Si bien en ningún momento pareció tener el triunfo en riesgo, Quilmes debió trabajar el partido para encaminarlo a un cierre tranquilo y lo hizo con autoridad. Salvo pequeñas lagunas que Sionista de Paranáno aprovechó para meterse en juego, el “tricolor” no tuvo problemas en amigarse con la victoria después de cuatro derrotas en fila y se impuso por 78 a 56, para mantener el quinto lugar de la Conferencia Surpor sobre Bahía Basket y seguir expectante de algún tropiezo de Argentino de Junín para “arrebatarle” el cuarto puesto y la ventaja de localía en los playoffs. Le costó armarse al partido. Pareció más firme Sionista en el arranque, lastimando en la pintura con Phillip, mientras que del lado de Quilmes el único que aportaba puntos era Walter Baxley y el resto estaba muy errático. Hasta que llegando a la mitad del cuarto, se acomodó el local, se ajustó la defensa sobre el pivote y buenas combinaciones de Cequeira con Gallizzi le permitieron al mundialista sumar sus primeros puntos. A partir de la solidez defensiva y tras una gran tapa de Clark sobre Phillip, circularon bien la pelota y Baxley rompió de afuera para el 12-6 que obligó al tiempo muerto de Stveliza. Si hubo alguien que se le criticó al “tricolor” de la última gira fue la defensa, y justamente tuvo un primer cuarto brillante en ese rubro y se fue al descanso corto arriba por 10: 18-8 El comienzo del segundo cuarto siguió por los mismos carriles, con Gallizzi anotando bajo las tablas y, cuando salió, pasándole la posta a Diego Romero que también pudo marcar en la primera que tocó. Pero de golpe, el equipo casi en su totalidad de relevos, empezó a mostrar desajustes defensivos, perdió poder de gol y Sionista se pudo acercar a 8 (25-17), cosa que no le gustó a Ramella que pidió minuto para acomodar las cosas. El “reto” dio sus frutos porque otra vez logró afirmarse el local y sacar una diferencia más cómoda, aún sin puntos de Baxley, pero sobre el cierre nuevamente cayó en una laguna, perdió pelotas innecesarias y la visita volvió a acercarse (34-27) a falta de un minuto. Al vestuario se fueron conQuilmes arriba por 36 a 27, pero la sensación de que no era el mismo equipo del cuarto inicial. Al regreso del entretiempo, el “cervecero” se reencontró con el aro, otra vez con Gallizzi dominando bajo las tablas, Baxley aportando lo suyo y un muy buen pasaje de Clark, que recuperó una pelota que estaba perdida y terminó en triple de Maciel y después cortó un pase para correr de costa a costa, terminar en volcada, darle la máxima de 14 (48-34) y obligar al minuto de Svetliza. El juego volvió a entrar en paridad y la salida de Baxley por un fuerte golpe en la mano izquierda encendió la alarma, cuando tuvo que sentarse en el banco para ser atendido y no entró hasta el final del cuarto. Encima, el equipo perdió fluidez y si no fuera por desaciertos de Sionista en sus ofensivas, podría haber llegado más complicado al último chico, y lo hizo con ventaja de 10: 50-40. Lo más saliente del arranque de los diez minutos finales, fue el regreso de Baxley al rectángulo. Después, el juego arrancó desprolijo, con bajo goleo y posesiones confusas de ambos lados. Esto le convino al local, que casi sin pensarlo, se encontró con la máxima de 15 (56-41), con 7’40” en el reloj, después de un doble y la falta convertida por Romero. El triple de Vildozo a 6’08”, a la salida de un minuto de Svetliza para el último manotazo de ahogado, por el tablero a 20 (61-41) y comenzó a sentenciar la historia. El resto estuvo demás. Ramella le dio descanso a varios de sus hombres importantes, Vildoza sumó dos triples más que lo convirtieron en uno de los goleadores de la noche y la gente se fue contenta, porque su equipo se afianzó en defensa que era la cuenta pendiente y ya palpita el clásico con Peñarol, que cerrará la fase regular.