Raquel Weinstock disertó sobre la lealtad y la traición

Raquel Weinstock disertó sobre la lealtad y la traición

Fue en el ciclo de conferencias que se lleva a cabo en la sede que el PJ tiene en la ciudad de San Luis. Resaltó los logros y habló de los desafíos a los que se enfrenta la provincia.

Ante una gran convocatoria en la sede que el PJ de la ciudad de San Luis, la licenciada en letras, Raquel Weinstock llamó a “las cosas por su nombre”, tal cual lo indicaba el título de la charla, que tuvo como uno de los temas centrales a la lealtad y la traición.

 

A modo de introducción y para ir aclimatando al público, Weinstock propuso mirar atrás. “Se han hecho cosas fantásticas”, señaló,  y recordó una serie de logros y derechos adquiridos con los que “San Luis pasó de ser una aldea a un pueblo pujante”.

 

“No soy buena oradora pero hoy, ustedes son mis hojas, las hojas donde quiero dejar mi mensaje”, dijo en el comienzo de su discurso, ante la mirada atenta de “Tona” Salino, que estaba sentada a su lado.

 

Weinstock se refirió a la sociedad fragmentada en la que vivimos, sosteniendo que el individualismo y las ambiciones personales prevalecen frente a un proyecto colectivo. “Esto hizo crecer la pobreza, la injusticia y la arbitrariedad sólo para que algunos políticos corruptos e indolentes sostengan sus proyectos personales a cualquier precio. Por eso, hoy vamos a llamar a las cosas por su nombre”, sentenció.

 

Luego de destacar, con orgullo, los obstáculos superados y la conducción política del “Modelo San Luis”,  la disertante aseguró que “ahora estamos enfrentado otro desafío, el menos esperado: la traición, que hoy tiene nombre y apellido”, y advirtió que “el traidor y la traición no van solos, sino que algunos inocentes o desprevenidos también son arrastrados con él”.

 

Continuando con el tema, Weinstock dio fe que esta deslealtad por la que atraviesan no fue casual. “Fue calculada y egoísta. Llevó a nuestro proyecto político a un punto de quiebre donde no le importó el daño político partidario, sino sólo su fama, su dinero, su orgullo, su  influencia y el poder”. Tras estas palabras la licenciada hizo una pausa, respiró profundo y miró al público: “Disculpen, ya me estoy enojando”, confesó y estallaron risas en el recinto.

 

“Los conflictos y las amenazas formaban parte de su plan de ‘la salida o de la caída’ que necesitaba, para aprovechar las circunstancias, potenciar el sentido de la oportunidad y la participación de terceros, a quienes utilizó como tontos útiles pregonando a su favor”, agregó Weinstock.

 

Cerca del final, reivindicó la democracia, que a partir de ella se logró “crear una provincia con un desarrollo único”. Sin embrago, confesó que “con gran tristeza, tuve que ver que durante cuatro años se desvaneció y se desvirtuó transformándola en politiquería, corrupción y clientelismo barato”, y recordó como ejemplo a “los discapacitados, que no tuvieron acceso a los elementos de rehabilitación y que por no tener cobertura social lo solicitaban al área de discapacidad sin obtener respuesta, (…) condenando a quienes tenían movilidad reducida. Sin embargo sí había lugar para hacer politiquería y clientelismo”.

 

Para concluir, la licenciada dijo: “Hoy nos toca desenmascararlos y exponerlos allí donde sea que los encontremos para que nunca más tengan una porción de poder y para quitarles el disfraz, para que no nos roben el futuro”.

 

Weinstock se despidió con la frase: “Vine, finalmente, a decirle no a los cobardes”, y todos cerraron la tarde de pie, entonando la marcha peronista.

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