"El reciclado no es un problema cultural sino de liderazgo político"

Químico ingles y especialista en tratamiento de basura, habló con LPO sobre el proyecto de incineración de Larreta.

 "Este saco me costó seis dólares, este cinturón tres dólares y los zapatos cuatro dólares", comenta Paul Connett mientras señala su ropa. Connett no es una especie de Lita de Lazzari inglesa sino uno de los mayores especialistas mundiales en el tema basura y por eso muestra con orgullo su ropa "reutilizada", un concepto central de la economía circular.

 

Invitado por Greenpeace y Unidad Ciudadana a exponer en la Legislatura porteña, este químico inglés es muy crítico de la termovalorización, el sistema que Horacio Rodríguez Larreta busca implantar en la ciudad y que genera energía a partir de la quema de residuos.

 

"Hay muy pocos incineradores en el mundo que obtienen una ganancia con la incineración. La mayoría del dinero proviene del monto que la comunidad paga por llevar la basura hasta las plantas", señala.

-¿Qué es la termovalorización?

 

-Es basura tamizada por relaciones públicas. Es un inciderador que supuestamente genera energía a partir de los desperdicios, pero en realidad es un desperdicio de energía. Ahorrás más energía con la combinación de reciclaje, reutilización y compostaje que mediante la quema de basura.

 

-¿Es redituable la energía generada a partir de la termovalorización?

 

-No. Hay muy pocos incineradores en el mundo que obtengan una ganancia con la incineración. La mayoría del dinero proviene de lo que se denomina "tipping fee", que es el monto que paga la comunidad por llevar la basura hasta las plantas. Ese es el problema. Los políticos acuerdan con las recolectoras de basura y con las incineradoras un precio por tonelada y una cantidad de toneladas, pero si envían menos tienen que pagar lo mismo.

 

-¿Cuáles son las consecuencias?

 

-Endeuda a las comunidades por 30 años. Pagar los costos de capital, los costos de operación y las ganancias de estas empresas lleva entre 25 y 30 años con una deuda enorme.

Larreta quiere cambiar la matriz del negocio de la basura y pasarlo al campo energético

 

-Los partidarios de la termovalorización aseguran que es un proceso inodoro y no contaminante, ¿es así?

 

-La termovalorización libera metales tóxicos como el mercurio y el plomo que pueden causar daño cerebral y afectar el desarrollo intelectual de los niños. Pero además durante el proceso de incineración creamos muchas nuevas substancias, incluidas algunas de las más tóxicas jamás creadas en los laboratorios químicos, como dioxinas y furanos.

La termovalorización libera algunas de las más tóxicas sustancias jamás creadas como dioxinas y furanos. Son químicos tan fuertes como el agente naranja que se utilizó en Vietnam. 

 

Yo soy químico y por eso en 1985 empecé a interesarme en la termovalorización. En ese momento querían construir una planta cerca de donde yo vivía y pensé "solamente con quemar basura pueden producirse químicos tan fuertes como el agente naranja que se utilizó en la guerra de Vietnam". Estaba shockeado.

 

-¿Con qué panorama se encontró?

 

-Estos metales tóxicos y dioxinas tienen la forma de nano partículas que miden menos de un micrón. Ni siquiera pueden ser controladas por los controladores de polución ya que pasan a través de los filtros. Cuando respiramos estas partículas entran en los pulmones y traspasan las membranas. Empiezan a circular por la sangre y se metan en los tejidos. Hay estudios que demuestran la relación que existe entre la polución con partículas en las ciudades, enfermedades y muerte. Y esa relación se vuelve más fuerte cuanto más pequeña es la partícula. Es una calamidad.

 

-¿Qué pasa con los restos que quedan después de quemar basura?

 

-La mitad de la plata que se gasta en un incinerador se destina a los controladores de polución para capturar los metales tóxicos. Cuando los capturás, la ceniza que se obtiene del proceso también es tóxica. Por cada 4 toneladas de basura que uno quema obtiene 1 tonelada de ceniza tóxica.

 

-Los cartoneros sostienen que pueden perder sus trabajos si se aprueba la termovalorización ¿qué materiales se usan durante el proceso?

 

-Papel, carbón, plástico. Son todos combustibles, pero también reciclables. Claro que los cartoneros tienen que estar preocupados. 80% de lo que se quema en un incinerador es reciclable o compostable, si la Ciudad construye incineradores esta gente va a perder sus trabajos. Es una tragedia. Van a gastar cientos de millones de dólares en destruir miles de trabajos.

 

-¿Cuál es la solución para lidiar con la basura?

 

-Trabajo estos temas desde hace 33 años y visité 66 países hablando sobre residuos. Lo que proponemos es una estrategia de "Cero desperdicio". Es un cambio mental. En vez de ver a los residuos como basura, como algo para sacarse de encima necesitamos verlos como recursos. Que generan trabajo.

Claro que los cartoneros tienen que estar preocupados, la termovalorización es una tragedia, la Ciudad va a gastar cientos de millones de dólares en destruir miles de puestos de trabajo.

 

-¿Cómo es el proceso?

 

-La primera etapa es la separación de residuos y es necesario que las personas participen. La segunda es desarrollar sistemas de recolección convenientes. Yo me inclino por la recolección puerta a puerta. ¿Por qué? Porque es la única manera de obtener residuos orgánicos limpios. Esos residuos después se usan para hacer el compostaje que se utiliza en la agricultura. Por eso propongo que los cartoneros vayan puerta por puerta recogiendo los residuos orgánicos.

 

-¿Para qué sirve el compostaje?

 

-Es más importante incluso que el reciclaje. Los residuos orgánicos son un gran problema en la ciudad porque huelen y también en los rellenos sanitarios porque crean gases tóxicos. Pero una vez que removés los residuos orgánicos el reciclaje es mucho más simple. Las ciudades deberían manejar el reciclado y las zonas rurales el compostaje. El compost es excelente para el vino porque mantiene la humedad y es muy útil para mantener las uvas en los climas cálidos.

 

El cuarto paso es el reciclaje que todo el mundo conoce. El quinto paso son los centros de reparación y reutilización.

 

-¿Cuál es la utilidad de esos centros?, ¿de quién dependen?

 

-Se trata de centros donde se reciben objetos, aparatos electrónicos, muebles, ropa. Podemos entrenar a la gente para que aprenda a reparar y generar trabajos. Esto es posible porque los reciclables tienen alto volumen y bajo costo, mientras que los reutilizables tienen bajo volumen y alto costo. En Los Angeles solamente el 2% de lo que se descarta es reutilizable, pero vale una tercera parte del total. Y además le agrega "valor" a la comunidad.

 

-Uno de los mayores déficits de Buenos Aires es que no ha logrado reducir sustancialmente la cantidad de basura que se envía los rellenos sanitarios.

-Justamente el resto de los pasos es para reducir la cantidad de basura. En Italia la gente paga por lo que tira, tienen 3 tachos, uno para los orgánicos, uno para los reciclables y otro para los residuos. Los orgánicos y los reciclables son gratuitos, pero en cuanto a los residuos cuanto más tirás más pagás. Si sos inteligente vas a cumplir con el principio de cuanto menos hacés, menos pagás. En vez de sacar la bolsa una vez por semana la vas a sacar una cada dos semanas.

Hay que alentar a bares, cafeterías y comedores a volver a la cerámica, el vidrio, el acero inoxidable. Prohibir los sorbetes y los plásticos de un sólo uso, cobrar impuestos a los envoltorios.

 

En Seattle cuando introdujeron este sistema, le dieron a elegir a los vecinos entre tres tamaños de bolsas: grande mediano y chico. Es una manera muy simple y elegante de que elijan cuánto quieren pagar.

 

-¿Cuál es el rol que juegan los comercios, que justamente son los mayores difusores de basura no reciclable?

 

-El séptimo paso es cualquier otra iniciativa para la reducción de residuos que tenga la gente. Cobrar impuestos a los envoltorios, a los plásticos. Prohibir los sorbetes, los plásticos que sean para un solo uso. Utilizar pañales que no sean descartables, alentar a los bares, cafeterías y comedores a volver a la cerámica, al vidrio y al acero inoxidable.

-¿Cuáles son los casos exitosos a dónde se hubieran aplicado estas iniciativas?

 

-Sirven para ciudades grandes como San Francisco pero también para pequeñas comunidades de Italia y España, donde lograron reducir hasta el 80% sus desechos.

 

 -¿Por qué defiende a rajatabla el concepto de Basura Cero respecto a la termovalorización si los países más avanzados del mundo la utilizan?

 

-La diferencia entre la Basura Cero y el incinerador es que con la termovalorización es necesario construir un lugar para enterrar las cenizas. Con la Basura Cero construímos centros de separación y de investigación frente a los rellenos sanitarios y todos los residuos pasan por allí. Podemos emplear a los cartoneros en mejores condiciones que las actuales porque es una operación mucho más limpia. Ellos solo van separar latas, vidrio, cartón, mientras que los materiales peligrosos como pinturas, bombitas fluorescentes y los orgánicos sucios como los pañales no los tocan.

 

Lo que va al relleno sanitario ahora es lo no reciclable y los orgánicos estabilizados. Esto es más seguro y limpio que un campo de cenizas y además disminuye cuanto más mejoramos en los pasos de 1 a 7. Y además ponemos a un equipo de científicos a estudiar los no reciclables: si no podemos reciclarlos ni compostarlos entonces las industrias no debería fabricarlos.

 

El paso 9 es mejorar el diseño industrial, mientras que el paso 10 es el relleno sanitario de repuesto.

 

-¿Qué ciudad tiene el mejor y el peor sistema de reciclado de basura y por qué?

 

-A veces me preguntan cuál es el país que mejor recicla y yo respondo que los países no reciclan, las comunidades reciclan. En un mismo país se pueden encontrar ejemplos de las dos cosas. El problema no es cultural sino de liderazgo político. Si voy a Italia, con tres kilómetros de diferencia puedo encontrar una ciudad que recicla el 70% de los residuos y otra solamente el 10%.

 

Una de las mejores que conocí es San Francisco, donde hay líderes políticos comprometidos y en Italia hay cientos de comunidades que son un ejemplo. Lo mejor de todo es que en menos de un año a veces se puede llegar al 70% de reciclado. Sabemos que es más fácil lograr estos progresos con ciudades más chicas: ¡Dividan las ciudades en pequeñas comunidades!

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