Axel Kicillof, flamante gobernador electo de la provincia de Buenos Aires, comenzó a definir su gabinete. Ya inmerso en la transición que comenzó el jueves 31 de octubre, una de las primeras carteras que habría definido es la de Educación. El nombre elegido para ocupar la titularidad de una cartera difícil y controvertida será el de María Agustina Vila, quien hasta ahora cumplió las funciones de rectora de la Universidad Nacional de José C. Paz e integra el equipo que armó el gobernador electo para gestionar los pasos de la transición.

 

 

Si bien es politóloga y se especializó en educación, Vila no tiene, a priori, conocimiento práctico de la provincia de Buenos Aires. Actualmente vive en Belgrano, Capital Federal, adonde se mudó luego de vivir en Beccar, un coqueto barrio de San Isidro.

Tampoco pareciera estar muy familiarizada con la crisis que atraviesa la mayoría de los bonaerenses. Por su cargo en la universidad cobra 130 mil pesos mensuales y ya pareciera estar festejando de antemano: en cuanto supo que sería elegida por Axel, corrió a endeudarse en 652 mil pesos en el Banco Provincia y otros 80 mil en el Banco Francés. Los bancos le otorgaron el beneficio de la duda, a pesar de las deudas que mantiene en ARBA, que la catalogó como deudora de categoría 3 (justo antes de la instancia judicial), y la existencia de un juicio pendiente en Santiago del Estero.

 

Su cónyuge es Santiago Mónaco, quien además de compartir el Peugeot con Vila, se maneja en un Volkswagen Fox. Él también trabaja en la Universidad de José C. Paz y cobra otros 73 mil pesos, bastante alejado de un sueldo convencional docente. Al igual que su pareja, Mónaco se encuentra fuertemente endeudado, con unos 93 mil pesos del Banco Ciudad y otros 389 mil en el Banco Nación. Casi un calco de Vila, ARBA catalogó a Mónaco como un deudor de categoría 3, justo antes de la instancia judicial.

 

 

A pesar de haber criticado duramente la decisión de su antecesora María Eugenia Vidal de elegir “porteños” para los cargos bonaerenses más relevantes, Kicillof pareciera no haber tenido prurito en seleccionar a una porteña bien remunerada pero fuertemente endeudada, para ocupar un cargo estratégico que tomará el pulso de su futura gestión como gobernador de la provincia de Buenos Aires.