Ramón Díaz no tiene una concesionaria de autos, pero sí una camioneta debajo del brazo para ocasiones especiales. En el poco tiempo que lleva al frente del seleccionado de Paraguay, ya recurrió a su vieja estrategia motivacional: un rodado por cada gran triunfo.

Aquello que alguna vez inventó para sacar un plus psicológico en el vestuario de River, y que luego replicó en San Lorenzo, ahora lo llevó al ámbito internacional. El Pelado les regaló a sus jugadores una camioneta por haber logrado la clasificación a los cuartos de final de la Copa América. Y luego les dio otra por el triunfo por penales ante Brasil.

Al ser consultado en la conferencia de prensa sobre estos regalos, Ramón se hizo el distraído. Pero Edgar Benínez, que estaba a su lado, no. "Ahora vamos por la tercera", dijo el extremo guaraní. Le faltó tirar un je...