Sin ninguna sorpresa, a lo Rajoy, el líder conservador renovó hoy a seis miembros de su gabinete de ministros. El nuevo elenco de gobierno tendrá un carácter continuista, sin figuras de especial brillo, guardando el equilibrio entre algunas personalidades enfrentadas, y sin que entraran en el flamante ejecutivo algunos de los jóvenes renovadores con que se especulaba.

El presidente ejerce su segundo mandato presidencial y sus 13 ministros jurarán ante el Rey, poniendo fin formalmente a 310 días de parálisis institucional, tras dos elecciones generales.

“No voy a destruir lo que tanto nos ha costado construir”, advirtió Mariano Rajoy sobre la nueva etapa de negociaciones indispensable para su gobierno minoritario. Los socialistas rechazaron lo que consideran una falta de talento renovador y dialogantes. Lo mismo opinaron Podemos, otras expresiones de izquierda “indignada” y los independentistas catalanes.

El equipo económico permanecerá en sus cargos: Luis de Guindos en Economía; y su adversario, Cristobal Montoro en Hacienda. También perdura la ministra de Empleo, Fátima Bañez, experta en el tema crucial de jubilaciones y seguridad social y acostumbrada a lidiar con los sindicatos, poco combatientes y con escaso apoyo popular.

Una novedad interesante es que “el hombre que le habla al oído a Rajoy”, Alvaro Nadal, jefe de la Oficina de Economía de La Moncloa, residencia del gobierno, será el nuevo ministro de Energía y Turismo. Nadal y su hermano gemelo integran, con toda la confianza de Rajoy, el grupo de los “Sorayos”, o sea la guardia pretoriana de la vicepresidenta del gobierno.

La estructura del Ejecutivo se mantiene. No habrá otro vicepresidente y la vicepresidenta ve aumentar su poder al añadirse a sus funciones de ministra de la Presidencia la de Administraciones Públicas. Tendrá a su cargo pilotar el enfrentamiento con los independentistas catalanes, uno de los grandes desafíos de Rajoy, y la financiación de las administraciones públicas, un eterno dolor de cabeza en los presupuestos.

María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular (PP), mantendrá ese cargo y será titular de Defensa. El jefe conservador mantiene así un cierto equilibrio entre las dos adversarias, Cospedal y Soraya, que deja de ser vocero del gobierno.

Rajoy ha preferido una cara nueva del gobierno como imagen de su Ejecutivo. Se trata de Iñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación y Cultura, con fama de buen comunicador y hábil sin pasarse con los periodistas.

Una figura del PP, Juan Ignacio Zoilo, dirigente andaluz, será ministro del Interior. Es muy afín a Dolores de Cospedal, un reconocimiento adicional a la adversaria de la vicepresidenta. También ingresa el ex alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, desde 2007, que ocupara la cartera de Fomento, muy importante y buena ayuda para Soraya de Santamaria. El denostado Ministro del Interior, Fernández Díaz, supernumerario del Opus y el reaccionario máximo del gabinete se va fulminado. También la figura más colorida del viejo gobierno, el canciller, José Manuel García Margallo será reemplazado por el veterano diplomático, Alfonso Dasti, muy prudente y embajador en la Unión Europea, clave para las negociaciones más arduas que deberá afrontar Rajoy.

El PP cuenta con 137 diputados de los 350 del Parlamento, por lo que deberá buscar el apoyo de otras formaciones, como los socialistas o los liberales de Ciudadanos, para sacar adelante sus leyes y reformas. Ciudadanos, que con sus 32 diputados respaldó el pasado sábado la investidura de Rajoy, afirma que vigilará que se cumpla con un paquete de 150 medidas al que se comprometió el líder conservador.

Los nuevos ministros celebrarán su primer consejo mañana viernes, después de asumir sus cargos .