Randazzo-Scioli, thriller PJ de una interna que no llegó a ser

Randazzo-Scioli, thriller PJ de una interna que no llegó a ser

El peronismo se zambulló en un duelo frenético. Entre los ecos de una interna que no fue y los aprestos de una batalla que se avecina, Daniel ScioliFlorencio RandazzoAníbal FernándezJulián Domínguez Fernando Espinoza fueron -y serán- protagonistas de un thriller feroz.

LA PELEA POR BUTACAS EN EL BAPRO EXPRESA RIÑAS IRRESUELTAS Y LAS BATALLAS QUE VIENEN EN EL PERONISMO. FESTEJA VIDAL

Dos butacas premium en directorio del Banco Provincia fueron el detonante de una crisis que se alimenta de un pasado todavía tibio y se proyecta hacia un 2017 que se preanuncia incendiario. María Eugenia Vidal intervino, en secreto, como árbitro unilateral de ese poker peronista.

La gobernadora fue, en rigor, quien giró al Senado los pliegos para que Eduardo "Lalo" Di Rocco, exviceministro de Randazzo y Andrea García, exdiputada alineada con Domínguez reemplacen a Rafael Perelmiter, exministro de Economía de Scioli y excontador del padre de Scioli, y a Omar Galdurralde, ligado a Aníbal F., en el directorio del BAPRO.

La operación fue sigilosa al punto que Scioli se enteró, vía su exjefe de Gabinete Alberto Pérez, a media tarde cuando los senadores ya estaban sentados en sus bancas dispuestos para, primero, aprobar la Emergencia Administrativa enviada por Vidal, y redactada por Roberto Gigante y un paquete de designaciones, entre las que estaban los reemplazos en el BAPRO.

La avanzada enlazó a Randazzo, que tuvo de operador a Norberto García, con su antiguo rival territorial Domínguez, cuyo gestor fue Patricio García -su hermana, Andrea, era propuesta como directora- y dejó enfrente al combo integrado por Scioli y Espinoza, que se mueven en tándem.

En un plano minúsculo, de entrecasa, en ese pulseo por la dieta y los beneficios de los cargos, se reprodujo en pequeña escala la interna que no fue entre Scioli y Randazzo en 2015 por la candidatura presidencial del FpV.

Ecos

Domínguez, a su vez, fue por el lugar ocupado por un dirigente ligado a Aníbal F., quien lo derrotó -el diputado de Chacabuco denunció picardías- en las PASO del FpV por la gobernación. El elemento disruptivo de aquellos alineamientos fue que Espinoza, excandidato a vice de Domínguez, intervino para cuidar al sciolista Perelmiter: llamó a Daniel Barrera, matancero que fue hasta la noche del miércoles, jefe del bloque de senadores del PJ para que enturbie la sesión e impida el tratamiento y aprobación de los pliegos del randazzista y la dominguista.

Esperen que me llama Espinoza -dijo Barrera cuando empezaban los cruces.

- ¿Vos te creés que vamos a esperar lo que diga Espinoza? A mí no me conduce Espinoza -dijo García, Norberto.

Cuando el tiroteo se hizo más ruidoso, el camporista Santiago Carrera se levantó de su recinto y les pidió lo mismo a los demás del bloque FpV, y Roberto Costa, de Cambiemos y vice de la Cámara, desactivó el trámite. "Es un problema de los muchachos: lo tienen que arreglar entre ellos", se desentendió Costa al salir del recinto.

Íntimamente, el PRO festejó el estallido porque agudiza los conflictos internos en el peronismo y, ante la atomización, amplía el mercado de pases y la predisposición a colaborar con el Gobierno. En la cercanía de Scioli le reprochan a Vidal que al mandar los pliegos no consultó con otros actores del PJ porque ni Espinoza estaba notificado. En gobernación se excusaron con que fue producto de negociaciones con el bloque del PJ que incluyó, además, una charla (unos dicen con cena de por medio, otros que sólo fue telefónica) entre Vidal y Randazzo.

El thriller peronista por el BAPRO tajeó al bloque de senadores -que se había roto en diciembre para apartarse de La Cámpora-, fractura que amaga con exhibir una crisis más profunda y precipitar una discusión todavía larvada entre actores como Randazzo, Domínguez y un puñado de alcaldes contra Scioli y Espinoza. Puede, por ejemplo, producir otro cisma en los bloques PJ de diputados bonaerenses, enturbiar el pacto para controlar la FAM bonaerense y dinamitar el armado de un bloque uniforme de intendentes bonaerenses. 

A los esfuerzos por arrimar a los más K como Jorge Ferraresi (Avellaneda) o Francisco "Paco" Durañona (Areco) luego se trabajó para juntar al G-12 de Martín InsaurraldeGabriel KatopodisMariano Cascallares y, entre otros,Eduardo "Bali" Bucca, con los más veteranos como Julio Pereyra pero, sobre todo, sentar en la mesa a Verónica Magario, de La Matanza, que se mueve al ritmo de Espinoza. Todos esos intentos acuerdistas pueden naufragar a raíz de estos chispazos.

Expresan, a la vez, acercamientos entre Randazzo, Domínguez y varios de los caciques del PJ conurbano que ya proyectan el formato para encarar las elecciones de 2017. 

Los alcaldes buscan al exministro de Interior y Transporte, y saben que Scioli y Espinoza quieren estar en esa boleta. Es una galaxia donde ejerce influencia Cristina de Kirchner que en este tiempo parece más cercana a Scioli-Espinoza que a Randazzo-intendentes.

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