Rechazaron otra vez la libertad de un detenido por el crimen de Villa Martita

Rechazaron otra vez la libertad de un detenido por el crimen de Villa Martita

Diego "Coco" López, acusado de haber sido el autor de los disparos, seguirá detenido hasta el juicio oral. Es la tercera vez que el abogado Gastón Gómez plantea la liberación de su defendido.

 

El juez de Control, Mauricio Piombi, rechazó este jueves el pedido de excarcelación de Diego “Colo” López, uno de los tres detenidos acusados por el asesinato de Griselda Fuentes Cabal y el intento de homicidio de su pareja, Eduardo Ros. El magistrado desestimó el pedido del abogado defensor, Gastón Gómez, durante una audiencia que se realizó en la Ciudad Judicial.

Es la tercera vez que Gómez plantea la liberación de su defendido. Sin embargo, de acuerdo a la resolución del magistrado, llegará en condición de detenido al juicio oral. El fiscal Gastón Boulenaz y el querellante César Rodríguez se opusieron a la liberación con el argumento de que podría fugarse o entorpecer la investigación si queda libre.

López es uno de los acusados por el crimen de Villa Martita, ocurrido el 14 de mayo de este año. Está sindicado como el autor de los disparos. Además, Carlos Luján sosa permanece detenido como presunto autor intelectual. Y Gastón Soria, como el conductor del auto que llevó al sicario hasta el lugar del hecho.

Soria confesó que llevó a López hasta la casa del comercinte y que Sosa les había encargado un trabajo. Hace dos semanas, las pruebas genéticas de los rastros que levantó la Justicia del auto dieron positivo y ubicaron en la escena del crimen a Sosa y López.

Cuando ingresaban a su vivienda, Griselda Cabal (31) recibió un disparo fatal en la nuca y el comerciante Eduardo Ros (62), dueño de la rotisería La Cocina, fue herido en el rostro, pero sobrevivió. La pareja fue sorprendida cuando arribaban a su vivienda, en Villa Martita, esa noche, con la recaudación del negocio. Sin embargo, no se trató de un robo y la hipótesis que se manejó rápidamente, a partir de la detención de Soria en un auto sospechosamente estacionado a dos cuadras de la casa, apuntó a un crimen por encargo.

La Policía detuvo en 48 horas a los tres sospechosos que permanecen presos. En la Fiscalía aún analizan pedir algunas pruebas más, antes de concretar la acusación formalmente, ante el juez de Control. De todas maneras, la investigación está prácticamente cerrada. En los pasillos tribunalicios estiman que el caso se elevará a juicio antes de fin de año y la Oficina Judicial, luego, deberá determinar la fecha del debate.

El móvil del crimen continúa en la nebulosa. Si bien hay versiones que apuntan a un ajuste de cuentas por una deuda surgida de la actividad de prestamistas, esto no estaría acreditado en la causa plenamente y el fiscal Boulenaz tendría expectativa de arribar a una conclusión que pueda manifestar en el juicio. Ros, luego de recuperarse de las heridas, declaró varias veces ante el fiscal Rivarola, que llevó adelante el primer tramo de la investigación. Se presentó como querellante en la causa.

Los investigadores policiales y judiciales están convencidos de que la mujer no era el objetivo y la asesinaron para no dejar testigos. No se secuestró el arma. Durante la instrucción ya declararon tres testigos en forma adelantada (no tendrán que testimoniar en el juicio), una forma de disipar el riesgo de que sufran amenazas o presiones por parte de allegados a los acusados.

En su momento, el fiscal Fernando Rivarola solicitó una rueda de reconocimiento en la que Soria identificó a López como la persona que trasladó hasta la casa de Ros antes del asesinato. La defensa de López solicitará la nulidad de esta prueba en el juicio, ya que considera que es irregular que un acusado reconozca a otro y solo puede utilizarse este tipo de mecanismo cuando el reconocimiento lo realiza una víctima.

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