por eso no es tan factible que hoy se acerque a nosotros", reflexionan en Pro.

De todos modos, en el macrismo especulan con que Massa no pondría trabas durante los primeros meses de gestión, tanto en el Congreso (donde tendrá un nutrido bloque en la Cámara de Diputados) como en la gestión de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires. ¿Creen que se acercará a Scioli a partir del llamado que el gobernador bonaerense le hizo el jueves por la noche? "Ante un hecho de tamaña gravedad (como el atentado a la casa de Massa) es poco creíble un llamado en plena campaña electoral", afirmó Monzó.

A los gobernadores y el Congreso se les suma la necesidad de dar certidumbre en materia económica. "Yo hablo con lo que ya hice. El Metrobus lo usan los pobres, y los hospitales porteños también", reaccionó Macri anteayer, cuando en Jujuy le preguntaron si iba "a gobernar para los ricos". Dar certidumbre y no cometer errores es la premisa de aquí a la segunda vuelta. Será ésa, también, la estrategia de cara al debate presidencial previsto para el próximo domingo. "No equivocarnos es la garantía para poder ganar las elecciones. Scioli nos va a agredir, pero no hay que contestar", alertó uno de los responsables del discurso de Macri.

Jaime Rosemberg

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