La estafa cometida en el Ministerio de Salud Bonaerense durante el gobierno de Daniel Scioli, que terminó con exdirectivos de esa cartera tras las rejas y otros dos exfuncionarios prófugos, sería apenas “la punta del iceberg” de una red de corrupción que, tal como lo viene reflejando el diario Hoy, estaría relacionada con la mafia de medicamentos y el robo de drogas de alto costo que se habría orquestado en el Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA).

Ayer, el exsubsecretario de Prevención de las Adicciones, Carlos Luis Sanguinetti, seguía prófugo. Y lo mismo ocurría con la psicóloga Viviana Callegui, que cumplió funciones en esa dependencia. Según pudo saber Hoy, al momento de dictarse la orden de detención, Callegui se desempeñaba como directora asociada del Hospital Zonal Especializado “Reencuentro” que, precisamente, está orientado a la atención de las adicciones. Alertado de esta situación, trabajadores del hospital ayer hicieron asambleas y reclamaron explicaciones a las autoridades.

Además de Sanguinetti y Callegui, también están involucrados dos empresarios acusados de elaborar facturas truchas y otros dos exfuncionarios: la exdirectora de Contabilidad del Ministerio de Salud, Beatriz Priolo, y Hernán Azzarri, que formaba parte del Registro Provincial de Comercialización de Bebidas Alcohólicas. A su vez, en distintos ámbitos judiciales sigue llamando la atención que las pesquisas aún no hayan implicado a Daniel Pérez, quien era el jefe de Priolo y estaba a cargo de la Subsecretaría de Administración de la cartera sanitaria.

Las conexiones entre las estafas en Salud y en IOMA aparecieron a partir del análisis de una serie de escuchas telefónicas. Al igual que en otras causas de corrupción en la obra pública, se presentaba una empresa verdadera y otras truchas, y se direccio­naba la compra de insumos a la que se quería beneficiar.

Según pudo saber Hoy, varios de los presuntos involucrados en las irregularidades de la cartera sanitaria habrían participado directa o indirectamente en los hechos que fueron denunciados en el año 2013 por profesionales de la obra social. Es más, uno de ellos estuvo preso y fue liberado luego de una polémica excarcelación extraordinaria firmada por el juez de Garantías, César Ricardo Melazo.

Entre otras irregularidades, los profesionales del IOMA presentaron pruebas en la Justicia Penal, en una causa que actualmente se tramita en la Fiscalía de Delitos Complejos, que muestran que se habría utilizado recetarios del IOMA en blanco, sellos de médicos y troqueles de drogas que presuntamente ya habían sido facturadas en otras oportunidades a la obra social. Eso no es todo: también detectaron maniobras mediante las cuales se destroquelaba las recetas y se reiteraba un circuito nuevo, pero falso. Luego, cumplido un determinado tiempo de haber sido pagadas desde el IOMA, habrían sido retornadas a  la farmacia para que se vuelvan a facturar.  

“Este circuito era muy fácil de instrumentar dado que en el IOMA se habían ocupado de eliminar todo tipo de contralor. No existía control desde IOMA de recetas y troqueles, ni digitalización preventiva. Todo para favorecer este circuito ilícito que arrasaba con los recursos de la obra social y del erario público”, le dijo a Hoy Idelmar Seillant, presidente de la Asociación de Profesionales del IOMA y denunciante en la causa que tramita en la Fiscalía de Delitos Complejos. 

Esta denuncia apunta contra el extitular de la obra social, Antonio La Scaleia, y su entonces jefe de Gabinete, Daniel Burgos. Ambos son socios de empresarios vinculados a una empresa de internación domiciliaria Juntos en Casa (que prestaba servicios al IOMA) en la sociedad off-shore IT Invest Group Technologies SA, que figura en los Panamá Papers.

El rol de dos exfuncionarios del IOMA

Los profesionales del IOMA, en la denuncia por los troqueles y recetas truchas, apuntan al accionar que desplegaron dos exfuncionarios de la obra social estrechamente vinculados al gremio UPCN. Nos referimos a Marcelo Piergiácomi y Marcelo Massaccesi, quienes se desempeñaron como titular de la Subdirección Técnico Científica y de Farmacia y Bioquímica del IOMA, y como jefe del Departamento Auditoría y Fiscalización Farmacéutica respectivamente.

“Se direccionaba la dispensa de drogas en farmacias de dudoso proceder, distorsionando la libre elección de los afiliados, obligándolos a retirar sus medicamentos de las mencionadas farmacias. Piergiácomi y Massaccesi eran los responsables del área que efectúa las autorizaciones de los medicamentos en el tercer piso del IOMA”, consigna la demanda.

El circuito ilegal

1) Las recetas de muy alto costo eran retenidas en el IOMA por las mismas personas que las autorizaban, e indicaban al afiliado que debía retirar la medicación en las farmacias que formaban parte del circuito ilegal.

2) Las recetas autorizadas y retenidas en el IOMA eran remitidas a esas farmacias.

3) Desde el IOMA se informaba a un empleado del CAMOyTE (Centro de Autorización de Medicamentos Oncológicos y Tratamientos Especiales) de dicha autorización.

4) En el CAMOyTE se elegía la marca y droguería proveedora y se enviaba la medicación a la farmacia, que luego la entregaba a una camioneta del IOMA, que distribuía discrecionalmente.

5) Muchos medicamentos volvían a refacturarse al IOMA mediante la falsificación y/o adulteración de troqueles.