“Quiero pedirles que estemos unidos”

“Quiero pedirles que estemos unidos”
La Presidenta hizo un llamado a la “unidad nacional” y exhortó “a esos que tanto tienen” a comprender “la necesidad de más amor y no de odio, porque el odio no lleva a ninguna parte”. Afirmó que prefiere que la critiquen a reprimir cualquier protesta social.
“La unidad nacional es el presupuesto básico para seguir creciendo”, aseguró ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en un acto en la Basílica de la Virgen de Itatí en Corrientes. Con gran presencia de militantes, la Presidenta realizó un homenaje al grupo de jóvenes –encabezado por Dardo Cabo, un militante peronista asesinado durante la dictadura– que en 1966 desvió un avión hacia las islas Malvinas para enarbolar la bandera argentina. Llamó a la concordia y destacó el valor de la juventud haciendo un repaso histórico de los momentos en los que les tocó participar de la realidad política del país. Le pidió a la Virgen que “rece por los que todavía no entienden que es necesario colaborar con dignidad y humildad” y fue terminante en el rechazo a la posibilidad de reprimir cualquier protesta social. “Prefiero que me critiquen –dijo– antes que ser responsable de regar la tierra argentina con la sangre de un compatriota.”

“Reivindicamos con uñas y dientes este proyecto de inclusión social nacional, popular y democrático, profundamente democrático”, sostuvo Fernández de Kirchner luego de destacar “el crecimiento económico, social y cultural más virtuoso de nuestros doscientos años de historia”, en referencia al modelo iniciado en el 2003 con la presidencia de Néstor Kirchner y las mejoras sociales que se lograron en el camino. Acompañaron a la Presidenta en el acto que se realizó delante de las puertas de la Basílica en Itatí parte del gabinete nacional y los gobernadores de Corrientes, Ricardo Colombi; de Chaco, Jorge Capitanich; de Formosa, Gildo Insfrán; y de Santiago del Estero, Gerardo Zamora; y el intendente de la ciudad de Corrientes, Carlos Mauricio “Camau” Espínola.

El 28 de septiembre de 1966, un grupo de 18 jóvenes, bajo el mando del militante peronista Dardo Cabo, tomaron un avión y lo desviaron hacia las islas Malvinas. Allí al desembarcar izaron banderas argentinas y lanzaron proclamas aludiendo a la soberanía argentina sobre el archipiélago. Cabo fue asesinado durante la última dictadura. Siete de esas banderas fueron preservadas hasta que hace unos meses le fueron entregadas a la Presidenta. “Una de ellas, la más polvorienta, la que más había flameado en el mástil antes de que la bajaran los usurpadores, esa –me dijo– tiene que estar en el sur junto a tu compañero, y allí está en el sur junto a él”, relató Fernández de Kirchner acerca del encuentro que mantuvo con la viuda de Cabo, María Cristina Verrier. La pareja era muy creyente y antes de iniciar el Operativo Cóndor se encomendaron a la Virgen de Itatí. De allí que Verrier solicitara a la Presidenta que una de las banderas quedara en la basílica.

“Jóvenes en el ’66 para rescatar los símbolos y clavarlos allí, junto a la bandera. Jóvenes también en Malvinas entregando su vida por la defensa de la patria y la soberanía nacional en momentos de la dictadura, donde no había democracia”, apuntó Fernández de Kirchner su mensaje a la juventud actual. “Y los otros murieron también por su patria en medio de la más feroz dictadura de la que se tenga memoria. Ustedes tienen la suerte de hacer flamear estas banderas en una democracia plena de derechos, de garantías”, cerró el concepto dirigido a los jóvenes que la escuchaban y cada vez que podían la interrumpían entonando alguna canción en la que recordaban al ex presidente santacruceño.

El modelo productivo y de reinstauración y suma de derechos fue uno de los puntos que la Presidenta remarcó y detalló enumerando algunos logros. “Si las décadas pasadas fueron las décadas perdidas, yo quiero decir con mucho orgullo que esta década, comenzada el 25 de mayo del 2003, es la década ganada por todos los argentinos”, y recordó que los argentinos habían recuperado “el trabajo, nuestros viejos que fueron incorporados al sistema previsional y los jóvenes que hacen flamear sus banderas en escuelas nuevas, en nuevas viviendas y en nuevas rutas”. Pero agregó que “además de las cosas materiales indispensables para vivir y para la dignidad del ser humano, también hemos ampliado derechos intangibles, porque cada argentino puede decir lo que piensa y lo que quiere”.

La Presidenta aseguró que “frente a la Virgen de Itatí quiero pedirles a todos los argentinos que es necesario, en un mundo difícil y complejo, donde quieren clavarnos las garras desde afuera con la complicidad de algunos de adentro, que estemos unidos porque la unidad nacional es el presupuesto básico para seguir creciendo”. El llamado a la concordia nacional se extendió además a los ciudadanos que no acompañan el modelo. “Pido que ablande el corazón de aquellos que todavía no entienden que es necesario colaborar con solidaridad, con unidad, con organización para que Argentina sea un país que pueda cobijar a los 40 millones de argentinos”, y agregó que “a esos que tanto tienen pido que los ilumines para que comprendan la necesidad de más amor y no de odio, porque el odio no lleva a ninguna parte”.

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