La UCR reafirmó su rol en el Gobierno en el homenaje a Illia

La UCR reafirmó su rol en el Gobierno en el homenaje a Illia

En el 50° aniversario de su derrocamiento, hubo referencias al lugar del partido en el oficialismo

La UCR aprovechó ayer el homenaje a Arturo Illia en el 50° aniversario de su derrocamiento para reivindicar su papel dentro de la alianza de gobierno que comparte con el macrismo.

El acto de ayer en el Comité Nacional del radicalismo fue una mezcla de pasado y presente, de recuerdos y anécdotas con diagnóstico de coyuntura y proyección.

Gerardo Morales , que tuvo a cargo el cierre de la ceremonia, fue quien de manera más directa trazó el vínculo entre los valores y principios que encarnó "don Arturo", como todos se refirieron ayer al presidente derrocado por las Fuerzas Armadas el 28 de junio de 1966, y la actualidad.

"Lo que sobresale hoy de don Arturo, por lo que pasa en la Argentina, es su honestidad. Es desde allí que tenemos que terminar con la corrupción", comenzó el gobernador de Jujuy. Enseguida, enérgico, aludió sin vueltas a la justicia federal. "Se termina de derrumbar un sistema de corrupción de 12 años que tiene en la mayoría de los jueces federales, salvo honrosas excepciones, a los grandes responsables."

La arenga siguió. "Es una vergüenza que los jueces tengan que actuar cuando ven a alguien tirando bolsos dentro de un convento o contando dinero en una cueva", bramó, en obvia alusión a los casos de José López y Lázaro Báez. Agregó que "si la Justicia fuera independiente, Cristina tendría que estar presa", y cerró: "Es una vergüenza que jueces hayan ido a la residencia de Olivos para arreglar la situación de personajes vinculados con la corrupción". Un aval indubitable a la versión de Báez sobre un supuesto encuentro entre Cristina Kirchner y el juez Sebastián Casanello en la quinta de Olivos.

Desde el escenario escucharon a Morales el presidente del partido, José Corral; el senador Ángel Rozas; Juan Manuel Casella; Eduardo Angeloz; Lilia Puig de Stubrin, y el vicegobernador bonaerense, Daniel Salvador, entre otros. En primera fila se sentó el ex presidente Fernando de la Rúa. Menos visible, en el fondo, se ubicó Enrique "Coti" Nosiglia.

Para el final, Morales reservó el pasaje dedicado al papel del radicalismo en el Gobierno. "La lucha contra el régimen [por el kirchnerismo] sigue. La clave es no perder relevancia. Y la vamos a perder si no sabemos dónde estamos parados ni adónde vamos", advirtió.

También Corral hizo un discurso coyuntural, aunque más centrado en la figura de Illia y en destacar virtudes que rara vez se le atribuyen, más allá de la honestidad, la austeridad y la decencia, históricamente adheridas a su figura. Lo describió como "un hombre de partido", pero además "de pensamiento y de gestión" y "capaz de pensar estratégicamente". Recordó legados del gobierno de Illia, como la ley de medicamentos, la anulación de los contratos petroleros, el salario mínimo, vital y móvil, la "época de oro" de la universidad y la resolución 2065 de la ONU, que reconoció la existencia del conflicto de soberanía por las islas Malvinas.

En línea con Morales, Corral concluyó: "Somos parte de un gobierno que no lideramos, pero con el que compartimos ese desafío histórico".

El más aplaudido fue Juan Manuel Casella, que destacó el apego de "don Arturo" a la verdad, su "desprecio por toda forma de manipulación" y su "conducta impecable". Pero, igual que sus correligionarios, Casella reservó espacio para el presente. Postuló la necesidad de "trabajar para el éxito" del Gobierno y alertó: "Debemos hacerlo defendiendo nuestra identidad, no borroneándonos ni ocultando las diferencias". Hasta lanzó una crítica a Macri. "No se trata sólo de táctica política. Tenemos que defender la política con todas las letras." Eufórico, casi como si se hubiera trasladado a la década del 80, remató: "No contribuiremos éxito convirtiéndonos en una línea interna de Pro. Eso está descartado".

El aporte más personal lo hizo Angeloz, que relató anécdotas plagadas de detalles sobre los viajes juntos por Córdoba, su personalidad, sus reacciones y virtudes. También la ex senadora chaqueña Alicia Mastandrea, que repasó la historia de su familia y su legado. Morales se despidió con un "viva don Arturo, viva la UCR, adelante radicales" y, entonces sí, retumbó la marcha.

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