Junto a centenares de fieles llegados desde todo el Valle de Lerma, el vicegobernador, Andrés Zottos, participó ayer de los festejos patronales en honor a la Virgen de La Merced en la localidad homónima.
Patrona del Ejército Argentino, protectora de la Patria y Reina de la Paz, la Virgen de La Merced es una de las advocaciones de la Bienaventurada Virgen María y todos los 24 de septiembre convoca a peregrinos, gauchos y misachicos de toda la región.
En esta ocasión las actividades comenzaron con la procesión por las calles del pueblo, tras lo cual monseñor Bernacki ofició la misa en las afueras de la parroquia Nuestra Señora de La Merced, que este año cumple 25 años de vida.
Posteriormente se desarrolló el desfile cívico militar, con una importante participación de establecimientos escolares, fortines gauchos, fuerzas de seguridad e instituciones del medio, tras lo cual los concurrentes saludaron el ingreso de la imagen de la Virgen hasta el próximo año.
“Es importante revalorizar conceptos como el de la familia y el amor a la Patria, que hoy nos dejó monseñor en su homilía”, afirmó Zottos, quien además puso de relieve la importancia de estar al lado de la gente, escuchando sus anhelos e inquietudes.
Zottos reiteró además que la de ayer fue una jornada histórica para la región noroeste y para todo el país con motivo del Bicentenario de la Batalla de Tucumán, que nos convoca a seguir uniendo esfuerzos para trabajar juntos por una mejor calidad de vida de todo nuestro pueblo.
Agregó que desde el Estado se seguirá apoyando el desarrollo de los pueblos, sin banderías políticas y teniendo al hombre como eje central de las políticas a aplicar.
El Milagrito
En un manifestación de fe, el pueblo de Campo Santo y de todo el departamento Güemes rindió culto al Señor y a la Virgen del Milagro.
La denominada procesión del “Milagrito” marcó el epílogo de los cultos que todos los años se cumplen en distintos puntos de la provincia en honor a los Patronos Tutelares y contó con la participación del vicegobernador, Andrés Zottos; del arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello y del intendente local, Mario Cuenca.
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