Radiografía de los candidatos

Radiografía de los candidatos

Aníbal Fernández: De baúles, narcos y otras yerbas. Antiguo militante de la Liga Federal, con la cual supo llegar a la intendencia quilmeña en 1991, Aníbal Fernández se ha convertido en uno de los personajes políticos que más polémica despierta y que más resquemor genera en la sociedad, donde su imagen negativa trepa a la impresionante cifra de 70%.

Defensor al extremo de la política kirchnerista, como en los años ’90 lo hacía del menemismo, el actual jefe de Gabinete cuenta con un pasado muy oscuro que busca tapar para convertirse en gobernador bonaerense. El hecho más conocido y que él niega sistemáticamente es cuando en octubre del año 1994 estuvo prófugo de la Justicia durante 48 horas y según cuentan, habría tenido que huir del municipio escondido en el baúl de un auto para no ser apresado por las autoridades judiciales.

Su paso como mandamás del populoso municipio del conurbano, dejó a una comuna destruida desde lo económico, con 11 millones de dólares de deuda, un déficit de 1.400.000 pesos y un tendal de desórdenes administrativos que la convertían en una bomba de tiempo.

Una de sus características más distintivas, es su capacidad oratoria y las comparaciones que hace sobre los hechos de la realidad, como cuando ridiculizó una discusión entre Cristina Kirchner e Hilda “Chiche” Duhalde en un Congreso del PJ, al considerarla una discusión “de alta peluquería”.

Las discusiones en las que se ha sumergido con Elisa Carrió han quedado en el glosario de la historia política nacional. La líder de la CC-ARI, en una entrevista con Hoy, aseveró no tener dudas de que el funcionario nacional tiene claros vínculos con el narcotráfico. “Si gana Aníbal Fernández las elecciones en la Provincia, va  a ser el jefe de los narcos y de los asesinos”, dijo Lilita a nuestro diario, y lo vinculó con la llamada mafia de la efedrina y con el triple crimen de General Rodríguez.

Su paso anterior por la jefatura de Gabinete lo ha llevado a estar investigado en la Justicia por el supuesto desvío de fondos en el controvertido programa Fútbol para Todos. Las millonarias sumas enviadas por el Ejecutivo a la AFA para la transmisión de los partidos de Primera División son examinados por la lupa de la Justicia, que ve como una seria falencia el conflicto de intereses en el que está sumergido Fernández, por ser el responsable de manejar los fondos y a la vez presidir el Club Atlético Quilmes.

Los informes de la diplomacia norteamericana difundidos por Wikileaks, aseguran que el candidato del FpV estaría “vinculado” en supuestas maniobras para conseguir "ilegalmente" votos "adicionales” para las elecciones legislativas del 2009, y lo acusaron de “dirigir equipos de inteligencia para vigilar clandestinamente” a políticos opositores y jueces.

 

Su compañero de ruta es el titular del Afsca, Martín Sabbatella, un personaje poco querido por los intendentes del peronismo, lo que lo ha llevado a perder posiciones al interior del Justicialismo de cara a las PASO, poniendo en riesgo la potencialidad de convertirse en el candidato oficial del Frente para la Victoria.

Julián Domínguez: Derecho y camaleónico

Ex intendente de Chacabuco a mediados de los ’90 y hombre cercano al pensamiento más ortodoxo del peronismo, Julián Domínguez, buscará en las PASO del próximo 9 de agosto, convertirse en la cara visible del proyecto kirchnerista en la provincia de Buenos Aires.

La falta de conocimiento a su figura en un vasto sector de la población, convierte su candidatura en algo que depende evidentemente del apoyo que le han dado los estratégicos intendentes del PJ, sobre todo los del conurbano bonaerense, que han puesto a su disposición toda la capacidad organizativa y de convocatoria para su campaña.

Su defensa actual del kirchnerismo es algo paradójico, ya que hace una década atrás defendía con la misma fuerza y pasión al duhaldismo, principalmente a Hilda “Chiche” Duhalde, a quien acompañó en su aventura a la senaduría nacional cuando enfrentó a la presidenta Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires, perdiendo por más de 30 puntos porcentuales.

Sin un gran carisma que lo sepa vincular a la sociedad, su camaleonismo y su pragmatismo, lo han llevado de ser funcionario menemista en los ’90 con cargos en el Instituto de Previsión Social y en el Ministerio de Salud, a ser el ministro más joven de la gestión de Carlos Ruckauf, a quien acompañó en el Ministerio del Interior a principios de los ’90 y luego fue llevado al estratégico cargo de Ministro de Obras y Servicios Públicos durante 1999-2001.

Tras la derrota duhaldista en 2005, su paso al kirchnerismo se hizo rápido, convirtiéndose en una de las voces defensoras del proyecto K en territorio bonaerense, lo que lo llevó a ocupar el cargo de Ministro de Agricultura tras la fallida Resolución 125.

A pesar de que públicamente ha dicho mantener una relación excelente con el Papa Francisco y que gracias a su persona se pudo recomponer la relación del gobierno con la Iglesia, cerca de Su Santidad reniegan un poco de dicho vínculo y afirman que no es tan así como vocifera el candidato K. Sus aceitados nexos con el Opus Dei, lo llevan a mantener una fuerte relación política y personal con con el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carriquiri Lecour.

Su paso por la cartera de Agricultura lo llevó a estar involucrado en turbios negociados hechos con fondos públicos, como cuando fue descubierta la supuesta entrega de subsidios públicos a personas residentes en la ciudad de Chacabuco que no eran productores agropecuarios y que recibieron los mismos por su condición de ruralistas. En la Justicia, como todo lo que suele pasar durante la era K, todo quedó en la nebulosa.

Quien lo acompañará en la fórmula es el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, un ejemplo cabal del poder de los Barones del Conurbano bonaerense, que tuvo un paso previo por el menemismo y el duhaldismo, y que ha hecho de la violencia política una forma de proceder en su vida.

Jaime Linares: Honestidad y perfil bajo, las claves del progresismo

La honestidad y decencia que Margarita Stolbizer propone como ejes de su precandidatura presidencial fueron vistos por ella en su par dentro de la provincia de Buenos Aires: el actual senador nacional Jaime Linares, que junto a su compañero de fórmula, Juan Carlos Pugliese (hijo), competirá en la interna bonaerense del frente Progresistas contra el referente de Libres del Sur, Jorge “Huevo” Ceballos.

Linares, hombre de bases radicales, no dudó en plegarse al proyecto progresista de la titular del GEN, ni bien advirtió que su centenario partido comenzaba a tejer alianzas con partidos de centroderecha.

Con el regreso de la democracia en 1983, el ahora precandidato a gobernador ocupó el cargo de Secretario de Obras y Servicios Públicos en su Bahía Blanca natal, donde también fue concejal y presidente del Concejo Deliberante local, hasta que asumió como Intendente en 1991, cargó que ocupó durante tres mandatos, hasta 2003.

En 2005 fue diputado provincial, y en 2011 fue elegido senador nacional por el Frente Amplio Progresista, contra las encuestas que subestimaron su candidatura.

 Linares es un hombre que ha demostrado eficiencia a la hora de manejar los fondos públicos; un dirigente político de perfil bajo que construye políticamente sin hacer alardes, sin jactancias, ni soberbias.

Néstor Pitrola: El primer PASO de la izquierda

El dirigente del Partido Obrero (PO) y exdiputado nacional por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), Néstor Pitrola, se postula como precandidato a gobernador bonaerense en las primeras internas del FIT, entre el PO y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Junto al dirigente ferroviario Rubén “Pollo” Sobrero, dirigente de Izquierda Socialista, competirá en las PASO de agosto contra Christian Castillo.

Oriundo de Córdoba, sindicalista desde los tiempos del Cordobazo (1969), obrero de la industria gráfica, y máximo referente del Polo Obrero, el delfín político de Jorge Altamira fue un ferviente opositor al neoliberalismo menemista y a las reminiscencias en el gobierno K.

Tras su candidatura presidencial en 2007, ahora busca dar pelea en territorio bonaerense, sorteando, en primer lugar, las PASO de agosto, una decisión (la de ir a internas) que podría perjudicar la captación de votos de la izquierda.

María Eugenia Vidal: Desconocimiento y nulo armado territorial

La candidata del PRO en la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, fija como principal fuente de su poder el no venir de la política tradicional y llegar a la política de la mano de la gestión a través de Mauricio Macri en el gobierno de la ciudad, primero como legisladora porteña, luego como ministra de Desarrollo Social y finalmente como vicejefa de gobierno.

Casada con el exdiputado provincial y actual candidato a intendente de la ciudad de Morón, Ramiro Tagliaferro, ha sabido presentarse ante el electorado como una fiel representante del pensamiento de la centroderecha nacional, que en alianza con la UCR y la CC-ARI, buscará llegar a la casa de gobierno provincial en compañía del radical Daniel Salvador.

Sus críticos le aducen ser una defensora de la mano dura, incluso su apoyo a la labor de la Policía Metropolitana reprimiendo a los trabajadores del Hospital Borda en abril del 2013, le valió la crítica de diferentes organismos defensores de los Derechos Humanos.

A pesar  de que parte central de su discurso se basa en el diálogo y en el llamado al debate público, mientras se desempeñó como funcionaria macrista, no llevó nada de ello adelante e hizo de las mismas prácticas que critica del kirchnerismo, una forma de actuar al interior de la política porteña. Sus detractores la acusan de no conocer la Provincia y de ser un típico personaje capitalino mezclándose en una zona a la que no conoce y que sólo repite lo que sus asesores de prensa y publicidad le dicen que tiene que decir.

De escasa inserción en la provincial y con un armado territorial más que nulo, sus esperanzas de triunfo dependen más que nada de la figura de Mauricio Macri y de cuántos votos pueda acarrearle a la fórmula de Cambiemos el nombre del ex presidente de Boca Juniors.

Su gestión al frente del Ministerio de Desarrollo Social porteño le granjeó enorme cantidad de denuncias por parte de los trabajadores del organismo de querer “vaciar” la gestión social y de sólo girar dinero y ayuda a aquellas organizaciones que se manifestaban a favor del PRO.

El nombre de Vidal se encontró involucrado en un hecho oscuro acaecido en el año 2011. Ella era ministra macrista en la ciudad, cuando la entrega de subsidios millonarios a clubes de barrio quedó en el medio de un escándalo mayúsculo. Las instituciones a quienes el gobierno porteño baneficiaba eran conducidas por dirigentes y funcionarios del PRO, siendo el caso más paradigmático el caso del club 17 de Agosto, que tenía como presidente a Sergio “Chiche” Constantino, un oscuro funcionario de segunda línea del ministerio a cargo de Vidal.

El propio Constantino se ve involucrado junto a su familia hoy día en el denominado Boudougate, y sería el nexo entre el cuestionado vicepresidente Amado Boudou y el recientemente elegido jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, viejos amigos con Sergio Massa desde las épocas de funcionarios de la Anses en los años ’90.

Felipe Solá: Oscuridades e irregularidades como ejes de gestión

El actual diputado nacional y ex gobernador bonaerense, Felipe Solá, intentará llegar por tercera vez al sillón de Dardo Rocha, en este caso por el armado del Frente Renovador. Su pasado oscuro y lleno de sombras, lo pone contra la pared y lo deja a un lado de la honestidad y la claridad.

Durante su paso por la casa de gobierno provincial, Solá se caracterizó por cometer serias anomalías en el terreno de la regulación del juego en territorio bonaerense. A pesar del fuerte e incoherente discurso anti-juego que viene planteando Sergio Massa, fue el propio Solá el que en el año 2006, autorizó la renovación de forma automática, y a cambio de un canon irrisorio, de las licencias de explotación de las salas de bingo por 15 años, comprometiendo así tres gestiones gubernamentales.

En materia de inseguridad, su gestión al frente de la Provincia estuvo plasmada de irregularidades, como la permanentemente prorrogada Ley de Emergencia, así como también por contrataciones millonarias desde el Ministerio de Seguridad, como patrulleros con blindajes truchos y chalecos antibala vetustos. Además, el triple crimen de la planta transmisora ocurrido antes de las elecciones de 2007, fue el cierre de una administración por demás deficitaria en materia de seguridad. Asimismo, mientras se desempeñó como el mandamás provincial, se presentaron múltiples denuncias en su contra por las compras directas millonarias y sin llamados a licitación.

Su participación en los crímenes de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, ocurridos el 26 de junio de 2002 en las inmediaciones de la Estación de Avellaneda y que significaron el final de la presidencia de Eduardo Duhalde, nunca fue esclarecida y siempre intentó desligarse a pesar de tener sobre su persona el control del accionar de la Policía Bonaerense en el lugar.

Durante sus años de funcionario menemista al frente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, fue acusado de haber otorgado permisos de pesca de manera fraudulenta y dolosa. De su mano llegó la disminución en la talla de desembarque, la reducción en la biomasa del calendario argentino y se retrocedió masivamente en la capacidad de reproducción de la merluza.

Su compañero de ruta en esta elección, es el ex ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires, Daniel Arroyo. La labor desarrollada durante los años ’90, lo llevó a ser declarado persona “no grata” en la ciudad de Mar del Plata, en donde se lo acusaba de provocar “la depredación de los recursos pesqueros”.

Una de sus frases características para definir su permanencia en el poder, ha quedado grabado en la memoria de muchos argentinos. Durante  la emisión de uno de los programas de CQC, el entonces secretario de Estado menemista, ante la consulta sobre cómo había que hacer para lograr perdurar en el poder nacional durante tantos años, respondió muy suelto de cuerpo “hay que hacerse el boludo”, una respuesta que lo muestra de cuerpo entero.

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