Reclamos por la acumulación de agua en las calles de la zona oeste

Reclamos por la acumulación de agua en las calles de la zona oeste

Los vecinos dicen que temen por la abundante presencia de mosquitos, y piden que fumiguen.

En el barrio Agustín Palma, ubicado en la zona oeste de la ciudad, viven chapoteando en el agua. Cloacas, caños rotos de la red potable y pozos anegados forman parte de lo cotidiano para quienes habitan sobre las calles Río Gallegos, La Merced, Libertad y 25 de Mayo. Aseguran que cuando desagotan una pileta o hay un caño roto el líquido se estanca por días o semanas y produce un olor nauseabundo. Cómo si no fuera suficiente, afirman que cuando llueve la situación empeora porque sufren inundaciones en las viviendas. Ahora a sus padecimientos se les suma la preocupación por la abundante presencia de mosquitos que aparecen al atardecer y no les permite descansar por la noche.

“Tenemos tres niños pequeños, una de dos años, otro de cinco y un bebé de meses. Vivimos echando raid, prendiendo espirales y poniéndonos repelente. Necesitamos que al menos fumiguen los espacios verdes”, dijo indignada Claudia Ahumada, que vive en Río Gallegos y La Merced. La vecina además contó que las calles siempre tienen agua porque hay pérdidas y como está en desnivel todo se acumula en las esquinas. “El asfalto tiene pozos que están llenos de agua permanentemente y no hay drenajes  para desviarla”, agregó.

 

Del otro lado de la calle Río Gallegos hay un espacio verde donde la maleza creció abundantemente que junto con la acumulación de los líquidos descompuestos favorece la presencia de insectos y otras alimañas. Quienes habitan en el barrio afirmaron que por las tarde aparecen víboras, ratas, arañas y otros insectos que son una amenaza para la salud.

 

“Uno piensa que con tanta campaña que están haciendo para prevenir el dengue, cómo puede ser que esto esté pasando  a la vista de todos y que ni siquiera fumiguen. En este barrio viven familias con niños y ancianos, los más vulnerables ante las enfermedades. Parece que sólo se resuelve lo que pasa dentro de las cuatro avenidas, por eso siempre estamos con  el mismo problema”, aseveró Mario Díaz.

 

Las quejas se multiplican y  evidencian las necesidades de las familias del oeste que dicen que todo se pone peor cuando llueve porque se les inundan las viviendas. “Se nos mete el agua por el frente o por las rejillas de los patios, y siempre es agua de lluvia mezclada con cloacas, barro y desperdicios acumuladas en las  cuadras del barrio, especificó Ahumada.

 

Para Díaz la situación es apremiante, aunque perdió las esperanzas hace tiempo, no deja de hacer  reclamo para que  el Municipio le dé una solución el estancamiento del agua sucia. “Tuve que poner montículos de tierra al frente de mi vivienda porque la última vez que llovió se nos metió el agua, y la marca en la pared llegó a unos treinta centímetros”, expresó.

 

Otros vecinos comentaron que en el Agustín Palma muchas calles tienen el mismo inconveniente. Dicen que en la 25 de Mayo el agua brota desde debajo del asfalto y corre sin freno hasta estancarse en alguna esquina. Aseguran que la pérdida tiene casi un mes.

 

El Municipio reconoció que hay una pérdida de agua potable grande, y otras de menor envergadura  por distintas zonas del oeste. “Estamos trabajando en el barrio Libertad, Franklin Lucero y Agustín Palma. La mayoría de las pérdidas son producto de conexiones clandestinas que realizan los vecinos, que revientan cuando hay mayor presión de agua. Serba está examinando las cañerías para poder reparar las roturas”, explicó Celestino Muñoz, director de Servicios Básicos.

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