¿A quién tiene que temer Sandra Pitta?

¿A quién tiene que temer Sandra Pitta?

Por: Ricardo Roa. Alberto Fernández dijo que va a cuidar a la científica que fue escrachada por apoyar a Macri. No la cuidará de Macri.

Las Paso del próximo domingo siguen siendo formalmente Paso o sea una elección de candidatos y una encuesta más confiable que ninguna. Pero ya se sabe: estas Paso son mucho más que unas Paso. Ahí quedará claro cuántos puntos separan a Cristina de Macri y qué cerca están uno o el otro del 45%. El que en octubre saque 45% y un voto ganará en primera vuelta.

Hay otras razones por las que estas Paso son diferentes. Una es que empieza a dirimirse si seguirá Macri o tendremos nuevamente cristinismo. Es la guerra entre dos mundos. Otra es que el resultado puede sacudir a la economía y de pique más precisamente a los mercados, que es igual a decir el precio del dólar y la paz cambiaria.

Por ahora un par de datos para orejear, comparar y arriesgar pronósticos. Cuatro años atrás, la mayoría de las encuestas para las Paso anticipaba 10 puntos arriba Scioli de Macri. Terminó en algo parecido. Los entre 2 y 4 puntos de ahora muestran cuánto aumentó la polarización. En 2015 Massa y De la Sota consiguieron unos 20 puntos entre el macrismo y el cristinismo. Ahora, Lavagna se cayó a menos de 10 y su candidato en Buenos Aires, Bali Bucca, ronda apenas 2. Macri alentó la polarización que se convirtió en híper polarización. ¿Será bueno o malo para él? El lunes 12 hablamos.

Gran parte del vapor de esta polarización a todo vapor viene de la provincia de Buenos Aires, mejor dicho del Conurbano, donde han caído todas las plagas y que junta una cuarta parte de los votos del país. Es donde más fuerte aparece el cristinismo: hablan de 10 puntos de ventaja. La mayor esperanza de Macri es que Vidal lo ayude a reducir esa diferencia. Paradójicamente, ella podría ganar la gobernación gracias al corte de boleta. Es la mayor incógnita. Nadie sabe qué va a pasar.

El Gobierno necesita compensar sobre todo en Córdoba los votos que pierde en Buenos Aires. Córdoba es la plaza que más le rinde a Macri: calculan que allí puede sacarle unos 25 puntos a Cristina. También precisa pelear bien en Santa Fe, donde la fidelidad peronista es más débil con Cristina que en Buenos Aires y en la que Macri aparece apenas por debajo.

La campaña del oficialismo luce mucho mejor organizada. Y encima, Alberto Fernández se empeña en desmentir la moderación que Cristina le atribuye y él mismo se atribuye. La última que hizo fue escrachar aunque con formato de defensa a una científica que había firmado un apoyo a Macri.

Dijo: “Sandra Pitta, no tengas miedo. Te prometo que te voy a cuidar”. ¿La va a cuidar de qué? Obvio que no de Macri si ella apoya ahora a Macri. Eso de apretar con nombres propios lo empezó Kirchner con “Señor Coto, yo lo conozco”. Y siguió con un periodista de Clarín, Leonardo Míndez, porque le preguntó sobre su inexplicable crecimiento patrimonial. Fernández habló de la Noche de los Bastones Largos, que comenzó una historia de barbarie que una década después la dictadura del 76 potenció hasta el terror. Tenía 7 años. Si no fue bueno lo de Fernández, lo peor fue que los investigadores que lo escuchaban aplaudieran el escrache. Cosas como ésta se votan en las Paso.

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