Como principales medidas de prevención para evitar la picadura del Aedes aegypti (mosquito que transmite dichas enfermedades), se recomienda:

Quienes viajen a zonas con presencia de estas afecciones deben usar mangas y pantalones largos si desarrollan actividades al aire libre; repelente sobre la piel expuesta y la ropa -renovando su aplicación cada 3 horas-; y evitar, en la medida de lo posible, exponerse al aire libre durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, que son las de mayor actividad del mosquito.

Las mujeres en edad reproductiva y especialmente las embarazadas deben considerar el riesgo de viajar a los lugares con circulación del zika. La enfermedad provocada por ese virus se asocia a la posibilidad de malformaciones congénitas en los fetos si la madre contrae la infección durante el primer o segundo trimestre de gestación.

NIÑOS

Si se viaja con chicos, se recomienda proteger las cunas o cochecitos de bebé con mosquiteros tipo tul cuando se está al aire libre, y asegurarse que permitan una correcta ventilación, ya que en los menores de dos meses no se aconseja utilizar repelentes.

En cuanto a los cuidados para los niños mayores, si bien pueden usar repelentes, éstos deben tener concentraciones de 10% de DEET, información que se encuentra señalada en las etiquetas de los productos.

NO AUTOMEDICARSE

Si durante las dos semanas posteriores al viaje se presentan síntomas como fiebre; dolor de cabeza -especialmente en la zona de los ojos-; dolores musculares o articulares; manchas en la piel; náuseas y/o vómitos; es necesario consultar inmediatamente al médico. Además, es importante no automedicarse con aspirinas, ibuprofeno o medicamentos inyectables, ya que pueden empeorar el cuadro.

En caso de haber contraído alguna de estas tres enfermedades, la persona debe permanecer aislada, hidratarse, guardar reposo y usar repelente cada tres o cuatro horas para que los mosquitos no la piquen y propaguen la dolencia.

ACURDIR AL MÉDICO

Si entre los cinco y siete días posteriores de presentar los síntomas antes mencionados, y de haber consultado a un especialista, vuelve la fiebre o aparecen otros signos de alerta como dolor abdominal intenso o sostenido; vómitos abundantes y frecuentes; puntos rojos en la piel; sangrado por la nariz o encías; dificultad para respirar; piel fría y pálida; somnolencia o irritabilidad; y/o desmayo, concurrir otra vez de manera urgente al médico.