Es un imán. Hay un magnetismo que garantiza, a este fabuloso e inmenso acontecimiento, transitar siempre acompañado de multitudes. No fue sólo el impacto que generó en Rosario, con una largada histórica. El recorrido desde la ciudad santafecina hasta la provincia de San Luis fue escoltado por el público que se unió casi como un gigantesco guardrail a la vera del sendero del Dakar.

Es cierto que la gran competencia pasó por una región única en su pasión por este tipo de disciplina, como es Córdoba. Turistas, vecinos, curiosos, fanáticos, desprevenidos y quienes planearon desde hace mucho viajar varios kilómetros para vivir esta jornada fueron tan protagonistas como los propios vehículos que pusieron primera y comenzaron el derrotero, con la primera etapa del Dakar 2014.

Al margen del acompañamiento multitudinario, deportivamente la de ayer fue una jornada que tenía más para perder que para ganar. Porque, de los 809 kilómetros de recorrido, apenas 180 fueron de prueba especial. Un tramo corto que servía más para ajustar detalles mecánicos y organizativos para cada una de las estructuras, que para sacar ventajas en los registros. Sin embargo, pese a lo poco que podía haber en juego, algunos padecieron retrasos que hasta ya serán determinantes.

Ése fue el caso del mendocino Lucio Álvarez, uno de los argentinos que, en teoría, estaba para ser protagonista en la categoría autos, con el Ford Ranger. El piloto de San Rafael sufrió un inconveniente con el acelerador que lo dejó marginado por casi dos horas. Un tiempo más que significativo para el resto de la competencia, ya que deberá remontar una posición que supera la línea de los 100.

Cara o ceca del Dakar. Y de la misma provincia. En este caso, el también mendocino Orly Terranova se destacó con el segundo puesto, a bordo del Mini. La satisfacción del piloto se centra, más allá de su gran rendimiento, por ser el mejor representante de la poderosa estructura de los Mini.

La vanguardia en la categoría autos quedó para el portugués Carlos Sousa, que sorprendió con un Haval, una máquina de origen chino. "Los vehículos ya son viejos si los comparamos con los Mini u otros vehículos, ya que tienen tres años de antigüedad. Sabemos que no contamos con el poderío de ellos, pero buscamos un rendimiento parejo como para lograr un resultado que nos ponga dentro de los top 10", comentó Sousa.

Quien padeció también la etapa inaugural fue el siempre carismático Robby Gordon. Esta vez, a bordo del Gordini, sufrió el calentamiento del impulsor, que lo retrasó considerablemente y quedó detrás de Álvarez, a más de dos horas del líder.

La avanzada de los Mini se ubicó allí, expectante, con el qatarí Nasser Al Attiyah, Nani Roma, Stéphane Peterhansel y Krzysztof Holowczyc. Entre ellos se intercaló Carlos Sainz con el buggie, beneficiado por las conocidas tierras cordobesas de sus años de WRC, pero complicado con las características de su máquina sobre el duro terreno. Emiliano Spataro fue 17º, con la Renault Duster; Juan Manuel Silva, 40º, con Mercedes, y Alicia Reina, la primera mujer argentina que conduce en un Dakar, se ubicó 75» con su Toyota.

Quien levantó la expectativa del público fue Federico Villagra. Debutante en el Dakar, con un Mini navegado por Jorge Perez Companc, estuvo segundo durante buena parte del tramo, haciendo alarde de su talento como piloto de rally, con 20 títulos nacionales en su haber. Sobre el final se retrasó y quedó 11º, pero no opacó su gran presentación.

"Fue una etapa dura y complicada. Muchas piedras no permitían el grip buscado. Nos obligó a meternos de lleno en el Dakar", comentó Marc Coma, el piloto español de KTM que se ubicó segundo, detrás de su compatriota Joan Barreda Bort, que debutó con la victoria parcial en su ingreso en Honda. La etapa fue compleja, a tal punto que el propio piloto español ganó con una caída incluida. Tercero fue el campeón Cyril Despres, que comienza a escribir su historia con Yamaha. El argentino Javier Pizzolito no cerró un gran día y fue 19º.

Otro compatriota que fue segundo es el gran favorito en cuatriciclos, Marcos Patronelli, que con su Yamaha se ubicó a 21 segundos del chileno Ignacio Casale. "Fue una buena etapa. Como en todos los Dakar, la idea es ir a un ritmo seguro, siempre con la mente puesta en el final. Esto recién empieza", comentó el experimentado piloto de Las Flores.

Hoy, la aventura pisará la arena. Esta vez la zona del Nihuil se asemejará a las imágenes africanas en el desierto arenoso. Características bien distintas a las de ayer, como para mezclar de entrada las variantes que ofrece una competencia única, como es el Dakar.