Las razones del desembarco de Montenegro para pelear la Intendencia de Mar del Plata

Las razones del desembarco de Montenegro para pelear la Intendencia de Mar del Plata

Por estas horas, el diputado nacional de Cambiemos Guillermo Montenegro está resolviendo un tema clave para su futuro: la casa que alquilará para instalarse definitivamente en Mar del Plata. Desde que se lanzó el Operativo Sol, donde estuvo al lado de la gobernadora María Eugenia Vidal, el exministro de Seguridad porteño se mostró en cuanto acto hubo en la ciudad y comenzó a moverse con un objetivo concreto: llegar a la Intendencia en 2019.

Montenegro nació en Mar del Plata y tiene un grupo de amigos de la infancia, la mayoría del Instituto Peralta Ramos, donde fue a la escuela. Sin embargo, eligió la UBA para estudiar Derecho y desde entonces su vida pública en el Poder Judicial y su posterior salto a la política en 2007 se desarrolló en la Ciudad de Buenos Aires.

“No descartes un tapado”, le dijo a 0223 un alto funcionario de la gobernadora Vidal a este periodista en una charla off the record pocos días antes de las elecciones de octubre de 2017. Había dos opciones “marplatenses” en la tira de funcionarios macristas: Hernán Lombardi y Montenegro. La fuente aquel mediodía se inclinó por el segundo. Claramente no era una expresión de deseo, sino una opción que se analizaba en el laboratorio Pro.

La continuidad de Carlos Arroyo en la Intendencia, para el vidalismo, está descartada desde hace tiempo. La relación entre los dos mandatarios es pésima y ya no tiene vuelta atrás. “Lo mejor que puede aspirar Arroyo es terminar sin mayores sobresaltos su gestión, pegarse a María Eugenia y mejorar su imagen”, razonó un operador vidalista.

Sin embargo, en el arroyismo tampoco escatiman críticas hacia la gobernadora, que en sus últimas visitas a Mar del Plata hizo todo lo posible para mantenerse alejada de Arroyo. Conclusión: la chance de reelección, al menos en Cambiemos, está sepultada.

Así, desde Cambiemos comenzaron a analizar opciones. La “cantada” era Vilma Baragiola, cabeza de lista en las últimas elecciones. En el Pro no es la figura predilecta, más allá de los constantes elogios de la exsecretaria de Desarrollo Social a Vidal. Pero también es la única que tiene un caudal de votos propios importante como para poder “pelear” su lugar y no tener que caer en la imposición de candidatos.

De hecho, pese a no ser la predilecta, Baragiola encabezó la última lista de Cambiemos, sin ninguna otra boleta en la contienda. No es lo mismo una elección de medio término, que la que define intendente, pero tampoco es tan sencillo correr a una dirigente que ganó dos de las últimas tres elecciones en las que compitió.

Tras analizar las opciones, los operadores políticos de Cambiemos resolvieron que la mejor manera era mandar a Montenegro a competir en su ciudad natal. “Esto no es un capricho personal, es una decisión consensuada. Está hablada con Peña, Vidal y todos los principales armadores del Pro”, advirtieron desde el entorno del exministro porteño, al tiempo que prometieron traer una figura de peso por semana para ganar visibilidad.

El desembarco de un dirigente con línea directa con los ministros más importantes del gobierno nacional, amigo de la gobernadora y con el apoyo de toda la estructura de Cambiemos supone para muchos zanjar la discusión de quién será el candidato en Mar del Plata.

De todos modos, los aspirantes autóctonos no abandonan sus aspiraciones de suceder a Arroyo. “El marplatense es especial, no es tan fácil traer un candidato de afuera e imponérselo a la gente”, se esperanzan los detractores del plan Montenegro, quienes recuerdan que en 2015 el exjuez y fiscal compitió por la Intendencia de San Isidro, distrito que ahora abandonó para radicarse en Mar del Plata.

Estos meses serán fundamentales para saber si Cambiemos logra instalar en el segundo distrito con más votantes de toda la provincia un candidato puro de su riñón. O si el particular electorado marplatense prefiere seguir con los viejos conocidos.  

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